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Política

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Crece aprobación de la justicia por mano propia

En México y otros países del continente ha crecido la aprobación a la justicia por mano propia y mediante los cuerpos de autodefensa, formas que proporcionan pocos mecanismos de rendición de cuentas y un reto para el Estado de Derecho, exhibe el Barómetro de las Américas del 2014.

En México y otros países del continente ha crecido la aprobación a la justicia por mano propia y mediante los cuerpos de autodefensa, formas que proporcionan pocos mecanismos de rendición de cuentas y un reto para el Estado de Derecho, exhibe el Barómetro de las Américas del 2014, elaborado por el Proyecto de Opinión Pública de América Latina de la Vanderbilt University.

Los datos del estudio realizado con 50,000 entrevistas en países americanos revelan que el promedio de aprobación a la justicia penal colectiva extralegal en América Latina y el Caribe se ubica entre 28.63 y 32.05 en una escala de 100 puntos. El Barómetro apunta que el puntaje en el 2014 es significativamente más alto que en cualquier punto medido entre el 2004 (31.1) y el 2012 (28.9), sin que pudiese determinarse si ello marca una tendencia en la opinión pública.

República Dominicana encabeza la lista con 42.8 puntos de 100, seguida por Paraguay con 42.3, y Perú con 40.6. En tanto, Trinidad y Tobago y Brasil son los que muestran menos índice de aprobación, con 19.2 y 23.5, respectivamente.

México se encuentra casi en la mitad de la lista de los 25 países americanos medidos con un puntaje de 33.1, y se ubica por encima de Belice, Guatemala, Canadá, Costa Rica y Colombia.

EU se coloca dentro de los 10 países con el mayor nivel de apoyo a la justicia vigilante, con 36.3, encima de otros con tasas de homicidios más altas, entre ellos México y Venezuela.

Recientemente, comunidades en México han ganado notoriedad internacional, ya que han recurrido a las autodefensas para resguardarse de los narcotraficantes y secuestradores.

Muchos de los encuestados que aprobaron la toma de justicia a mano propia expresaron que se debe a que el Estado no castiga a los criminales. El estudio expone, asimismo, que el indicador demográfico más fuerte relacionado con la aprobación de los grupos de vigilantes es la edad. Los más jóvenes fueron más propensos a dar el visto bueno que aquellos de mayor edad.

El informe concluye que la violencia y el crimen constituyen los principales factores de desestabilización en América Latina, debido a la desconfianza en las instituciones.

ana.langner@eleconomista.mx

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