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Datos biométricos y pasajeros
Despegues y Aterrizajes
Hoy en día, cuando se viaja a Estados Unidos o a Europa, Japón o China, lo común es que antes de ver pasaporte o pase de abordar, los controles de migración se fijen en los datos biométricos, es decir, las facciones que un lector óptico registra y que, entre otras cosas, le hace saber al personal del aeropuerto datos del pasajero, como es el nombre, la nacionalidad, el itinerario, el vuelo, aerolínea, asiento y una serie de datos que el propio viajero no tiene idea de por qué y cómo son compartidos.
El futuro ya llegó y nos está rebasando. Empresas de alta tecnología, como SITA, ya tienen instalados estos kioskos donde se toma nota de todos los particulares de cada viajero e incluso, se registra la o las maleta(s) y en caso de que, por alguna razón, se pierda (a pesar de la altísima tecnología) sea posible ubicar al cliente despojado en su hotel o habitación de Airbnb rentada, para hacerle entrega del equipaje perdido.
Son, según se quiera ver, buena y malas noticias.
Buenas porque para los viajeros consuetudinarios u ocasionales, pero cuya intención es sólo ir al destino de vacaciones, la agilidad con que los datos biométricos pueden facilitar las cosas es deliciosa. En vez de largas colas y de preguntas incómodas y extrañas (¿ha venido anteriormente a este país, acompañado de algún familiar o algún esposo? Imagino lo que un marido debe pensar cuando se le pregunta a su mujer si ha ido con “algún esposo” ¿hay muchos?).
Y no hablemos del “cuartito” y la tortura de esperar a que encuentren a algún oficial que hable los mil y un idiomas que deben transitar por aeropuertos como Los Angeles, Miami, Dallas… La tecnología biométrica lo soluciona todo: ésta de la cara con pecas, arrugas de la edad y ojos medio cegatones, soy yo y nadie más. No hay preguntas ni colas, ni inspecciones sobre las hojas del pasaporte.
Eso sí, no faltan los viajeros que se sienten vulnerados en lo más íntimo: ¿cómo es posible que la máquina sepa quién soy, a dónde voy, de dónde vengo, cuánto gano, quién me acompaña…, etc? Desde luego que resulta incómodo, pero al mismo tiempo es momento de empezar a sentir que éste es el futuro y para eso existen ya normatividades en México y el resto del mundo, que -se supone- cuidan los datos personales.
Lo que es cierto es que hay algunas empresas que se dedican a eso. Por ejemplo, SITA, una empresa que inició como Sociedad Internacional de Telecomunicaciones Aeronáuticas, pero en francés) ahora es una de las líderes que, en todo el mundo, da servicios de documentación de pasajeros, equipaje y , pero también posee una especie de red de aeronaves que “se comunican” desde el aire para ubicar tráficos, (algo así como el Wize aeronáutico) y que le ha prestado muchos servicios al control de tránsito aéreo en el mundo.
Aunque en principio fue fundada por aerolíneas, hoy en día le da servicio a todo el sistema de transporte aéreo. Por ahora, ya tiene todo listo para la avalancha que viene con el mundial de futbol del 2026 en Estados Unidos, Canadá y México. Y esto de la tecnología, apenas empieza. Interesante.