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Opinión

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El premio mayor

El fin de semana, sin existir una razón comprensible y fundada, la presidenta en el cambio de poderes de Veracruz declara su tristeza y nostalgia porque el gobernador saliente ya no estará al frente del gobierno de aquel estado y agrega que no hay que preocuparse, porque se lo llevará a la ciudad de México a cumplir una tarea estratégica y muy importante en su gobierno.

La pregunta es ¿por qué?

Recupero lo escrito el día de ayer por Carlos Marín en su periódico Milenio: “Según el Observatorio Universitario de Violencia Contra las Mujeres, durante su mandato, el delito de desaparición repuntó con 527 feminicidios, 512 homicidios, tres mil 515 desapariciones y dos mil 806 casos de violencia o agresiones”.

Recuperando la nota de una colega Marín termina: “En su crónica, Isabel recuerda una docena de masacres pendientes de resolver, entre otras las ocurridas en 2019 en el bar Caballo Blanco de Coatzacoalcos, con 34 personas asesinadas, y la de Minatitlán, con 14 víctimas acribilladas.

La ex senadora y actual diputada local por el PAN Indira Rosales le espetó en su cara, sin que Cuitláhuac la refutara, que deja Veracruz en el primer lugar nacional en secuestro, segundo en extorsión y corrupción (70 por ciento en adjudicaciones directas), tercero en robo con violencia, séptimo de mayor incidencia delictiva y sexto en delitos contra la vida, el cuarto en feminicidios, el sexto en desapariciones y el décimo en trata de personas.

La opinión pública se ha volcado en tratar de explicar el hecho dadas las muy pobres tarjetas de presentación del exgobernador Cuitláhuac García. Torpe para expresarse, torpe en el ejercicio de gobierno, torpe en su trato con las mujeres y torpe, sobre todo, en la administración y en la relación con la oposición dentro de su estado.

No hay ejemplo más palmario de la mediocridad y de la abyección que el exgobernador en el ejercicio público. Contrario a la mayoría de la opinión pública, yo creo que si tiene una virtud. Es férreo enemigo de Ricardo Monreal, al punto que persiguió y encarceló al operador de éste mientras Monreal era presidente de su bancada y de la Jucopo en la cámara de senadores.

Ese hecho modesto, pero contundente, lo pone en una circunstancia que sería inentendible si no fuera porque la presidenta esta urgida de alianzas y leales a ella, más que al expresidente AMLO.

La única manera de entender esos halagos y esas palabras tan elocuentes pronunciadas en Veracruz si no fuera porque empieza a notarse en el semblante y en las acciones de la presidenta, la necesidad de encontrar sus propios aliados en el mar de intereses y disputas dentro del gobierno de la 4t.

Cuando alguien tiene la necesidad de cobijarse con un trapo tan sucio, raído y lleno de agujeros, es solamente porque el frio es sencillamente insoportable y hay que recurrir a los rastrojos que la realidad nos ofrece. No hay otra forma de explicárselo. Nada más, pero nada menos también.

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Ensayista e interesado en temas legales y de justicia. actualmente profesor de la facultad de derecho de la UNAM.

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