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Opinión

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Una gráfica, un homenaje

El 29 de diciembre de 2022 se cumplieron 15 años de la muerte de Rafael Ruiz Harrell. El 10 de abril de 1995 en su sección del periódico Reforma, La Ciudad y el Crimen, Ruiz Harrell publicó un artículo que posteriormente, en su libro “Criminalidad y Mal Gobierno” (1998 Ed. Sansores & Aljure) tituló “Comentario a una gráfica”. Gracias a ese artículo pude conocerle y acercarme a una de las personas que más han influido en la forma en que miro los datos.

Él me decía que éramos “dateros del barrio” —él de la San Rafael y yo de la Santo Tomás—, pues nos dedicamos a analizar las estadísticas de los homicidios. En un sincero y sencillo homenaje a “…mi tocayo insustituible y regio cuate…” -esas son algunas de sus palabras en la dedicatoria al mencionado libro que me regaló-, me permito proponerles a los amables lectores una gráfica siguiendo, en la medida de mis posibilidades, la metodología Ruiz-Harreliana en los comentarios.

La gráfica muestra una impresionante caída de la mortalidad por homicidios en México de 1955 a 2007. De 43.4 a 8.3 por 100,000 habitantes. Aunque hay un poco de ruido entre 1969 y 1974, la tendencia sin duda es a la baja.  Se trata de un descenso exponencial de cinco veces. Sin embargo, de 2007 a 2021 la tasa aumentó de 8.3 a 26.1 por 100,000 habitantes. Esto es, un incremento de 3 veces en el riesgo de morir asesinado en el país. Mientras, la población, en las casi siete décadas, aumentó 4.1 veces con una tasa anual de 2.1% (de 31 a 129 millones). Las defunciones por homicidios también aumentaron 3.1 veces con una tasa anual de crecimiento de 1.8% (de 10,782 mil a 35,700). Entonces si el número de asesinatos en México creció a un ritmo más lento que la población ¿por qué la curva es regresiva? ¿Qué pasó en el país para que se perdiera el progreso de medio siglo en solo quince años? La mejora es lenta, pero el retroceso es rápido.  La razón estadística es que de 2007 a 2021 el número de homicidios aumentó 3.2 veces a una tasa anual de 7.7% y la población solo creció 20% con una tasa anual de 1.1 por ciento.

¿Que mide la gráfica?

En primer término, la gráfica mide el crimen, el máximo crimen que existe en la sociedad que es quitarle la vida a un tercero, el homicidio doloso se diría en términos legales. En segundo término, las cifras recogen el dolor y la frustración de las familias. Los homicidios son un asunto de jóvenes entre jóvenes (en promedio las víctimas tenías 35 años; también la mayor parte eran varones, aunque cada vez hay más mujeres asesinadas (en 1955 se registraron 834 y en 2021 4,002), casi 5 veces más mujeres asesinadas. De cada 100 homicidios en el México de 1955, 92 eran en hombres y en 2021 disminuyó a 87. Pero más allá de la frustración, hay desesperanza y mucha rabia. Los salarios no alcanzan y los incentivos del crimen organizado son mejores para atraer a los jóvenes a delinquir.

El tejido social está rasgado dice Claudio Lomnitz y es justamente la retracción del estado lo que más duele y da rabia a la sociedad mexicana. Es un estado al que le sobra soberanía, pero le falta fuerza para regular lo ilícito y lo ilegal. La justicia criminal está disminuida y se acrecienta la obsesión por el castigo como una medida de prevención. Esta estrategia no funciona, no tiene fin y no conduce a nada diría Ruiz Harrell …la eficacia del castigo depende de la certeza que una proporción razonable de los victimarios será sancionada, la prontitud con que se imponga el castigo y la autoridad legal y moral de quien lo decida… 

Lo que no mide la gráfica es lo que más rechazaba Ruiz Harrell: la opacidad de las cifras. En delitos y denuncias los criminólogos le llaman “la cifra negra”, pero en las estadísticas vitales le llamamos causas mal clasificadas, mal definidas o no especificadas. En México, a pesar de los esfuerzos por mejorar las estadísticas vitales, el número de muertes por accidentes y violencias cuya intencionalidad no se conoce va aumentando; el numero de homicidios en que se desconoce dónde residía la víctima también está aumentando. La normalización de la violencia y de aceptar las cifras como se producen es una mala costumbre.

A estas muertes hay que añadir los asesinados que no son registrados en las estadísticas vitales, sino en la contabilidad de las personas “desaparecidas” cuya situación de vida se desconoce y que, por lo mismo, si fallecieron, caerían en el rubro de cifra negra. Pero de la calidad del registro hablamos luego pues el espacio no alcanza y el tema da para mucho. Cálculos personales me permiten sospechar que el subregistro de muertes por homicidios en México de 2007 a 2021 fluctúa entre 7% y 9% es decir, entre 26,500 y 34,000 homicidios acumulados en ese periodo. La mitad de ellos se concentran entre 2017 y 2021.

Rafael Ruiz Harrell dejó el mundo cuando la gráfica nos muestra el punto de inflexión. Pero también nos dejó su sabiduría y sus escritos que ayudarán a entender el incremento exponencial de la violencia en los últimos 15 años. Sirva esto como una invitación a leerlo y revisarlo. Él concluyó el artículo de Comentario a una gráfica diciendo “… además de la delincuencia, así se trate solo de una gráfica, ésta muestra claramente lo que han hecho los gobiernos a cargo… no hay duda: gobernar mal resulta en otros crímenes…”

Lecturas recomendadas:

  • Ruiz-Harrell R. Criminalidad y Mal Gobierno. Ed Sansores y Ajures. México,1998.
  • Ruiz-Harrell R. La ciudad y el Crimen. Lo mejor de Rafael Ruiz Harrell. Ed. Instituto Nacional de Ciencias Penales. México, 2010

*El autor es profesor de la Universidad de Washington del Departamento de Ciencias de la Medición en Salud y del Instituto para la Métrica y Evaluación en Salud (IHME).

healthdata.org/about/rafael-lozano

Twitter: @DrRafaelLozano

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