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Sector Financiero

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El esquema de postal banking de la 4T se pone a prueba para reducir la exclusión financiera

Especialistas coinciden en que tanto productos como estrategia, tienen que ser complementarias con los otros programas del gobierno; ven poco probable impacto sostenible.

A través de los años, distintos países han buscado que su infraestructura de comunicaciones, como las oficinas postales, sirva para abatir la exclusión financiera en sus territorios, modelo que se conoce como banca postal (postal banking) y pese a que algunos han tenido éxito, otros no. En México, el gobierno de la Cuarta Transformación probará este modelo con la implementación de la Financiera para el Bienestar, que viene a sustituir a Telecomm, para dar servicios de crédito, remesas y ahorro.

De acuerdo con especialistas, el modelo al que apuesta la actual administración es una buena idea de inicio, al utilizar la infraestructura de Telecomm de 1,700 sucursales para hacer llegar servicios financieros a una población todavía desatendida; sin embargo, no se ve que sea un complemento de los programas del gobierno en la materia, como el Banco del Bienestar, para poder tener un impacto sostenible.

"Los usuarios de Telecomm son, en un gran porcentaje, receptores de remesas y en menor medida, gente que va a pagar servicios por la función de corresponsalía que ofrece. Con sus 1,700 sucursales en todo el país, 40%, es decir unas 660 están en zonas rurales, es una red interesante para ampliar cobertura (financiera)", comentó Isabel Cruz Hernández, directora general de la Asociación Mexicana de Uniones de Crédito del Sector Social (Amucss).

En este escenario, Cruz Hernández lamentó la falta de coordinación gubernamental entre sus diversas iniciativas para generar un mayor impacto, e incluso destacó la casi nula colaboración que se ha tenido con las entidades del sector y ahorro y crédito popular para generar una complementariedad que facilite la inclusión financiera de las zonas más alejadas del país.

"Teóricamente sí se puede hacer una financiera a partir de la estructura de Telecomm, porque este organismo es mucho más sólido que el Banco del Bienestar, tiene una penetración bancaria nada despreciable, esas sucursales no las tiene nadie, pero por qué (la Financiera para el Bienestar) tiene que ser aislado al proyecto del Banco del Bienestar", criticó la directiva de Amucss.

La apuesta inicial del gobierno en materia de inclusión financiera era la creación de 2,700 sucursales del Banco del Bienestar, proyecto al que se la he inyectado más de 15,000 millones de pesos; sin embargo, con el paso del tiempo se instruyó que este organismo sirva solo como dispersor de los programas sociales, mientras que la Financiera para el Bienestar brindará servicios de crédito, pago de remesas y ahorro.

En México, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, existen 501 municipios sin ningún punto de acceso a servicios financieros. La cobertura de puntos de acceso ha avanzado en esta administración de 76 a 79% del total de los municipios, la meta al final del sexenio es de 90 por ciento.

Incentivar al usuario

Manuel Bautista, economista e historiador financiero, explicó que, en varios países como España, Alemania, Estados Unidos, Reino Unido, entre otros, han buscado que sus redes postales, o similares, sirvan como proveedores de servicios financieros en zonas donde los bancos y otros jugadores no han llegado.

En el caso de México, Telecomm, que tiene una historia de más de 170 años, ha transitado de ser un prestador de servicios de telégrafos y radiotelegrafías a un ente que proporciona distintos servicios, principalmente financieros como el pago de remesas y esquemas de corresponsalía bancaria. Su futuro inmediato será la Financiera para el Bienestar.

Para Bautista, este tipo de proyectos deben de tener una planeación que no solo se trate de proveer servicios financieros, sino que incentiven al usuario a utilizarlos de manera recurrente.

"Si el gobierno está haciendo esto, pero sin dialogar con los usuarios, va a pasar lo mismo que con CoDi, que creas una infraestructura de pagos avanzada, un nuevo producto financiero, pero porque no se acompañó al usuario, no se crearon estímulos para incentivar su uso, se terminará haciendo una solución de nicho. Ahí está el reto", destacó Bautista.

Una de las nuevas funciones de la Financiera para el Bienestar, es dar productos de crédito, por lo que, para Bautista, lo relevante es crear un financiamiento realmente productivo, que tenga un impacto positivo en el acreditado. “Si no se cumple esto, estaríamos hablando de un problema”.

Fernando Gutiérrez es editor de EconoHábitat

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