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Sector Financiero

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PNIF busca detonar servicios financieros en el sur-sureste

Se contemplan alianzas con cadenas comerciales así como con empresas de telecomunicaciones.

Las zonas rurales del país, en especial los estados del sur-sureste, son las que tradicionalmente presentan los niveles más bajos de acceso a productos y servicios financieros.

Cifras oficiales revelan, por ejemplo, que en materia de sucursales en estados como Chiapas hay apenas 1.2 por cada 10,000 adultos, cuando el promedio nacional es de 1.9; en corresponsales bancarios la proporción es de 1.3 en Chiapas y de 1.4 en Oaxaca (3.1 promedio nacional); en cajeros es de 2 en Chiapas, 2.5 en Oaxaca y 2.7 en Guerrero (5.1 nacional), y en terminales punto de venta (TPV) es de 29.1 en Chiapas y 32.8 en Oaxaca (85.8 nacional).

La infraestructura y la oferta de servicios financieros son insuficientes para atender a toda la población, debido a que ésta tiende a concentrarse en las zonas urbanas y en las cabeceras municipales, lo cual limita el acceso de la población en las localidades rurales y más pequeñas , se lee en el documento referente a la Política Nacional de Inclusión Financiera (PNIF) presentada en junio.

Es por ello que uno de los ejes que sostienen a la PNIF tiene que ver con el desarrollo de la infraestructura financiera en zonas desatendidas.

El objetivo es fomentar el desarrollo de la infraestructura y la oferta de servicios financieros para cerrar la brecha en zonas desatendidas, principalmente el sur, el sureste y las zonas rurales del país , precisa.

Para lograr esta meta, la PNIF contempla elementos como la creación de alianzas con actores no financieros, incluyendo cadenas comerciales y de distribución así como empresas de telecomunicaciones, para fomentar la creación de nuevos modelos de negocios y canales de acceso.

Asimismo, se busca la generación de incentivos para los comercios y principales medios de transporte público, con el fin de incrementar la aceptación de pagos electrónicos, especialmente entre los pequeños comercios y en las zonas donde habitan los beneficiarios de programas sociales; otros objetivos son identificar y disminuir las barreras de uso y movilidad de los servicios financieros para fomentar la competencia entre intermediarios.

Habrá regulación diferenciada

También, profundizar la regulación diferenciada, proporcional a los riesgos, para favorecer el desarrollo de los diferentes intermediarios financieros, e incrementar los servicios otorgados por la banca de desarrollo, con el objetivo de atender a la población que vive en localidades con escasa presencia de instituciones privadas.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2015, al no tener acceso a infraestructura financiera en zonas rurales, 17% de los adultos que ahí viven gastó más de 100 pesos para llegar a la sucursal más cercana. Esta misma situación se presentó para quienes acudieron a un cajero

La PNIF establece como otro de sus ejes las innovaciones tecnológicas para ampliar el uso de los productos y servicios financieros, lo que contribuiría a una mayor inclusión financiera en los sectores tradicionalmente desatendidos.

Por ejemplo, contempla el aprovechamiento del acceso a las nuevas tecnologías que permite la reforma en telecomunicaciones, para conectar a la población actualmente excluida del sistema financiero.

De igual forma, una coordinación con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), el Ifetel y empresas de telecomunicaciones, para ampliar la oferta de servicios financieros en zonas objetivo a través de teléfonos móviles, y establecer mecanismos de coordinación entre autoridades, gremios de los sectores financiero y emprendedor de aplicaciones tecnológicas (fintech), para fomentar el desarrollo de soluciones de inclusión financiera, viables y seguras para el mercado mexicano.

eduardo.juarez@eleconomista.mx

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