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Opinión

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Zapatero en el laberinto Madexit

La naturaleza del referéndum Twitter se globaliza ante la escasa confianza de la sociedad por la política.

El referéndum que articula la oposición venezolana, concentrada en dos terceras partes de la Asamblea (Congreso), es la única puerta de salida a los conflictos político y económico que vive la nación gobernada por Nicolás Maduro. Así lo piensa Henrique Capriles, gobernador del estado Miranda.

La expectativa por el referéndum revocatorio mantiene con un hilo la mediación del expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero entre el presidente Maduro y la Mesa de Unidad Popular (MUD). Zapatero llegó por primera vez a Caracas el 17 de mayo, y dos meses después, su participación se tambalea porque no ha logrado abrir sus cartas a la oposición. Henrique Capriles intuye que Zapatero, como árbitro, ha dado muestras de parcialidad debido a que en su agenda de negociación no prima la celebración del referéndum sino la estabilidad en la distribución de alimentos y medicinas.

A Capriles no le gustó que, ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Zapatero no haya colocado en la ruta crítica de negociación el referéndum.

En 60 días, los poderes Ejecutivo y Legislativo no han logrado cruzar puentes de diálogo. A Maduro no le interesa porque gobierna de facto la Asamblea a través de decretos de emergencia. A la oposición tampoco le interesa porque no deja de abrazar la Constitución. Ambas posturas convierten el entorno político en una bomba de tiempo. Bajo el entorno de lo que puede convertirse en una tragedia humanitaria, Zapatero asegura que el orden sí altera la solución del conflicto: primero abastecer a la población de alimentos y después el referéndum. Capriles piensa que la solución del conflicto se encuentra en una ruta crítica en la que el referéndum será la llave para solucionar el conflicto. El adiós a Maduro aliviará la situación actual.

Todo indica que Capriles sorprendió al árbitro Zapatero sin reloj. Si el referéndum no se organiza antes del 12 de enero, Maduro ganará la partida al dejar frente al gobierno a su actual vicepresidente ante una eventual salida. Si la MUD levanta los brazos, significa que el referéndum se organizará durante el presente año, obligando a Maduro a abandonar el Palacio de Miraflores (si la mayoría de la población lo decide en las urnas).

Mientras que Zapatero construía su propia curva de aprendizaje para comprender los códigos chavistas, Maduro obtuvo un pequeño apoyo de Estados Unidos.

Thomas Shannon, subsecretario de Estado para Asuntos Políticos, convenció a Luis ?Almagro, secretario general de la OEA, de meter a la congeladora la Carta Democrática que haría caer en el ostracismo a Maduro. Almagro ya traía la tarjeta roja en su mano, pero el juez de línea (Shannon) le pidió que no lo hiciera. Un detalle del presidente Obama en medio del caos venezolano. Al parecer, a Obama ya sólo le interesa la campaña Clinton-Trump.

Bajo la narrativa de la emergencia nacional por la escasez de alimentos y medicinas, Maduro convirtió el pasado miércoles a su Presidencia en una bicefalia.

Les pidió a sus secretarios obedecer al jefe máximo de los militares: Vladimir Padrino López. Él controlará el Plan de Abastecimiento y Producción.

Obediencia es la clave. La misma que pide a su gente el califa Abu Bakr al-Baghdadi, cabeza del Estado Islámico, Maduro la pidió a sus creyentes para luchar contra los infieles.

El general retirado Clíver Alcalá declaró el jueves a la CNN que la llegada de Padrino López era necesaria porque la corrupción de burócratas provocó el cierre de empresas locales con la intención de cobrar comisiones a vendedores externos.

La verdad es que en 20 años los gobiernos chavistas se encargaron de cerrar 200,000 empresas. El 70% de los productos son importados, y sin dólares (por la caída del precio petrolero), es imposible hacer milagros.

El referéndum Madexit, en vilo.

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