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Seis de cada 10 cárceles federales en el país, con sobrepoblación
Los datos oficiales indican que en el último año la población penitenciaria ha ido en aumento.
De acuerdo con datos del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social (OADPRS), hasta marzo pasado, 172 centros penitenciarios federales, de los 288 que existen en nuestro país, presentaban sobrepoblación; es decir, 60% del total se encontraba bajo esta problemática situación que, a decir de los expertos, se ha suscitado por la utilización en exceso de la prisión preventiva.
Las cifras oficiales también dan cuenta que, durante el tercer mes de este año, el número de personas privadas de la libertad en México ascendía a 219,117, lo cual significa un incremento de 6.6% con relación al mismo periodo del 2020, cuando había 205,535 presos en centros penitenciarios locales y federales.
Cabe señalar que, a partir de marzo del 2020, el número de persona privadas de la libertad ha ido al alza.
En 17 entidades los centros penitenciarios dependientes de la federación presentaban sobrepoblación; el Estado de México fue la entidad que más alberga personas encarceladas, con 33,391 casos, además de posicionarse como la más saturada al tener 133% de sobrepoblación. A ella le siguen Durango con una sobrepoblación del 85.23% y Nayarit, con 79.71 por ciento.
Problema de derechos humanos
Sobre el tema, José Luis Gutiérrez, director de la organización AsiLEGAL, advierte que luego de analizar las condiciones al interior de los centros penitenciarios se han logrado identificar que existe un fuerte problema de hacinamiento al interior de las prisiones, lo cual viene emparejado con dos temas principales; la sobrepoblación y la falta de personal dentro de las cárceles, “que hace que encierren a más personas en un solo espacio”.
“La sobrepoblación conlleva, primero, a una negación de los derechos humanos de las personas privadas de la libertad (...) después, esto provoca un hacinamiento que detona riñas, motines o pleitos entre las personas privadas de la libertad”, añadió.
El director de esta organización consideró que la tarea pendiente para mejor las condiciones al interior de los centros debe estar enfocada en activar los mecanismos de corresponsabilidad con otros actores, para implementar dentro de los centros penitenciarios programas y políticas públicas.
Mientras que, considera, actualmente todos los problemas que tienen en materia de sobrepoblación el sistema penitenciario, en su gran mayoría vienen del poder Judicial, ello debido a que al tener la capacidad de implementar otras medidas cautelares y a raíz de la pandemia se agravo el uso y abuso de la prisión preventiva, pues no se lograron desahogar casos que provoco que muchas personas se mantuvieran en prisión.
“Hoy por hoy está en su máximo esplendor y en el peor de los momentos. A raíz de la pandemia, justamente la población privada de la libertad aumentó, lo que llevó a que casi 91,000 personas estuvieran en prisión preventiva, un número bastante alto que se asemejan a años como el 2008 o el 2009”.
Aunado a que en estos momentos, dicha medida tiene cifras de 42% de sus abusó, con una situación mayor en mujeres, quiénes más de 50% de ellas están presas por dicha modalidad.
Por otro lado, Chrístel Rosales, investigadora de México Evalúa, señaló que pese a que desde el 2014 la tendencia de las personas privadas de la libertad se encontraba a la baja, fue a partir del 2019 cuando dicho indicador se revirtió a través de un incremento sostenido, lo que se ve reflejado en el fenómenos de la sobrepoblación.
A su consideración, el incremento se puede explicar en aquellas personas que no tienen sentencia, esperando ser juzgadas que, de febrero del 2020 a febrero del 2021, presentó un incremento de 25 por ciento.
“Al identificar cuál fue el parteaguas que explica dónde se revirtió la tendencia en general de la población penitenciaria, lo identificamos con la ampliación del catálogo de delitos que amerita prisión preventiva oficiosa… que se dio en febrero del 2019”, explicó.
Y agregó que cuatro de cada 10 personas privadas de la libertad están a la espera de ser juzgadas, mientras que en el caso de las mujeres el impacto es mayor.