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Opinión

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Populismo, polarización, posverdad

Estas tres palabras están definiendo los ataques que sufre actualmente la democracia en el mundo. 

El populismo es la convergencia del desencanto político causado por la representación frustrada, las disfunciones del régimen democrático y la no solución a los problemas sociales. Por estas razones, no se le puede reducir a su dimensión demagógica.

El populismo es la parte parasitaria de la democracia.

En países importantes y otros no tanto, ha emergido el populismo al igual que en el siglo XX fue el totalitarismo.

El populismo descansa en varias simplificaciones. Una es abusar de que representa al pueblo. Este es una abstracción, cómoda y engañosa. Otra característica es que atribuyen al sistema representativo la corrupción como su esencia. Y no menos importante es considerar que lo que vincula a la sociedad es su identidad y no la calidad de las relaciones sociales.

Para superar estas falacias se necesita una democracia más interactiva y redefinir el contrato social basado en la búsqueda de una sociedad más igualitaria, así como un gobierno de la mayoría con protección de las minorías.

Actualmente, los líderes populistas más importantes logran apoyarse mutuamente y hacer una red de influencias. Rusia, Irán, China, India y Turquía han ayudado a Maduro a esquivar las sanciones que le aplicaron a su país. Y Putin es el líder de los gobernantes populistas y ofrece una lógica a seguir.

Polarización política es la que se vive en Estados Unidos. Trump y Kamala Harris tienen posiciones totalmente diferentes. Harris es del centro político y Trump es populista de derecha. Los demócratas finalmente superaron el pánico que tenían ante un Trump que los insulta descaradamente. Además de la posición racista que tiene Trump, hay un peligro mundial de que si gana se dé un rompimiento del eje de seguridad euroatlántico. De esto ya se percataron los políticos del Partido Demócrata y los líderes de la Unión Europea. Hay un convencimiento de que Trump destruirá regulaciones institucionales y facilitará un mayor protagonismo de países gobernados por populistas como son Rusia, China, India y Turquía.

La posverdad es el manejo de creencias falsas que tiene el apoyo de oligarcas tecnológicos que se identifican con Trump y Putin. Los servicios de información oficiales son ignorados e imponen frases atractivas para el consumo popular.

Putin, en vez de explicar las razones de la invasión a Ucrania, dijo que estaba combatiendo al fascismo. Maduro también declaró fascista a la oposición a su gobierno. Trump, en vez de hacer una oferta educativa, dijo que “ama a los de bajo nivel educativo”. Respecto a los inmigrantes latinoamericanos, dijo que “están envenenando la sangre de nuestro país”. Hay que recordar que la Reserva Federal de Estados Unidos reconoció que en los años de Covid-19 la mano de obra migrante salvó a Estados Unidos de caer en una recesión.

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Escritor y licenciado en economía, egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México. De 1984 a 1990 fue embajador de México ante el Reino de Dinamarca, donde se le condecoró con la orden Dannebrog.

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