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Bancos centrales, desacoplados enpolítica monetaria
Los bancos centrales de grandes economías y emergentes están descoordinados respecto a sus movimientos de tasas.
Los bancos centrales de grandes economías y emergentes están descoordinados respecto a sus movimientos de tasas.
Mientras que la Reserva Federal (Fed), el Banco de Inglaterra (BoE, por su sigla en inglés) y el Banco de México (Banxico) mantuvieron estables sus tasas, instituciones como el Banco Central Europeo (BCE), Banco de Canadá y el banco central de Turquía las han vuelto a incrementar tras persistir las presiones sobre los precios.
El 20 de septiembre la Fed mantuvo sus tasas en el rango de entre 5.25 y 5.50% ante una desaceleración de los precios. Sin embargo, mantiene su postura restrictiva y señaló que estarán atentos a los datos económicos de aquí a su próxima reunión, en noviembre.
Por su parte, tras 14 incrementos consecutivos, el BoE por fin puso en pausa su ajuste monetario, al mantener su tasa en 5.25% la semana pasada. Esto gracias a una desaceleración notable de la inflación, que ha pasado de 11% anual en octubre del 2022 a 6.7% en agosto.
El Banco de México se unió a estos dos últimos al dejar su tasa de interés en 11.25% y advirtió que se mantendría en ese nivel por un periodo prolongado.
El otro lado de la moneda
Situación contraria ocurre en la zona euro, donde el BCE incrementó a niveles récord (4%) su tasa de depósito, esto debido a que la inflación se mantiene aún muy por encima de su objetivo de 2%, el registro de agosto fue de 5.2 por ciento.
El Banco de Canadá se vio obligado a alzar nuevamente los réditos por segundo mes consecutivo en su reunión de política monetaria de julio, ante el alza de precios, tras haberlos pausado durante el primer semestre del año.
La sorpresa la dio la semana pasada el banco central de Turquía, al aumentar su tasa en 500 puntos base y ubicarla en su nivel más alto desde el 2003.
Tras la llegada de Hafize Gaye en junio, la institución ha dado un giro drástico en su política monetaria y abandonó de golpe su política de tasas bajas impulsada por el presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, a pesar de registrar una inflación de más de 80% durante el año pasado.