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Opinión

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López-Dóriga centró el balón a De la Fuente

Juan Ramón de la Fuente entró relajado al estudio de Radio Fórmula para ser entrevistado por Joaquín López-Dóriga. El periodista es su amigo. 

El placer que siente un funcionario cuando es entrevistado por alguien de su confianza es fácilmente perceptible por el auditorio.

No hubo preguntas que arrojaran a De la Fuente contra las cuerdas.

López-Dóriga centra su pase hacia la cabeza del secretario de Relaciones Exteriores para que anote gol. De la Fuente dedicó los primeros 10 minutos a explicar la parte técnica de las elecciones estadounidenses, es decir, no interpretó el papel de canciller, sí parecía analista electoral estadounidense.

El intercambio con López-Dóriga fue campechano.

Sin embargo, el secretario de Relaciones Exteriores no se percató de una frase que dejaría helado a todo demócrata estadounidense: lo ocurrido el 6 de enero de 2021 en el Capitolio, dijo De la Fuente, “fue un zipizape”.

Un perfil demócrata no puede degradar a un zipizape la insurrección ocurrida en el Capitolio, en gran medida, por haber sido azuzada por el entonces presidente Donald Trump. El objetivo fue hecho explícito por él mismo: impedir que el vicepresidente Mike Pence declarara a Joe Biden ganador de las elecciones presidenciales.

El diccionario describe el zipizape como “riña ruidosa o con golpes”. La insurrección en el Capitolio tuvo objetivos políticos claros: interrumpir la democracia estadounidense.

No solo hubo golpe, había balas que mataron a varias personas.

López-Dóriga confesó que, a diferencia de De la Fuente, él sí podía decir los efectos nocivos de una posible victoria de Trump.

De la Fuente ha de haber sentido alivio cuando el periodista le entrega la flor representada con: “Yo sí lo puedo decir”.

El funcionario reveló que no hay materia de preocupación por la identidad del ganador de las elecciones presidenciales en Estados Unidos.

Me hizo recordar a López-Gatell. El virus covid-19 no generaría 100, 200, 300 mil muertos; el cubrebocas sirve, pero no sirve; AMLO, es buena persona, no podría ser atacado por el virus.

Es probable que el exrector de la UNAM piense que una mayoría de la población le aplaudió a Trump el día en que AMLO viajó a Washington para interpretar un guion surrealista: agradecer al entonces presidente por el buen trato dado a los mexicanos.

Las democracias del mundo sí están preocupadas ante la eventual victoria de Donald Trump; y la economía mexicana es la más nerviosa por el tema. Desde la soberbia se eclipsa la realidad.

El país ya no está para aguantar otro abrazo a Evo Morales o degradar a los inmigrantes como cajas de refrescos intercambiables.

Sin duda, Juan Ramón de la Fuente se autorretrató.

Fue profesor investigador en el departamento de Estudios Internacionales del ITAM, publicó el libro Referéndum Twitter y fue editor y colaborador en diversos periódicos como 24 Horas, El Universal, Milenio. Ha publicado en revistas como Foreign Affairs, Le Monde Diplomatique, Life&Style, Chilango y Revuelta. Actualmente es editor y columnista en El Economista.

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