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Acapulco, el municipio más violento del país
El presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública, José Antonio Ortega, presentó el estudio La violencia en los municipios de México , según el cual el puerto guerrerense tiene una tasa de delitos 32% mayor a la de Lerdo, que ocupa el segundo lugar.
El municipio de Acapulco, en Guerrero, es el más violento del país, al registrar la tasa de homicidio doloso más alta en el 2012; con 143 por cada 100,000 habitantes, informó el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal.
Al presentar el estudio La violencia en los municipios de México , José Antonio Ortega, director del Consejo detalló que la tasa nacional de homicidios fue de 17.97 el año pasado, es decir este municipio reportó una incidencia superior en casi 8 veces.
"La tasa de Acapulco fue 32% superior a la del municipio de Lerdo, que ocupa el segundo lugar nacional", comentó
Asimismo, mencionó que de los 20 municipios con las tasas más elevadas de homicidios, 5 corresponden al estado de Guerrero (Acapulco de Juárez, Zihuatanejo de Azueta, Iguala de la Independencia, Chilpancingo de los Bravo y Taxco de Alarcón) y 4 al de Morelos (Cuernavaca, Cuautla, Temixco, Yautepec y Jiutepec).
Cincuenta y nueve de los 212 municipios tienen una tasa de homicidios superior a la nacional.
Por otra parte, el estudio reveló que Tamaulipas es el municipio con la tasa de secuestros más elevada del país (22.71 por cada 100,000), la cual es 20 veces superior a la nacional (1.11), y 52% superior a la del municipio Victoria, que ocupa el segundo lugar nacional.
En tanto, la ciudad de Oaxaca registra la mayor tasa en lesiones dolosas y la delegación Cuauhtémoc, en la ciudad de México, tiene la más elevada respecto a robos con violencia y Cuautla, Morelos, la de extorsiones.
El director del Consejo Ciudadano pidió al Gobierno federal replantear la estrategia de seguridad a fin de atender de manera inmediata los altos índices de violencia y los delitos de impacto.
"Cuando el Estado persigue y castiga a los delincuentes previene nuevos crímenes, inhabilita a los que captura y disuade a otros que no ha capturado, a personas que abrigaban la idea de delinquir. Detener homicidas evita que estos sigan matando, salva vidas", comentó.
Agregó que "repartir lentes entre personas de escasos recursos, alargar la duración de la jornada escolar o distribuir becas entre personas que algún burócrata supone que de no recibirlas podrían convertirse en delincuentes. No salva vidas, no previene secuestros ni violaciones", concluyó.
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