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Opinión

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Una década de 10 para el campo con agricultura sostenible (I)

En las instalaciones del CDT Villadiego de FIRA, que es una de las cinco unidades de negocio administradas bajo criterios empresariales, con la infraestructura necesaria para identificar, validar y demostrar tecnologías, proporcionar capacitación y realizar diversas actividades de producción agropecuaria, el pasado 5 de noviembre se cumplieron 10 años de la primera cosecha de maíz bajo el modelo de agricultura sostenible

Este modelo está basado en cuatro componentes fundamentales: 1) sistema de labranza de conservación (L-C), 2) manejo integrado de plagas, enfermedades y malezas, 3) nutrición balanceada y 4 ) uso racional del agua vía tecnificación del riego, a través de un sistema de riego por goteo subsuperficial.

En esta unidad de negocio durante 11 ciclos primavera verano (PV) se puede observar a la fecha los beneficios que representa implementar la agricultura sostenible en cuanto al rendimiento del cultivo de maíz, mismo que se incrementó de 9.8 ton/ha a 16.2 ton/ha, (65%), respecto al promedio histórico antes del ciclo base, que fue el PV 2006, cuando, igualmente en este periodo de análisis, las unidades de nitrógeno aplicadas por tonelada representaron 30% de ahorro en términos de fertilización.

A fin de elevar la productividad de las actividades, para el ciclo PV 2016 se incorporaron nuevos elementos tecnológicos de agricultura de precisión, como los equipos GPS (sigla de Global Positioning System) para la aplicación de cintilla calibre 15,000, conformación de cama y siembra directa de 103,000 semillas por hectárea; la cosecha se realizó con una trilladora inteligente, que mapeó el predio con nivel de rendimiento para verificar nivel de fertilidad diferenciada por superficie cosechada.

Los resultados obtenidos en el referido ciclo fueron de 16.2 ton/ha de rendimiento y una utilidad de 29,126.60/ha.

Con los resultados analizados se demuestra que el modelo de agricultura sostenible combina exitosamente la alta productividad con la sostenibilidad, lo cual permite amortizar en dos años el sistema de riego por goteo subsuperficial.

Del costo total del maíz, registrado con el modelo de agricultura sostenible, 54.5% corresponde al costo de semilla y fertilizante, con 22.9 y 31.6%, respectivamente.

Al identificar y eliminar las ineficiencias en estos dos rubros, es posible incrementar los ingresos de los productores, entendiendo que para la alta productividad se requiere genética, clima y manejo agronómico.

Sembrar con alta precisión y en la época adecuada una buena semilla puede representar hasta 2 ton/ha de incremento en rendimiento; así, por ejemplo, en el Bajío, al sembrar después del 2 de mayo, cada día de retraso representa 80 kg de pérdida en el rendimiento/ha, lo cual se ha corroborado a una década de desarrollo del modelo de agricultura sostenible en el Centro de Desarrollo Tecnológico Villadiego, de FIRA, conjunto de fideicomisos que son parte de la Banca de Desarrollo de la SHCP y del Banco de México.

El día de mañana continuaré destacando los beneficios de la agricultura sostenible al amparo del modelo implementado por FIRA.

*Esteban Michel Ramírez es Jefe de Departamento del CDT Villadiego de FIRA. La opinión es responsabilidad del autor y no necesariamente coincide con el punto de vista oficial de FIRA.

emichel@fira.gob.mx

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