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Especialidades médicas apócrifas engañan a médicos y autoridades
Se han detectado al menos tres escuelas que ofrecen a profesionales de la salud aparentes especialidades en medicina, pero que en los hechos no son formales ofertas educativas; son más bien engaño para los médicos que buscan capacitarse o especializarse.
Una se llama la Universidad del Conde, está ubicada en Coatepec, Veracruz, y promueve la maestría en medicina estética y longevidad. Buscan atraer a médicos generales con la promesa de recibir cédula profesional de especialista, pero es una mentira porque no tienen registro de la Secretaría de Salud. Únicamente tienen un Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios (RVOE) otorgado por la Secretaría de Educación estatal.
Otra en Puebla que ofrece la “especialidad en geriatría y gerontología”, pero igualmente sólo tiene el RVOE estatal y ningún aval del Sector Salud. Lo que piden al aspirante para poder ingresar es “poseer características y conocimientos del área químico biológica o áreas afines, poseer nivel de comprensión lectora (sic) que le permita emprender con éxito estudios de especialidad”.
Y una más en Guadalajara, Jalisco, ofrece la “especialidad en nutrición clínica y geriátrica”, pero igual carece de registro en la Secretaría de Salud y sólo cuenta con el RVOE de Educación.
Estos ejemplos de escuelas que ofrecen especialidades apócrifas son un fraude para los alumnos atraídos mediante engaños deliberadamente, y son un riesgo para la salud porque están generando egresados sin la debida preparación ni certificación y así empiezan a ofrecer servicios médicos a pacientes.
Pero ¿por qué estas prácticas irregulares pueden existir? En principio porque hay un abuso por parte de estas escuelas que no agotan los trámites necesarios ante la Secretaría de Salud y a una añeja e inconcebible falta de comunicación entre la Secretaría de Salud, la Secretaría de Educación Pública y el Comité Normativo Nacional de Consejos de Especialidades Médicas (Conacem), cuyas nutridas agendas impiden dar espacio a una comunicación más fluida. Es un problema histórico del cual se aprovechan escuelas como las mencionadas que han encontrado la manera de conseguir las cédulas profesionales incluso mediante amparos. Si bien el Conacem ha servido de puente entre ambas dependencias, y colabora tanto con Salud y SEP ante riesgos como los citados, los engaños de este tipo de escuelas siguen latentes.
Fuentes nos señalan que en los últimos dos años se han presentado al menos 46 juicios de amparo de egresados de estos programas apócrifos asesorados por las mismas escuelas para presionar a la SEP a otorgar cédula a sus egresados.
Conacem es una asociación civil sin fines de lucro, sus miembros provienen de la Academia Mexicana de Cirugía y de la Academia Nacional de Medicina, y tiene una larga historia dando idoneidad a los 47 consejos de especialidades médicas. Su papel es muy importante para dar certeza a la profesionalización de médicos y médicas especialistas.
Conacem funge igualmente como órgano auxiliar del Gobierno Federal en el otorgamiento de cédulas profesionales a especialistas médicos. La Dirección General de Profesiones (DGP) consulta vía electrónica la base de datos de certificaciones de Conacem antes de definir si una célula es procedente.
Sin embargo en diciembre del 2022, por alguna falla informática en la DGP se liberaron erróneamente algunas cédulas de especialista a unos médicos egresados de estos programas apócrifos. Ahora de ahí se agarran para recurrir al amparo argumentando ante el juez que si la SEP ya le dio cédula a unos porqué se las niega a los demás. Así, le prometen a sus estudiantes la opción de obtener cédula, y les patrocina el procedimiento judicial.
Pero siendo realistas el origen de todo esto es la insuficiente infraestructura para especializar a más médicos generales, y la sobredemanda de los que buscan encontrar maneras para generar ingresos.