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Política

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En seguridad, “no son buenos resultados”

López Obrador proclamó que, apenas a nueve meses de que asumió el cargo, sus adversarios, a quienes calificó como conservadores reaccionarios por oponerse al cambio que promueve, están “moralmente derrotados”.

El presidente Andrés Manuel López Obrador proclamó que, apenas a nueve meses de que asumió el cargo, sus adversarios, a quienes calificó como conservadores reaccionarios por oponerse al cambio que promueve, están “moralmente derrotados”.

Sin embargo, de nuevo no mencionó un solo nombre de los destinatarios de sus palabras.

“Están moralmente derrotados, porque no han tenido oportunidad de establecer un paralelo entre la nueva realidad y el último periodo neoliberal, caracterizado por la prostitución y el oprobio, que se ha convertido en una de las épocas más vergonzosas en la historia de México”, afirmó.

Desde el patio de honor de Palacio Nacional, seis horas antes de presentar ante el Congreso de la Unión, en acatamiento de la Constitución, su primer Informe de Gobierno sobre el estado que guarda la nación, el mandatario mexicano dirigió un mensaje político —“Tercer Informe de Gobierno al Pueblo de México”, según la leyenda que enmarcó el acto— frente a unas 500 personas sentadas y sillas vacías.

Asistieron los presidentes de los poderes Legislativo y Judicial, los integrantes del gabinete legal y ampliado, gobernadores, legisladores, empresarios, dirigentes obreros y campesinos, titulares de organismos autónomos, y representantes de organizaciones sociales y civiles.

Al final de su discurso se jactó de que “es mucho lo alcanzado en pos de los ideales de honestidad, justicia, legalidad y democracia”, y dijo que con lo conseguido a la fecha “bastaría para demostrar” que no se vive en México “un mero cambio de gobierno, sino un cambio de régimen”.

Confesó que ha tenido “suerte” porque durante el tiempo que lleva en el cargo “han soplado buenos vientos”, por lo que se ha podido llevar a la práctica “una transformación profunda, con poca confrontación y sin violencia política”.

“No dejan de existir, ni queremos que desaparezcan, las protestas legítimas de los ciudadanos, ni los reclamos de nuestros adversarios, los conservadores, que se oponen a cualquier cambio verdadero y están nerviosos o incluso fuera de quicio. Sin embargo, no han podido constituir, y esto lo celebramos, y toco madera para que no se pueda crear, un grupo o una facción con la fuerza de los reaccionarios de otros tiempos”, agregó.

Fiel a su estilo, comentó que lo dicho era “con respeto”, sin que sonara a “un acto de prepotencia o una burla”, sino que es lo que percibe, y volvió a machacar: “Están moralmente derrotados”.

Por el orden en que lo mencionó, casi de refilón antes de concluir su discurso, el tiempo que le dedicó y el contenido en sí de lo informado, pareciera que el tema de la seguridad pública, la principal preocupación de los mexicanos según distintos sondeos y encuestas, pasó a otro término para López Obrador.

En cuatro párrafos reconoció tener que “trabajar mucho, porque no son buenos los resultados en cuanto a la disminución de la incidencia delictiva en el país”, que el problema constituye su “principal desafío”, y se dijo seguro de que logrará “serenar al país. Se va a pacificar México. Eso es un compromiso”.

Otro tema del que habló poco fue el del desabasto de medicamentos en el país.

El Instituto Nacional de Salud para el Bienestar está empezando a resolver cuatro demandas básicas, entre otras, “que haya abasto de todos los medicamentos hasta en las comunidades médicas y centros de salud ubicados en las comunidades más apartadas del país”, aseguró.

Anunció que el sector salud tendrá un incremento de 40,000 millones de pesos en el 2020, a fin de mejorar la atención médica y garantizar la gratuidad en los medicamentos.

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