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Opinión

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Los mexicanos nos estamos suicidando por comer tanta chatarra

El mercado de comida chatarra en México representa un sector económico significativo y en crecimiento, a pesar de los continuos esfuerzos gubernamentales para reducir su consumo debido a preocupaciones de salud pública. Esta situación tiene un impacto directo en la salud de la población mexicana, como lo demuestran las alarmantes estadísticas de obesidad, sobrepeso y diabetes. 

La prevalencia de sobrepeso y obesidad en la población mexicana de 20 años o más alcanza 72.4% (75% en mujeres y 69.6% en hombres). Por grupos de edad en adultos, la obesidad afecta a 33% de los adultos de 20-39 años, a 44.4% de los de 40-59 años (el grupo más afectado), y al 32.2 de los de 60 años o más. En cuanto a los menores, 37.4% de los niños de 5 a 11 años y 42.9% de los adolescentes de 12 a 19 años presentan sobrepeso u obesidad.

La diabetes es una consecuencia grave de la obesidad en nuestro país. Anualmente, alrededor de 145,000 personas mueren por esta enfermedad que es silenciosa por no presentar síntomas en sus etapas iniciales. Los adultos con obesidad tienen una probabilidad 1.7 veces mayor de ser diagnosticados con diabetes en comparación con adultos de peso normal.

Más de 50% de los mexicanos consumimos alimentos chatarra varias veces por semana. 13% las consume todos los días. 12% de la población sufre de insuficiencia nutricional debido al consumo excesivo de esta mal llamada comida, según datos de la Secretaría de Salud de febrero de 2023. En 2014, la comida chatarra representaba 30% del gasto de una familia mexicana promedio.

El mercado de papas fritas en México alcanzó 3,479 millones de pesos en 2023, y se proyecta que alcanzará 4,582 millones de pesos en 2032. Los mexicanos comemos aproximadamente 7.8 kilogramos de papas fritas por año.

México es el primer consumidor de refrescos en el mundo con un promedio de 163 litros por persona al año. El valor del mercado de refrescos en México ronda los 15, 500 millones de dólares, y se proyecta que crezca a una tasa anual compuesta de 4.9 por ciento.

El Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) aplicado a alimentos no básicos con alta densidad calórica recaudó 25,590 millones de pesos en 2021. Para 2024, se estima que el IEPS a cervezas, cigarros y comida chatarra generará 210,359.9 millones de pesos, 5.4% más en términos reales respecto a 2023.

La compra de comida chatarra sigue en aumento a pesar de que desde hace décadas el gobierno implementó medidas para combatir su consumo excesivo, incluyendo un impuesto especial de 8% por cada 100 gramos con densidad calórica mayor a 275 kilocalorías, y nuevas regulaciones de etiquetado que fueron combatidas infructuosamente por sus fabricantes. Ahora, como ayer lo explicó el secretario de Educación Pública, Mario Delgado, el gobierno de la presidenta, Claudia Sheinbaum, prohibirá que se venda en escuelas públicas y privadas de todos los niveles.

Consumir comida chatarra en cantidades módicas no mata, pero en grandes cantidades, como lo hacen millones de mexicanos, es suicidarse lentamente. La realidad es que muchos se están autodestruyendo con cada bocado de comida chatarra. Ojalá que las medidas drásticas que se anunciaron ayer sí funcionen antes de que sea demasiado tarde.

Facebook: Eduardo J Ruiz-Healy

Opinador, columnista, conferencista, media trainer, 35 años de experiencia en medios de comunicación, microempresario.

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