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Una cortina ha descendido sobre México
“De Stettin en el Báltico a Trieste en el Adriático, una cortina de hierro ha descendido sobre el continente…” Estas palabras de Winston Churchill resuenan en mi mente ante la realidad que estamos viviendo en México.
Por muchos años, millones de personas vivieron bajo el yugo comunista y creyeron que la pesadilla socialista jamás terminaría. Fueron varias las generaciones que sufrieron los peores horrores de un sistema que, por increíble que parezca, hoy muchos socialistas se empeñan en revivir con distintos matices.
Para controlar a millones de personas, lo que hicieron fue secuestrar su alma y arrebatarles todas sus libertades. Infundieron miedo y manipularon todo para que dejaran de lado cualquier creencia y sólo alabaran a un estado supremo y todopoderoso que les quitó TODO. El resto es historia.
Pero mi propósito no es enfocarme en la Europa de 1946 cuando Churchill describió esa cortina de hierro sino pensar en la Europa de 1989 cuando cayó el Muro de Berlín y triunfó la Libertad sobre el comunismo. Ahí es donde debemos poner nuestra mirada.
Hoy, “De Tijuana a Tapachula, una cortina de maldad, miedo y mentiras ha descendido sobre México.” Una cortina muy oscura se impuso a toda costa opacando la vida, la verdad y la libertad de millones de mexicanos que deseamos construir un furturo más incluyente, más seguro, más pacífico y más próspero para todos.
En un intento por mantener y concentrar todo el poder al precio que sea, esta cortina ha descendido para cubrir a un país en el que se pretende cambiar las reglas del juego y no precisamente para empoderar a los ciudadanos sino para quitarles el poder de elegir; para que todo sea dictado y decidido desde una cúpula que concentrará todo el poder y eliminará todos los contrapesos para evitar ser cuestionado y contrarrestado.
Aún es muy incierto saber si esta cortina ha descendido tal como describió Winston Churchill en la Europa de 1946, por muchos años, o incluso décadas. En cualquier caso, a los millones de mexicanos que no estamos dispuestos a resignarnos, nos toca (RE)imaginar completamente a México y entender las causas que nos trajeron hasta este punto de inflexión.
Hay que ir al fondo, a la raíz, dejar de lado el egoísmo y (RE)encontrarnos entre mexicanos para (RE)construir un país que necesita de todos y nos necesita unidos de verdad. Habrá que hacerlo de forma muy creativa y disruptiva pues lo mismo de siempre y los mismos de siempre, no dan para más.
Detrás de aquella cortina de hierro que dividió a Europa y al mundo, mujeres y hombres extremadamente valientes nos demostraron que se puede vencer al mal, incluso cuando todas las batallas parecen perdidas. Lo digo convencido pues he tenido el inmenso honor y el privilegio de conocer a muchos de ellos a quienes les entregamos hace varios años, la Legión de la Libertad en reconocimiento por su heroísmo y agradeciendo que su testimonio y legado, sigan siendo un faro y una fuente de inspiración hasta hoy.
Voces y testimonios como el de San Juan Pablo II, Margaret Thatcher, Lech Walesa, y Václav Klaus a quienes reconocimos con este premio y rendimos este merecido homenaje en vida, son y serán en los próximos años, una luz de esperanza capaz de atravesar cualquier cortina por grande y oscura que sea.
Habrlos visto a los ojos, haber sentido su energía, su pasión y su amor por la libertad; saber cómo lucharon, de qué manera se sobrepusieron a los obstáculos, a las persecuciones y aprender cómo triunfaron, debe ser motivo suficiente para no dudar ni un segundo pues, por imposible que parezca y por larga que sea la noche; el mal no triunfará jamás porque el sol siempre volverá a salir y a brillar con todo su esplendor.
“No tengas miedo,” “El amor siempre vence,” “Por más poderoso que sea un dictador, sólo es un hombre. No tengas miedo!” nos recordaba San Juan Pablo II con esa fe inquebrantable que fue capaz de inspirar y mover no sólo a toda Polonia sino a millones dentro y fuera de la Unión Soviética a quienes les debemos el triunfo de la Libertad.
Aunque por momentos resulte difícil ver más allá, no nos quedemos con la foto de Europa en 1946 ni sintamos la angustia de aquellos años de la Guerra Fría. Insisto, veamos mucho más allá y pensemos que, efectivamente, el mal no tiene ni tendrá la última palabra.
Jesús, nuestro Dios y Salvador ha vencido el mundo, el mal y la muerte. Veamos mejor la foto del 9 de noviembre de 1989 cuando cayó el Muro de Berlín y visualicemos el México de Libertad que habremos de (RE)conquistar y (RE)construir. No va a ser fácil pero enfocarnos ahí es nuestra única alternativa.
No sé cuántos años nos tomará pero lo cierto es que ese momento llegará. Tenemos que provocarlo y juntos saber que podremos levantar esta cortina de maldad, miedo y mentiras, que han dejado caer sobre México.La esperanza nos mantendrá siempre de pie porque Dios está y estará siempre con nosotros.
*El autor es Presidente Fundador del Instituto de Pensamiento Estratégico Ágora A.C. (IPEA).
X: @armando_regil