Buscar
Opinión

Lectura 5:00 min

Siete de cada 10 mexicanos nunca superan la pobreza: CEEY

En México inicia un nuevo gobierno y con éste, viene una nueva oportunidad para alcanzar un mayor crecimiento y desarrollo. 

Los gobiernos en México hasta ahora, han sido reiterativos, en términos discursivos, en la necesidad de alcanzar una sociedad en la que todos tengan las mismas oportunidades.

Y todos, independientemente de los colores y partidos, han coincidido en el mismo camino para reducir las desigualdades.

Con distintos nombres, presupuestos y organización proponen y ofrecen programas de protección social.

En la experiencia de la historia reciente, en los últimos nueve sexenios, los programas sociales han tenido resultados distintos, algunos mejores que otros, en el propósito de reducir la pobreza.

Y aunque en términos políticos la oferta de deslindar a los programas sociales de los propósitos clientelares de los gobiernos, siempre está presente en los mensajes oficiales, al final, predomina la clara intención de obtener la rentabilidad política.

Muy probablemente, esa es una de las razones que han impedido que se rompa con el círculo vicioso de reproducción de la pobreza.

El problema de la pobreza, en sus distintas acepciones, es un problema estructural que requiere de la definición de políticas claras de corto, mediano y largo plazos para superarlo.

Si no se entiende así, las buenas intenciones de los gobiernos, seguirán siendo eso: buenas intenciones y no acciones concretas y específicas que buscan atender el objetivo de una sociedad en la que la mayoría de los individuos tenga las mismas oportunidades.

En ese contexto, uno de los aspectos que permite observar con claridad qué pasa en el tema de la pobreza, es el de la movilidad social, entendida como el cambio en la condición socioeconómica de las personas.

El Centro de Estudios Espinosa Yglesias desde el año 2006 realiza la Encuesta de Movilidad Social en México (Esru-Emovi) y ha trabajado, con método y disciplina, la relación que existe entre la movilidad social y la desigualdad en los resultados de vida de las personas.

Hace apenas unas horas, liberó el Informe Movilidad Social En México 2019, Hacia la Igualdad Regional de Oportunidades.

Lo que revela es contundente: en la última década no ha cambiado el status de la movilidad social en México.

¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que, igual que hace 10 años, al menos 7 de cada 10 mexicanos que nacen en el peldaño más bajo de la escalera socioeconómica del país, no logran superar la condición de pobreza durante su vida.

En otras palabras, la ausencia de un piso parejo de arranque y avance en la vida para todos los mexicanos hace que, en nuestro país, la pobreza se herede.

A nivel internacional, México es de los países con menos movilidad social y con mayor desigualdad

La movilidad social en México es baja: 49 de cada 100 personas que nacen en los hogares del grupo más bajo de la escalera social, se quedan ahí toda su vida.

Y aunque la otra mitad logra ascender, 25 de ellos no logran superar la línea de pobreza de México.

Lo anterior implica que 74 de cada 100 mexicanos que nacen en la base de la escalera social, no logran superar la condición de pobreza. En cambio, 57 de cada 100 de quienes nacen en hogares del extremo superior de la escalera social, se mantienen ahí el resto de su vida.

Desde el levantamiento de la Esru-Emovi 2006, los resultados evidencian que el país se caracteriza por una baja movilidad social, sobre todo en los extremos de la distribución socioeconómica

Lo anterior significa que quienes nacen en una posición socio- económica desventajosa, tendrán pocas posibilidades de superar su situación a lo largo de la vida.

Al mismo tiempo, quienes nacen en una condición de mayor ventaja, tienen pocas probabilidades de perder su estatus.

En un contexto como el mexicano, en donde la pobreza y la desigualdad son altas y persistentes, la escasa movilidad social abona a que la sociedad no solo se polarice, sino que sea una altamente estratificada.

En consecuencia, concluye el estudio, el reto es lograr un nuevo contrato social que reconozca a la igualdad de oportunidades como un mecanismo clave para aumentar, de manera simultánea, el potencial de crecimiento económico y mejorar la distribución de sus ganancias.

El Estado debe concentrarse en ampliar e igualar las oportunidades de las personas para lograr mayor movilidad social.

Se requiere diseñar una serie de mecanismos de acción pública en los ámbitos de la educación, la salud y la protección social, los cuales solamente podrán establecerse si el Estado mexicano logra, como primer paso, una reforma a la Hacienda Pública que garantice su financiamiento y sostenibilidad de generación en generación.

Hasta ahí los datos y propuestas del CEEY.

El gobierno de Claudia Sheinbaum debería escuchar y atender estos análisis que muestran diagnósticos claros y propuestas concretas. La Jefa del Ejecutivo tiene la posibilidad de iniciar un camino diferente para romper el círculo de la pobreza en México. Veremos.

Periodista desde 1975, ha trabajado ininterrumpidamente en periódicos, revistas, radio, televisión e internet. En los últimos 31 años se ha especializado en negocios, finanzas y economía. Es uno de los tres conductores del programa Fórmula Financiera, que se transmite por Grupo Fórmula.

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí

Noticias Recomendadas