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Hasta 90% ?de interés por un préstamo: CEESP
Las instituciones de microfinanzas cobran tasas de interés de entre 30 y 35% en promedio aunque hay algunas que llegan hasta 80 y 90%, mientras que en países como Alemania, un microempresario se puede financiar a tan sólo 2 por ciento.
Mérida, Yuc. Las tasas de interés que cobran las microfinancieras en el país son muy elevadas e impiden el desarrollo social del país, aseguró Luis Foncerrada, director general del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
Las instituciones de microfinanzas cobran tasas de interés de entre 30 y 35% en promedio aunque hay algunas que llegan hasta 80 y 90%, mientras que en países como Alemania, un microempresario se puede financiar a tan sólo 2 por ciento.
Lo que explica que a pesar de que la economía nacional y los negocios en general apenas reportan incrementos anuales de entre 2 y 3%, exista un alto nivel de endeudamiento.
Foncerrada Pascal explicó que para controlar las altas tasas de interés se necesita que los costos de la regulación sean menores, que se generen más oportunidades de negocios y que las autoridades fiscales cobren menos impuestos a las entidades financieras.
Además, enfatizó que todas las entidades del sistema financiero mexicano deben de estar reguladas con el objetivo que puedan captar ahorro del público sin que sus recursos estén en riesgo.
Al regular a todas las entidades explicó éstas deberán reportar a alguna Sociedad de Información Crediticia, con el fin de evitar el sobreendeudamiento de la población.
Explicó que las microfinancieras establecen tasas tan altas porque toman sus precauciones ante el probable riesgo de que sus clientes no paguen pero eso propicia, al mismo tiempo, que las tasas incrementen el riesgo.
En México estamos lejos de que se haya profundizado el sistema financiero porque los créditos que otorgan las microfinancieras equivalen a menos de medio punto porcentual del PIB, agregó.
Foncerrada advirtió que con las altas tasas de interés, el crédito que otorgan las microfinancieras se vuelve regresivo, discriminatorio y profundiza la desigualdad porque ayuda y lo pueden pagar quienes más tienen, no los miles de micro, pequeños y medianas empresas que existen en el país, pero sólo ayuda a quien puede pagarlo.
Un crédito tan caro es muy regresivo , acotó.