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Política

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Habrá operativos, son ilegales, advierte autoridad

El secretario de Movilidad mexiquense destaca que si bien son fuentes de trabajo para cientos de personas, el servicio no está regulado.

El operativo contra los llamados mototaxis será aplicado en la zona conurbada para detener y sancionar las unidades que son utilizadas para el transporte público y así evitar una supuesta red de delincuencia.

Entrevistado por El Economista, el secretario de Movilidad (Semovi) del Estado de México, Edmundo Ranero Barrera, dijo que se han implementado diversos retenes en la Zona Oriente para los mototaxis, ya que este tipo de transporte es ilegal.

Los operativos van en coordinación con la Ciudad de México, por ley este transporte está prohibido y no habrá ninguna excusa para detener a las motos, bochos, combis ilegales, vamos con todo aquello que pueda estar infringiendo la ley y la paz de la ciudadanía , indicó.

Cabe señalar que ello se da después del operativo en la delegación Tláhuac, el pasado 20 de julio, donde se abatió a Felipe de Jesús Pérez Luna, alias El Ojos, presunto líder del grupo delictivo que operaba en esta demarcación.

Al cuestionarle si los choferes de los mototaxis podrían trabajar con algún permiso especial por las presidencias municipales dijo:

Sabemos que es un método de trabajo para cientos de ciudadanos, pero se debe entender que no están regulados por ninguna autoridad, no hay método para que puedan transitar y mucho menos servir (como) un transporte público (...) pudiera haber manera de remediar esto con otra alternativa como los bicitaxis .
 

En varias zonas del Edomex



El secretario de Movilidad del Estado de México explicó que delegaciones de la Ciudad de México que colindan con Cuautitlán Izcalli, Chalco, Nezahualcóyotl y Naucalpan es donde prolifera este tipo de transporte y donde hay más reportes en contra de ellos.

Por las zonas boscosas o calles estrechas o las zonas limítrofes con la Ciudad de México es muy difícil detener a motos, a 15,000 que tenemos registradas prestando el servicio, vamos a seguir por que son miles y pues cada sección tiene su base de mototaxis, estamos atacando en las zonas que ya estaban ubicadas , expresó.

En un recorrido hecho por el municipio de Nezahualcóyotl se pudo detectar diversas bases de motocicletas que son utilizadas para el transporte público, muy cercanas a las estaciones del Metro, en la Línea A.

El costo por utilizar este servicio es por el número de kilómetros y puede variar desde 15 hasta 60 pesos, ya que no cuentan con taxímetro o placas autorizadas.

Bases similares se encuentran en la estación del metro Ciudad Azteca en Ecatepec, a diferencia de las anteriores éstas cuentan con líneas marcadas en el asfalto para dejar los vehículos motorizados y un cuadernillo con tarifas establecidas para diferentes puntos de la zona.

Finalmente, la Semovi mexiquense ha decomisado 60 mototaxis desde el pasado viernes y se prevé que sigan trabajando con la Secretaría de Seguridad Pública de la capital para detectar este tipo de unidades.
 

Un sistema de transporte que ahora está prohibido en Tláhuac

 

Del uso cotidiano a ser tema tabú



A las afueras de la estación Nopalera de la Línea 12 del metro capitalino se aprecian movimientos inusuales. Dos policías de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México resguardan las entradas. Al menos otros cinco elementos más rondan impacientes; la orden es mantener la presencia policial y analizar a vehículos sospechosos que transitan por la avenida Tláhuac.

A tan sólo unos metros de ahí, en la calle Arabella, donde hasta hace poco se encontraba una base de mototaxis, un hombre entrado en los 30 voltea a todos lados, parece buscar algo, algo que perdió. Viste ropa deportiva montado en una motocicleta en cuyo costado derecho pende un casco algo maltrecho. Él porta uno también. Mira fijamente a los ojos de un joven que pasa por el lugar, a quien le sonríe. Pocos segundos más tarde, y después de una negociación que ocupó tan sólo un par de palabras de cada uno, el joven sube al vehículo algo gastado y emprenden camino.

