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Política

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Trasiego de amapola, problema social en Gro

Que siembren con autorización y que puedan vender su cosecha a empresas que se dediquen a la elaboración de medicamentos.

Guerrero, un estado históricamente asediado por la pobreza y la violencia causada por el crimen organizado, tiene el potencial para convertirse en uno de los principales centros agroindustriales de amapola para el mundo, consideró Ricardo Mejía Berdeja, diputado en Guerrero y quien propuso la legalización de esta planta con fines científicos y medicinales.

La iniciativa, que se aprobó primero en el Congreso guerrerense y que se turnó la semana pasada al Senado de la República para su estudio y eventual votación, propone que la Secretaría de Salud federal emita permisos de cultivo y producción de la adormidera, como también se le conoce a la amapola, que es la materia prima de medicamentos como la morfina y algunas drogas.

Hasta ahora, sólo hay 18 países que están autorizados por la Organización de las Naciones Unidas para la producción y venta de amapola y México podría sumarse a dicha lista, destacó en entrevista con El Economista, Mejía Berdeja.

“El trasiego de la amapola se ha convertido en una problemática social y delincuencial muy grave en Guerrero como en otras partes del país, pero Guerrero es el principal productor de amapola en México (...) alrededor de 60% se cultiva aquí”, aseguró.

En este sentido cabe destacar que hasta el 2017, la Secretaría de la Defensa Nacional ubicó mediante imágenes satelitales 9,287 plantíos de amapola en el territorio nacional, mientras que en el 2016 erradicó 22,335 hectáreas de plantíos de la misma droga.

La iniciativa, que se encuentra a escrutinio de las comisiones de Justicia y Salud en el Senado, agregó el diputado local por el partido Movimiento Ciudadano, permitiría abrir un mercado principalmente para los productores rurales de Guerrero.

“Que siembren con autorización y que puedan vender su cosecha a empresas que se dediquen a la elaboración de medicamentos o también ellos mismos constituir cooperativas, es decir, esto puede abrir la puerta para un gran desarrollo económico y social en un mercado legal”, acotó.

No obstante, Mejía Berdeja opinó que en caso de que se llegue a regularizar, el monitoreo del Estado sobre los cultivos ilegales será esencial para que el desarrollo se lleve a cabo.

A pregunta expresa sobre si considera que el Estado mexicano tiene la capacidad institucional para monitorear que todo se realice bajo las leyes, el legislador confía en que conforme se desarrolle un mercado legal, cada vez será más la vigilancia.

“Gran parte de que haya caminos agrestes, complicados, sin comunicación, tiene que ver con estrategias de la delincuencia en el sentido de estar evadiendo el control, pero si el cultivo de la amapola se vuelve lícita, pues se podrá desarrollar con mayor libertad y con mayor intervención del Estado y esto puede generar mayor infraestructura de caminos”, dijo.

Otro factor que puede ayudar a que los cultivos de amapola se mantengan en la legalidad, afirmó el legislador local, es el auge de drogas sintéticas como fentanilo en Estados Unidos, país con el mayor mercado legal e ilegal de opioides en el mundo.

“Lo que ha pasado es que ante el auge del fentanilo el precio del kilo de la goma de opio ha bajado precisamente porque hay menos demanda, entonces esto implicaría una reconversión de los cultivos hacia otra orientación; el kilo de la goma de opio estaba a 17,000 pesos hace un año, ahorita lo que trasciende es que está a la mitad, es decir, 8,000 pesos, esto significa que ha bajado la demanda de amapola hacia Estados Unidos”, señaló.

El potencial de desarrollo al legalizar el cultivo, precisó el legislador, puede llegar a unas 1,280 comunidades y pueblos que se dedican a la siembra de amapola en Guerrero.

hector.molina@eleconomista.mx

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