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Incertidumbre monetaria: ¿qué tanto bajarán las tasas de referencia?
Es vital que los bancos centrales prioricen la lucha contra la inflación si buscan evitar que las expectativas se contaminen, especialmente en países como México, donde las expectativas son clave para controlar la inflación.
Esta semana, el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) de la Reserva Federal de Estados Unidos y la Junta de Gobierno del Banco de México redujeron sus respectivas tasas de interés de referencia en 25 puntos base.
Sin embargo, los cambios en ciertas perspectivas y proyecciones generan dudas respecto del nivel que alcanzarán las tasas en el futuro cercano.
La Junta de Gobierno del Banco de México decidió, por unanimidad, reducir el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria en 25 puntos base y ubicarla en un nivel de 10 por ciento. Con ello se reduce el apretamiento monetario frente a una inflación subyacente que continúa disminuyendo, y una inflación no subyacente que todavía se mantiene elevada.
En este punto, conviene señalar que, durante noviembre, la inflación general se ubicó en 4.55%, mientras que la subyacente fue de 3.58 por ciento.
En el comunicado se atribuyó el nivel de la inflación general a los efectos de choques de oferta que han afectado al componente no subyacente.
Las proyecciones de Banco de México apuntan a una ligera ralentización de la convergencia de la inflación hacia la meta del 3%, pues en noviembre se tenía prevista la convergencia hacia el cuarto trimestre de 2025, y en las proyecciones publicadas en esta decisión se postergó el logro del objetivo hasta el tercer trimestre de 2026.
Con estos datos, la tasa de interés real ex post (usando la inflación observada) se estaría ubicando en 5.45 por ciento.
Conviene recordar que la tasa de interés real ex post ha estado por encima del 5% desde abril de 2023, cuando la media histórica (desde enero de 2008 hasta la fecha) ha sido de aproximadamente 1.5 por ciento.
Por su parte, el FOMC de la Fed tomó la decisión, por mayoría de votos de sus miembros, de reducir la tasa de fondos federales en 25 puntos base para ubicarla en un rango de 4.25-4.50 por ciento.
Dentro del comunicado se refrendó que si bien la tasa de desempleo ha aumentado, todavía se mantiene baja.
Asimismo, se indicó que, aunque la inflación se mantiene algo elevada, se han presentado avances en la convergencia hacia el objetivo del 2 por ciento.
Si bien la inflación en Estados Unidos se mide por el Índice de Precios al Consumidor (CPI, por sus siglas en inglés), la Fed presta más atención a la inflación medida por el Índice de Precios de Gastos de Consumo Personal (PCE).
En octubre de 2024, la inflación PCE se ubicó en 2.3%, una aceleración respecto del 2.1% observado en septiembre; por otro lado, en noviembre, la inflación CPI se ubicó en 2.73%, con lo que hiló 2 meses consecutivos de aumentos.
En el comunicado de la Fed, se observó una revisión al alza de las proyecciones de inflación general y subyacente del PCE. Así, la convergencia hacia el 2% se alcanzaría en 2027 y no en 2026.
Asimismo, se actualizó el gráfico de puntos, en el que se indica el nivel en que la tasa de referencia debería ubicarse en los próximos años según la opinión de los diferentes miembros del FOMC.
En este diagrama se observó que rumbo al cierre de 2025 el consenso pasó de un rango de entre 3.25 y 3.50% a uno de entre 3.75 y 4%; y se observó una revisión al alza para los siguientes años.
En suma, los datos indican mejoras en la inflación, pero no al ritmo que permitiría a las autoridades monetarias acelerar el proceso de baja de tasas. Asimismo, las revisiones al alza en las proyecciones de inflación sugieren que las tasas de interés podrían permanecer más altas de lo inicialmente previsto para los próximos años.
Esta incertidumbre respecto de los niveles que podrían alcanzar las tasas de interés de referencia a lo largo de 2025 y los años subsiguientes ha presionado al alza los rendimientos de los títulos de deuda de más largo plazo y a la baja a los títulos de renta variable.
Sin embargo, es vital que los bancos centrales prioricen la lucha contra la inflación si buscan evitar que las expectativas se contaminen, especialmente en países como México, donde las expectativas son clave para controlar la inflación.