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Opinión

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Una clara responsabilidad del gobierno anterior

La gran depresión

@campossuarez

Es mejor que, a pesar de las múltiples necesidades económicas que enfrentará México en el 2025, el gobierno federal privilegie la corrección fiscal sobre algún otro plan de gasto público. 

Políticamente puede haber algún costo ante la realidad de que este cierre de año y todo el 2025 serán de un apretón en el desempeño económico, que habrá de notarse entre la población en los niveles de empleo y de consumo.

Hay una explicación de por qué hay que apretarse tanto el cinturón del gasto público, lo malo es que este nuevo gobierno no lo puede decir con todas sus letras: por el cochinero que dejó la administración anterior tras un gasto electoral altamente irresponsable.

Si este gobierno mantuviera el nivel de dispendio de recursos públicos como se dio al inicio de este año, seguro que antes de poder lograr una buena tasa de crecimiento económico, conseguiría una descomunal crisis económico-financiera.

Ahora, será hasta que se presente el Paquete Económico del próximo año, en poco más de dos semanas, cuando se podrá anticipar si hay realmente intensiones de recuperar algo de la salud macroeconómica perdida con fines electorales durante el último año de gobierno de López Obrador.

Por lo pronto, el anuncio de la presidenta Claudia Sheinbaum de que el gasto público en infraestructura para el 2025 no será tanto como en el 2026 y 2027 no es precisamente la mejor de las noticias para una economía que claramente está en un proceso de desaceleración.

Sin embargo, implica un poco de aire fresco para unas finanzas públicas enfermas que deben ser rápidamente estabilizadas antes de que la irresponsabilidad fiscal mande a la basura el grado de inversión de la deuda soberana de México.

Las caídas que ha tenido la industria de la construcción son asunto serio, tan solo en agosto registró una caída de 15.31% en términos anuales, básicamente por la falta de inversión pública en construcción y mantenimiento de carreteras y por el final de las obras faraónicas del sexenio pasado.

Sin un repunte del gasto público en infraestructura se dará un fenómeno de mayor desempleo, dado el uso intensivo de mano de obra del sector de la construcción.

Seguro que un reordenamiento de muchos de los programas asistencialistas mal aplicados el sexenio anterior, podría liberar muchos recursos presupuestales; sin embargo, ese dinero público ha desarrollado cotos de poder que seguro no se podrán romper tan fácilmente.

En fin, hasta el Fondo Monetario Internacional cree que es real el compromiso del gobierno federal de iniciar un proceso de corrección fiscal y calcula que al cierre del 2025 se podría registrar un déficit en las finanzas públicas de 3.5 por ciento.

Son sacrificios presupuestales, que no tendrán el respaldo de una reforma fiscal, que serán dolorosos en términos de desempeño económico pero necesarios para no generar una crisis de confianza mayor.

Lo que sí es una lástima es que el gobierno de Claudia Sheinbaum no pueda argumentar a su favor que tan dolorosas medidas se tienen que tomar por la irresponsabilidad del gobernante anterior. Y por gobernante anterior me refiero a López Obrador, no a Peña Nieto.

Su trayectoria profesional ha estado dedicada a diferentes medios. Actualmente es columnista del diario El Economista y conductor de noticieros en Televisa. Es titular del espacio noticioso de las 14 horas en Foro TV.

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