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Opinión

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La Cultura de la Paz, Diálogo

“El anti diálogo no comunica. Hace comunicados.” 

Paulo Freire

El mundo y nuestro país están cada vez más polarizados y fragmentados. Superar esa situación y la atención de los desafíos globales y nacionales requieren de soluciones colaborativas que solamente pueden alcanzarse a través del diálogo responsable.

Es el diálogo una herramienta esencial y valiosa para resolver conflictos tanto a nivel nacional como internacional y su utilización es uno de los pilares para actuar con visión de futuro.

En varias etapas de la historia de nuestro país con un diálogo eficaz e incluyente los ciudadanos nos hemos demostrado que unidos podemos hacer frente las calamidades que afectan a la sociedad y que juntos podemos superarlas, así ocurrió en los terremotos de 1985 y de 2017. También con el diálogo fue posible la construcción de instituciones como los organismos autónomos recién demolidos cuya creación requirió décadas y la participación de todas las fuerzas políticas.

El actual régimen en México está convencido de que puede prescindir del diálogo; destruir la democracia; concentrar el poder político; neutralizar al INE, al tribunal electoral y al poder legislativo y destruir al poder judicial y a los organismos autónomos sin consecuencias. Evidentemente no se tuvo en cuenta que al desamarrar los nudos que todavía sostienen la República posiblemente se liberarán fuerzas que luego no se podrían reagrupar con consecuencias impredecibles. El gobierno no puede hacer de todo y menos aún sustituir al pueblo. Todavía resulta difícil dimensionar los efectos del daño que se ha infringido a la Nación y a todos los mexicanos.

Es lamentable que los cambios impulsados no se hayan aprovechado para recrear, en vez de extinguir; para unir, en vez de dividir, y para reconstruir, en vez de demoler. Es evidente que todas esas reformas a la Constitución son el resultado de la venganza, de la precipitación, de la ignorancia, del servilismo, de la irresponsabilidad y de la arbitrariedad.

Es de esperarse que un estadista sea consciente de que, en toda reforma constitucional y en la redacción de leyes, así como en el diseño e implantación de políticas públicas es indispensable un amplio proceso de consulta y diálogo con los diferentes actores sociales. En México, desde hace poco más seis años, se ha privilegiado la imposición autoritaria y cancelado el diálogo con quienes piensan diferente.

La creencia del gobierno en su propia fortaleza interna lo ha llevado a aplicar una política exterior ineficaz y arriesgada, caracterizada por una falta de visión y destreza. Aliarse y coquetear con países como Rusia, China, Cuba y Venezuela, al tiempo de pretender una relación cordial y favorable con Estados Unidos y Canadá, países que desconfían del actual régimen mexicano y de la demolición institucional, demuestra una falta de realismo político que podría tener graves consecuencias para el país.

Con un panorama complejo en varios frentes y ante las amenazas del próximo presidente de Estados Unidos, la presidenta aspira a diálogo y comprensión. Algo totalmente opuesto a su actitud en el terreno nacional en el que su gobierno y el de su antecesor cancelaron toda posibilidad de diálogo constructivo además de fomentar la confrontación y la polarización social y política.

Es muy probable, pero no deseable, que el presidente electo de Estados Unidos le dispense a la mandataria un trato similar al que su gobierno y el anterior han otorgado a los padres de niños con cáncer, a los ministros de la Suprema Corte, a los juzgadores con carrera judicial, a las madres buscadoras, al INAI, a los partidos de oposición y a muchos otros quienes se han encontrado solamente con vallas para cerrarles el acceso a cualquier forma de diálogo y un trato de enemigos y hasta de traidores a la patria.

La realidad, que siempre termina por imponerse, ha hecho que la presidenta reconozca que el diálogo es indispensable, aunque por ahora parece creer que sólo lo necesitará hacia el exterior.

La mandataria asegura que hay gobierno, pueblo y unidad entre los mexicanos para afrontar las amenazas del presidente electo de Estados Unidos. Sin embargo, esa supuesta unidad es muy precaria pues su antecesor y ella misma, así como sus correligionarios se han dedicado obsesivamente a polarizar y a dividir a los mexicanos y a hacernos transitar por un Estado en proceso de destrucción a través de acciones de desinstitucionalización; de ilegalidad; de incompetencia; de desinformación; de impunidad, de incongruencia y de cerrazón ideológica.

La mandataria a pesar de haber prometido en campaña que sería presidenta de todos los mexicanos, dentro y fuera de sus fronteras, en sus primeros dos meses de gestión ha demostrado que no pretende serlo, por ello resulta difícil creerle que cuenta con la unidad nacional, misma que le será indispensable para armonizar a su gobierno con el de Estados Unidos y el de Canadá. Para conseguirla, resulta necesario aplicar una política de gran calado de restauración del tejido social que mitigue la polarización, propicie la armonía y se base en el diálogo.

La restauración del tejido social y la recuperación de la cultura de la paz requieren de un enorme y duradero contagio positivo y, como hemos sostenido en varias oportunidades, el diálogo resulta indispensable para ello en todos los ámbitos de interacción social, así como la participación, la inclusión, la tolerancia, el respeto y el consenso.

Ante la posibilidad de diálogo con el presidente electo de los Estados Unidos, es una torpeza pretenderlo mientras la presidenta, su gabinete, los legisladores oficialistas y sus correligionarios hacen declaraciones retadoras, necias y huecas contra nuestros socios del norte, que sólo provocarán un desgaste político innecesario y una reacción que puede incrementar las tensiones a inversionistas y a los mexicanos en general y dejarnos fuera del T-MEC.

Se desea a la presidenta éxito en las negociaciones con nuestros socios de América del Norte en beneficio de su gobierno y de todos los mexicanos.

*El autor es abogado, negociador y mediador.

X: @Phmergoldd

mediador.negociador@gmail.com

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