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El asunto es fiscal, en todos lados
La expectativa de la etapa Trump 2.0, que está por iniciar, tiene muy inquietos a muchos. Un Donald Trump que tiene una visión de suma-cero, con todo el poder en el Congreso y un fuerte apoyo de la población
Después de muchos años en donde las acciones de los bancos centrales en el mundo han dominado el centro de atención de los inversionistas, los temas que vemos aparecer en estos momentos, en especial después del resultado de la elección en Estados Unidos, hacen que el foco se dirija hacia temas de corte fiscal, con gran influencia de asuntos de tipo puramente político y que en efecto están provocando una divergencia entre las decisiones de las autoridades monetarias no vistas en muchos años.
La expectativa de la etapa Trump 2.0, que está por iniciar el 20 de enero, tiene muy inquietos a muchos. Un Donald Trump que tiene una visión de suma-cero (en donde la ganancia de uno proviene de la pérdida de alguien más), con todo el poder en el Congreso y un fuerte apoyo de la población implica que los gobiernos en distintas regiones tomen decisiones importantes desde ahora.
En la ecuación a la que nos hemos acostumbrado, tales decisiones provendrían de los bancos centrales cuya política monetaria podría estimular o reprimir flujos hacia sus economías y evitar presiones inflacionarias. Trump ha declarado que desea un dólar débil, precisamente para hacer menos competitivas las importaciones hacia su país y beneficiar a los exportadores norteamericanos.
Sin embargo, lo que vemos ahora es una efervescencia en el terreno político muy relevante que recae en la situación fiscal de cada región y la manera de ajustarla para enfrentar un mundo más adverso en el terreno comercial. La preocupación y las discusiones alrededor de temas fiscales aparecen por todos lados causando problemas.
Observe. Alemania tiene una crisis política provocada por su estancamiento económico y la dificultad de organizar un gobierno que logre mejorar la productividad y genere un impulso. Parte de la discusión ha sido la situación de orden fiscal que no se debería romper, a ojos de muchos políticos.
En Francia, el gobierno se está reconstruyendo luego de un conflicto importante entre legisladores que no pudieron llegar acuerdos para solventar importantes y crecientes rubros de gasto público que muestran grandes hoyos.
En Canadá, ayer se presentó la renuncia de la viceprimer ministra y ministra de finanzas Chrystia Freeland, misma que alegó serias diferencias en el tratamiento fiscal que el presidente Trudeau planea implementar como medidas de respuesta a las amenazas de tarifas que ha hecho Trump. Freeland propone ajustar el gasto público, Trudeau al parecer piensa en sentido contrario.
En Brasil, el real presenta una devaluación hacia niveles mínimos, ello a pesar de que el banco central ha aumentado sorpresivamente las tasas de interés y ha incluso intervenido el mercado cambiario. La explicación viene del aumento desmedido del gasto público desde el inicio de la etapa Lula 2.0 y las preocupaciones de que esté provocando aumentos importantes en las expectativas de inflación.
Por último, está el caso de Estados Unidos. La inflación se parece haber estancado y los datos recientes de precios al productor han repuntado. Las tasas de interés parecen reconocer que la Reserva Federal (Fed) el día de hoy reducirá la tasa de interés en un cuarto de punto porcentual, pero hará una guía hacia una posible pausa en enero, de menores recortes en el futuro y posiblemente una tasa terminal más alta de lo esperado.
Varias corredurías advierten que el destino de las tasas de largo plazo es hacia niveles mayores (incluso superiores al 5.0%, la tasa del bono del Tesoro a 10 años se ubicaba ayer en 4.38%). Parte de su argumento es la persistencia de un crecimiento elevado que mantendría la inflación lejos del objetivo de 2.0% y que puede incluso estar estimulado por políticas fiscales de corte expansionista como la baja de impuestos que pretende Trump.
Al parecer los temas a observar tiran más hacia la parte política y fiscal. Por ello vemos una fuerte divergencia en las acciones recientes de los bancos centrales, mientras la Fed parece reprimir la baja de tasas, el Banco Central Europeo y el de Canadá, y el de Suiza, aplican bajas agresivas en sus réditos; mientras que el de Brasil o Japón hacen aumentos importantes, o abren la expectativa de ellos.
En México el banco central reducirá la tasa de interés esta semana.
El resultado reciente de inflación apoya dicha decisión, aunque los datos coyunturales provienen de una temporada de descuentos en el mes de noviembre; además de que, los reportes sobre la inflación al productor muestran rebotes importantes que se reflejarán en los costos al consumidor en el futuro previsible.
El Gobierno abandonó la disciplina fiscal en el 2024 y se propone ajustar el gasto y el reducir el déficit fiscal en el 2025.
Es importante que haya logros visibles en dicho terreno. Sería recomendable que la Junta de Gobierno retome la recomendación de que para completar la ruta hacia una inflación controlada y una tasa de interés menor es importante reforzar la disciplina fiscal. Si eso no sucede, tal vez tengamos que ver cambios en la postura del banco central ante un contexto complicado, ya no digamos una mayor debilidad del peso.
*Rodolfo Campuzano Meza es director de Estrategia y Gestión de Portafolios de Invex.