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Opinión

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¿Hacienda, incómoda con la meta inflacionaria?

@campossuarez

En la Secretaría de Hacienda no les caen muy bien las estimaciones de los analistas mexicanos y su visión pesimista de lo que puede venir para la economía en el 2025. 

El secretario, Rogelio Ramírez de la O, dice que los expertos están en Wall Street, en los mercados, en las calificadoras, porque allá son expertos que ponen su experiencia en una estimación y ponen su dinero.

Bueno, pues aquellos que, donde ponen sus pronósticos, ponen sus dólares, tampoco creen, como los de acá, que se pueda alcanzar la estimación oficial de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 2.3 por ciento.

Moody’s, esa firma calificadora que recibió reclamos por poner en perspectiva Negativa la calificación crediticia de la deuda soberana mexicana antes de la presentación del Paquete Económico redujo su estimación de crecimiento del PIB a 1.3% en el 2025.

Pero, además de los expertos de allá y los analistas de acá, el propio Banco de México tiene también esa misma expectativa poco optimista.

El banco central mexicano mantiene un estimado de crecimiento del PIB el próximo año de 1.2%, muy en línea con los expertos de allá y los opinadores de acá.

Pero hablando de las incomodidades de Hacienda, en el caso del Banco de México hay una que supera, por mucho, su divergencia en pronósticos económicos.

Podría revivirse una vieja discusión ideológica de la vieja izquierda sobre permitir más inflación a cambio de una mayor tasa de crecimiento. Prácticamente en todo el mundo hay consenso de que la inflación es el impuesto más caro para los pobres.

Pero, si el sentido común va por su segundo sexenio sabático consecutivo, podría revivir ese tema y entonces buscar que el Banco de México sea más laxo con su meta inflacionaria de 3 por ciento.

Por lo pronto, ya vimos cómo las palomas del Banxico han iniciado un vuelo en parvada y han salido a los medios de comunicación a defender bajas más agresivas de la tasa de referencia para influir así en la actividad económica.

El Banco de México tiene un mandato único: cuidar el poder de compra de la moneda y la realidad es que ya son varios años de lucha contra una inflación persistente, incluso por razones internas, como los aumentos salariales.

Se mantienen las expectativas de presiones inflacionarias, sobre todo en servicios como ha dicho otro subgobernador del Banxico que aparece en los medios de comunicación como halcón solitario.

El Banco de México es autónomo, tiene una meta única y un objetivo claro. Sí, pero tal certeza, en estos tiempos, ya no es suficiente. Sobre todo, porque un gobierno fiscalmente irresponsable, como el pasado, desbalanceó las finanzas públicas y ahora le urgen tasas de interés bajas y un mayor crecimiento económico para enderezar el barco.

Por lo pronto, una de las integrantes más consistentes con el mandato único del Banco de México, Irene Espinoza Cantellano, está a 40 días de terminar su mandato y la mujer que la sustituya, así lo adelantó la presidenta Sheinbaum, volará seguramente del lado de las palomas.

Lo único que hay que recordarle mañana, tarde y noche al gobierno actual es que prometieron respetar la autonomía del Banco de México, no vaya a ser que quieran organizar una votación popular de subgobernadores.

Su trayectoria profesional ha estado dedicada a diferentes medios. Actualmente es columnista del diario El Economista y conductor de noticieros en Televisa. Es titular del espacio noticioso de las 14 horas en Foro TV.

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