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Las doce uvas de la estrategia para 2022
El fin de año se acerca y con él, un ejercicio de reflexión personal y evaluación respecto al periodo que culmina. Durante estas celebraciones, seguramente estaremos compartiendo la festividad del 31 de diciembre con nuestros seres queridos y, al sonido de las campanadas que marcarán los últimos momentos del año viejo, doce uvas representarán nuestros deseos y objetivos para el nuevo año que comienza. En el caso de las organizaciones, también se destina un momento para la reflexión y la evaluación sobre el periodo que concluye; con miras a saber qué tanto se lograron los objetivos planeados. Esta reflexión suele llevarse a cabo en diferentes momentos y foros.
El Código de Principios y Mejores Prácticas de Gobierno Corporativo del Consejo Coordinador Empresarial, 2018, detalla que, entre otras, son funciones del Comité de Planeación y Finanzas, estudiar y proponer al Consejo de Administración el rumbo estratégico de la sociedad para asegurar su estabilidad y permanencia en el tiempo, asegurar que el plan estratégico contemple la generación de valor económico y social para los accionistas, así como las fuentes de empleo y la existencia de los terceros interesados, además de asegurar que el plan estratégico esté alineado con el rumbo a largo plazo establecido por el Consejo de Administración.
Hacer una analogía con las doce uvas para los deseos y objetivos del año entrante, es con el objetivo de que las organizaciones tomen en cuenta doce principios, mismos que los beneficiarán con entendimiento, visión, enfoque, estructura, claridad y alineación, y que se traducirán en la creación de valor para sus accionistas, colaboradores, socios de negocio y su entorno. Estas doce uvas (prioridades estratégicas), son:
- Analizar el entorno de la organización
- Definir el propósito y destino estratégico
- Considerar el riesgo como una prioridad
- Construir el mapa estratégico
- Priorizar esfuerzos y recursos
- Planear las operaciones
- Alinear la organización
- Comunicar la estrategia
- Crear una cultura enfocada a resultados
- Reforzar la rendición de cuentas
- Evaluar la estrategia
- Adaptar y aprender
Para finalizar, y antes de pasar a tomar nuestras doce uvas al ritmo de las últimas campanadas de este 2021; vale la pena recordar la reflexión que plantea Lewis Carroll en su novela Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas:
“Quieres decirme, por favor, ¿qué camino debo tomar para salir de aquí?, preguntó Alicia.
Eso depende mucho de adónde quieres ir, respondió el Gato.
Poco me preocupa dónde ir, respondió Alicia.
Entonces, poco importa el camino que tomes, replicó el Gato”.
Esta reflexión es muy aplicable al proceso de la planeación estratégica ya que, para las organizaciones, a diferencia del caso de Alicia, preocuparse (y ocuparse) en entender a detalle su entorno, construir una propuesta de valor sólida, definir el rumbo estratégico y diseñar un plan estratégico ejecutable que les permita avanzar por los caminos estratégicos definidos, sí importa, e importa mucho. Es por ello que en el IMEF seguiremos acercando el conocimiento especializado y la experiencia compartida de nuestros socios en diferentes disciplinas del gobierno y dirección de empresas, con el propósito de impulsar la gestión y el liderazgo del pensamiento estratégico y sostenible en México.
*El autor es miembro del Comité Técnico Nacional de Gobierno Corporativo del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas.