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Política

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AMLO tiene un discurso repetitivo: Sebastián Garrido

Habla claro y repite mucho. Y no es que lo haga porque es una persona con pocas ideas, sino porque tiene muy clara la estrategia de comunicación que debe seguir, expone el académico del CIDE, Sebastián Garrido de Sierra.

Los discursos son para el presidente Andrés Manuel López Obrador un elemento de comunicación enfocado en transmitir a los electores mensajes clave que repite una y otra vez, señaló el coordinador de la Unidad de Ciencia de Datos del Laboratorio Nacional de Políticas Públicas del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), Sebastián Garrido de Sierra.

En entrevista, explicó que, al analizar el contenido de los discursos, la frecuencia de palabras, pares de palabras y tercias de palabras, entre otros elementos, destaca que el jefe del Ejecutivo nacional recurrentemente habla de cifras, concretamente miles de millones de pesos, como los montos que se reparten en programas sociales.

El politólogo expuso que en caso concreto de mencionar las cifras, se observa claramente una intencionalidad con, al menos, tres objetivos.

El primero es señalar cómo, desde su perspectiva, las administraciones anteriores lo hicieron todo mal y cómo afectó la corrupción en gobiernos pasados. Con ello busca diferenciarse a los ojos de la gente.

Eso se observa, por ejemplo, cuando menciona la cantidad de recursos públicos que se gastaban en la compra de pólizas de seguros para los funcionarios de alto nivel de las pasadas administraciones federales.

Otro ejemplo es cuando ilustra que antes se gastaba muchísimo en medicinas y no las había en los hospitales.

“Lo que busca es compartir los resultados tangibles de sus políticas públicas y los cambios”.

El segundo es para exponer cómo las cosas están cambiando en su administración. Para esto, utiliza diferentes cifras, por ejemplo, para señalar cómo el combate al huachicol ha significado ya ahorros importantes y dice los números o cómo está destinando montos millonarios para diferentes programas sociales.

El tercer objetivo tiene que ver con dejarle claro a los electores cuáles son los beneficios tangibles que van a recibir en su administración. Ejemplo de ello son los montos que reiteradamente cita de las becas para los alumnos de las universidades Benito Juárez, los beneficiarios de programas como Jóvenes Construyendo el Futuro. “Cómo se va a beneficiar a la población directamente es el objetivo de la gran mayoría de sus discursos”.

El académico indicó que se observa que habla claro y repite mucho. Y no es que lo haga porque es una persona con pocas ideas, sino porque tiene muy clara la estrategia de comunicación a seguir.

Le gusta preguntar “¿Saben cuánto?”

Destacó que entre las 30 palabras más mencionadas destacan siete porque fueron mencionadas más de 1,000 veces, que son: va, vamos y van, que refieren a una acción. Luego están 1,000 pesos, que refiere a un objeto, dinero y luego, pueblo de México, que es el destinatario.

Hay un segundo grupo de palabras que son: aquí, sí, gobierno, jóvenes y ahora.

Si se consideran los pares de palabras más mencionadas destaca, por mucho: 1,000 millones; seguido por adultos mayores, pesos mensuales, 1,000, 6,700 y viva México.

De hecho, de los 30 pares de palabras que más repite el presidente son cifras, muchas de ellas relacionadas principalmente con dinero. También le gusta preguntar “¿Saben cuánto?”.

Si las palabras de los discursos del presidente se ordenan por cuatrigramas, las más mencionadas son: pesos cada dos meses, viva México, viva México, 2,550 pesos, 1,600 pesos cada y 600 pesos cada dos.

En este caso, la palabra “cada” acompañando a una cifra es recurrente.

Garrido de Sierra indicó que si bien la comunicación, en cierto sentido es como el beisbol, que se trata de porcentajes, en general, el presidente López Obrador es un muy buen comunicador, ésa es una de sus habilidades más claras y lo consigue en sus discursos.

En el caso concreto de cómo usa los discursos, lo que se observa es que es un buen comunicador porque tiene muy claro cual es el mensaje que quiere compartir y lo repite con eficiencia y claridad y lo hace una y otra vez en las diferentes partes donde está. Ésa es su estrategia de batalla, refirió.

Luego mencionó que tiene otros espacios como las conferencias mañaneras en donde se trata, más bien de marcar la agenda, generar polémica y establecer temas.

Comentó que la mayor parte de los discursos del presidente son pronunciados en plazas públicas para anunciar la entrega de beneficios de programas sociales o de políticas públicas.

En ese sentido, destacó que las audiencias en esos públicos son los ciudadanos, a los que él llama pueblo.

diego.badillo@eleconomista.mx

Periodista mexicano, originario de Amealco, Hidalgo. Editor del suplemento Los Políticos de El Economista. Estudié Sociología Política en la Universidad Autónoma Metropolitana. En tres ocasiones he ganado el Premio Nacional de Periodismo La Pluma de Plata que entrega el gobierno federal. También fui reconocido con el Premio Canadá a Voces que otorga la Comisión Canadiense de Turismo, así como otros que otorgan los gobiernos de Estados Unidos y Perú.

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