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Inversión Extranjera Directa y nearshoring, ¿mito o realidad?

OpiniónEl Economista

China recibía hasta el año 2021 más de 300,000 millones de dólares anuales en inversión extranjera directa.

En 2022 los flujos empezaron a disminuir y en 2023 por primera vez se observó una salida de inversión extranjera directa desde China. ¿La razón? La guerra comercial con Estados Unidos. Esta salida de inversión abrió la puerta a que esas empresas que estaban ubicadas en China buscaran otros países para relocalizarse.

En México a esta oportunidad se le conoce como nearshoring, término que hace referencia a la producción en un lugar cercano a donde se desea exportar.

La oportunidad del nearshoring es real y enorme, pero en México se ha aprovechado poco. De acuerdo con las cifras preliminares de la Secretaría de Economía, en 2023 entraron a México 36,058 millones de dólares de Inversión Extranjera Directa. Al interior, el 73.4% estuvo explicada por reinversión de utilidades, alcanzando un máximo histórico y mostrando un crecimiento de 64.4% respecto al 2022.

Por su parte, el 12.7% de estos flujos se explicó por cuentas entre compañías, creciendo 137.4% respecto al mismo periodo del 2022. Finalmente, el 13.9% de la inversión recibida en el año fue por nuevas inversiones, cayendo 72.3% respecto a 2022.

Estos datos revelan que las empresas extranjeras que están en México desean quedarse en el país, pero son pocas las nuevas que están llegando.

De hecho, la proporción de la inversión extranjera directa explicada por nuevas inversiones en 2023 (13.9%) fue la menor en registro[1]y no se veía un flujo de nuevas inversiones tan bajo desde el 2012.

La tendencia se extendió al primer semestre del 2024, pues la nueva inversión explicó solamente el 2.9% de la Inversión Extranjera Directa total durante el periodo.

Esto implica que México está aprovechando menos del 5% de la oportunidad global del Nearshoring.

Por si fuera poco, la inversión está muy concentrada en unas cuantas entidades federativas y en pocas industrias.

Esto provoca que el Nearshoring sea considerado por algunos como una gran oportunidad para México y para otros como un mito, que no va más allá de anuncios que no terminan de materializarse en inversiones reales.

En el primer semestre del 2024, la Ciudad de México recibió el 45.6% del total de la inversión extranjera directa, Nuevo León el 7.4%, Baja California con 5.8%, Estado de México con 5.5%, Guanajuato con 4.3% y Chihuahua con 3.5%. En conjunto estos 6 estados recibieron más del 70% de la inversión nacional en la primera mitad del 2024.

Por industria, el 53.6% se dirigió a la manufactura y al interior, el 47.8% se concentró en fabricación de equipo de transporte, 24.9% en la fabricación de bebidas y tabaco, 8.1% en la industria química, 5.2% en la fabricación de equipo de computación, 4.8% en la industria alimentaria y 4.6% en las industrias metálicas básicas, englobando el 95.4% de la inversión extranjera directa en manufactura en el 2024.

Si México es el principal proveedor de bienes y servicios de Estados Unidos, la inversión extranjera directa debería estar creciendo a un mayor ritmo, más aún si hay empresas que se están relocalizando a otros países.

Sin embargo, a México le ha faltado: 

1) promoción en el exterior, 

2) certidumbre en la política económica interna, 

3) infraestructura en energía eléctrica y agua y 

4) paquete de recibimiento para nuevas inversiones.

Con las condiciones propicias, México podría estar recibiendo flujos anuales de inversión extranjera directa de 55 mil millones de dólares.

*Gabriela Siller es directora de Análisis Económico-Financiero de Banco Base.

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