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Tres finalistas
Después de una fuerte competencia entre precandidatos, el Frente Amplio por México llega a la parte final de la contienda con tres figuras que representan, cada una de ellas, una opción opositora con características diferentes. La que a todas luces representa la revuelta de la sociedad civil ante los partidos, Xóchitl Gálvez terminó por liderar la competencia en una demostración de fuerza propia de aquellos que apuestan por una alternativa no partidaria para enfrentar a Morena y sus aliados.
Por otro lado la presencia de Santiago Creel en la terna vencedora pone de relieve la importancia de Acción Nacional como partido opositor con raigambre en determinados sectores de la ciudadanía, y su conexión con un segmento social que sigue viendo en el liderazgo partidista blanquiazul una opción legítima para enfrentar a quien el Presidente imponga como su candidato o candidata a la grande.
Y finalmente en una cerrada final de fotografía, Beatriz Paredes reivindica al PRI como el partido del error histórico que le permitió a AMLO llegar a la máxima representación del país, pero que simultáneamente se asume como una expresión comprometida con la defensa de la propia democracia representativa que fue el factor fundamental para que los tricolores perdieran el poder hegemónico de antaño. En una autocrítica radical, Paredes insiste en la posibilidad de que su candidatura pueda hacer a un lado la carga negativa de un priismo imposible de defender históricamente.
Este trío de políticos es hoy la cara de la oposición a López Obrador y la 4T. Su desafío radica primero en evitar la ruptura interna, y después tener la capacidad de representar para clases medias y segmentos populares de la población, una opción con la potencia suficiente para hacer frente a la popularidad de AMLO y su futura corcholata. Llegar a la vibra de millones de mexicanos que se decepcionaron con lo prometido por el caudillo desde hace más de una década, es el objetivo central de quien resulte vencedor o vencedora de la competencia interna.
Conjugar los tres perfiles de los finalistas para atraer a sectores diversos —ciudadanos sin partido, panistas y priistas— será la difícil tarea de quien resulte ganador o ganadora. Todas las diferencias y contradicciones entre los que componen el Frente, se diluyen ante un objetivo común que es la defensa de la democracia representativa como fue concebida por los reformadores del Estado mexicano a fines del siglo pasado, y el rechazo a la reconstrucción de un partido de Estado con nuevas modalidades.
La disputa por la nación es de nuevo el tema central de la campaña presidencial, y en donde los dos bandos consideran al otro como un enemigo a vencer sin reconocerse mutuamente como opciones legitimas de gobierno.