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Un año de desgaste y destrucción
El año pinta mal para el sector telecomunicaciones y mantendremos deficientes niveles de competencia, espectro radioeléctrico caro y autoridades sumisas frente al Agente Económico Preponderante en Telecomunicaciones (América Móvil, Telmex y Telcel) y los caprichos del presidente López Obrador.
Si bien el Instituto Federal de Telecomunicaciones está realizando una consulta pública respecto a la cuarta revisión de la regulación asimétrica impuesta al AEP-T -y los competidores seguramente harán sugerencias valiosas sobre los defectos de la regulación y las medidas para corregirlos-, lo cierto es que en todas las consultas anteriores las opiniones y propuestas de la industria han caído en oídos sordos y no han merecido ni siquiera una contestación o explicación por parte del IFT. Es previsible que esta consulta sea sólo para cumplir un requisito formal y no tenga efecto alguno en la regulación, que, como siempre, será negociada en los oscurito entre el IFT y el AEPT.
La prueba evidente del fracaso de la regulación asimétrica es que los competidores utilizan un porcentaje ínfimo de la infraestructura pasiva y los servicios mayoristas del AEPT. Esto es consecuencia de la distorsión de precios que existe (los servicios a competidores -en el balance- son más caros que los servicios que el AEPT ofrece a sus usuarios finales) y las barreras artificiales impuestas por el AEPT disfrazadas de requisitos técnicos. Estas dos causas han sido detectadas e informadas al IFT desde la primera revisión de las medidas de preponderancia. No obstante, el IFT ha encontrado pretextos para no corregirlas desde la raíz, a pesar de que los competidores han hecho infinidad de propuestas puntuales que simplemente son ignoradas.
Una preocupante noticia se hizo pública esta semana: AT&T, la segunda empresa de telecomunicaciones más grande del país, continúa devolviendo espectro radioeléctrico dados los exorbitantes derechos que los operadores tienen que pagar por usarlo -tal y como lo hizo Telefónica Movistar, quien devolvió la totalidad del espectro que tenía concesionado-. Este hecho, por sí solo, ejemplifica el fracaso del IFT en su mandato constitucional de administrar el espectro radioeléctrico para que haya más y mejores servicios, y permite anticipar el fracaso de las licitaciones de espectro para las nuevas redes 5G que se llevarán a cabo este año. Por ignorancia, comodidad o simple cobardía, los comisionados del IFT han decidido no controvertir ante la Suprema Corte la invasión por parte del Congreso de la Unión a sus atribuciones exclusivas para administrar el espectro radioeléctrico. Aunque todos los precedentes judiciales permiten anticipar una sentencia favorable para el IFT, el Instituto ha preferido no molestar al presidente López Obrador y su afán recaudatorio. Han preferido la comodidad del burócrata bien pagado sobre el riesgo del servidor público comprometido con su mandato y autonomía constitucional.
Además de la clara intención de los comisionados del IFT para “nadar de muertito” lo que resta del sexenio, la abierta hostilidad del presidente López Obrador contra todos los órganos constitucionales autónomos permite suponer un desgaste continuo en la capacidad operativa del Instituto. El presidente se ha negado a proponer candidatos para ocupar las tres vacantes de comisionado que tiene el IFT y, evidentemente, pretende desgastarlo hasta hacerlo inoperante, ya que el requisito de aprobar el examen del Comité de Evaluación le impide imponer a alguno de sus ignorantes lame suelas. Ante la necedad del presidente y la sumisión de los comisionados, es previsible que en este año la industria no contará con ninguna decisión regulatoria relevante que permita mejorar la regulación asimétrica, disminuir el índice de concentración o reducir el costo del espectro radioeléctrico. El sector telecomunicaciones en México seguirá con altísimas barreras de entrada y los políticos seguirán viéndolo como una vaca que hay que ordeñar en lugar de un aliado para la movilidad social. Será un año de desgaste y destrucción.
@gsoriag