La escena es muestra de la nueva forma de operar de los mototaxis en la delegación Tláhuac, la de Felipe de Jesús Pérez Luna, alías El Ojos, presunto líder del cártel de Tláhuac.

A unos días del operativo de la Marina, en la clandestinidad, algunos deciden desafiar el veto gubernamental impuesto a este modo de transporte desde entonces.

Ahora, lo que hasta hace poco era un servicio generalizado, se enfoca en unos cuantos, hombres, jóvenes la mayoría, que están de acuerdo en seguir utilizando este medio para desplazarse.

Al menos 10 minutos después, el mototaxista regresa. Dispuesto a hablar sobre su labor, solicitando se resguarde su verdadero nombre, Manuel para efectos de identificación explica que se han dicho muchas mentiras recientemente sobre los mototaxis y su forma de operar. A nosotros nos extorsionaban afirma si no llegabas a checar y no dabas los 10 pesos diarios y, además de 21 pesos semanales, no te dejaban trabajar, te descansaban , expone en primera instancia.

Lo que no saben es que cientos de familias dependen de esto, asegura. Acto seguido, saca unas monedas de su bolsillo derecho y relata que no podía dejar de trabajar debido a las obligaciones que trae consigo el ser padre.

Llevo 20 pesos desde las 9 de la mañana. Soy el único que está aquí, le he dicho a otros compañeros pero no quieren venir, tienen miedo de que les pase algo .

Manuel, que desempeña esta actividad desde hace cinco años, confía en su suerte; asume que lo peor que le puede pasar es que le sea decomisada la moto en la cual anda. No me pueden privar de mi libertad , agrega.

Sobre la movilización de droga, el joven transportista indica que a él nunca le han pedido algo de tal naturaleza, aunque no descarta que otros compañeros incurran en actos de este tipo y, acota que ante la generalización y la prohibición, algunos compañeros y él están pensando en acudir a Derechos Humanos para que puedan laborar como antes.

Sobre la avenida Tláhuac, decenas de personas se disponen a abordar autobuses de las rutas que recorren el lugar. Al preguntarles a muchos, evitan hablar; no tengo nada que decir , dicen algunos, muchos otros responden con un simple no , a la pregunta sobre qué es lo que saben sobre los mototaxis o cuál es su opinión sobre la prohibición del medio de transporte. Parece ser un tema tabú, lo que hasta hace poco era parte de la cotidianidad.

Una familia se dispone a tomar un microbús, se detienen ante el sondeo y deciden dar sus impresiones. El padre de familia, Gerardo L. no duda en calificar como buena la medida tomada sobre este medio de transporte, es más seguro , dice. Su esposa, quien decidió no dar su nombre, alude que los mototaxis son baratos y que con la prohibición tendrá que caminar hacia su casa, aunque coincide con su esposo, es mejor para la seguridad.

A unas cuantas calles de ahí, un hombre se empeña en lustrar una motoneta. En frente de una cochera, en cuyo fondo se aprecia una calandria identificativa de los mototaxis, el hombre se dispone además a hacer arreglos mecánicos sobre el vehículo.

Al principio se rehúsa a hablar sobre su labor como mototaxista por miedo a que lo identifiquen y puedan arremeter contra él; sin embargo, entre palabras de orientación hacia dónde se podrían encontrar algunos operadores en activo, relata que lleva alrededor de 10 años como conductor.

Explica que la prohibición del gobierno capitalino sobre los mototaxis en la zona le significaría la pérdida de ingresos mensuales por alrededor de 6,000 pesos. El sindicato al cual pertenecía, dice, desapareció de la noche a la mañana, quedando consigo la incertidumbre sobre lo que pasará en adelante. (Con información de Héctor Molina)

?salvador.corona@eleconomista.mx

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