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Sector Financiero

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¿Por qué Pix sí funcionó en Brasil y CoDi no ha despegado en México?

El sistema Pix ha sido usado por 100 veces más personas y comercios de lo que ha sido usado CoDi; mientras que el monto total transaccionado a través del medio de pago brasileño es 4,000 veces mayor que los recursos que han transitado a través de la plataforma mexicana.

Ilustración: Nayelly Tenorio

Comencemos con algunas preguntas: ¿Alguna vez le has pagado a tu plomero a través de una transferencia bancaria? ¿Has comprado los dulces o el refresco del puestito de la esquina usando una aplicación en tu celular? ¿Usaste la aplicación de tu banco central para hacer alguna compra en un supermercado? Si respondiste que no a todas estas preguntas, lo más probable es que estés en México y no en Brasil.  

Y es que, en dos años de operación, la plataforma Cobros Digitales (CoDi) del Banco de México (Banxico) ha sido usada al menos una vez por 1 millón 231,574 usuarios, entre usuarios y comercios, que en total han transaccionado 120 millones de dólares (al tipo de cambio del 12 de octubre de 2021). Al sur del continente americano y en tan sólo 11 meses desde que comenzó a operar, el sistema Pix, desarrollado por el Banco Central de Brasil (BCB), ha sido usado en al menos una ocasión por 101 millones 287,920 usuarios, que han transaccionado en total 526,000 millones de dólares (al tipo de cambio del 12 de octubre de 2021).    

Estas cifras revelan que el sistema Pix fue utilizado por 100 veces más personas y comercios que lo que CoDi; mientras que el monto total transaccionado a través de este sistema brasileño es 4,000 veces mayor que los recursos que transitaron a través de la plataforma mexicana. Los resultados que han tenido ambas aplicaciones muestran diferencias apabullantes. CoDi ha sido utilizado al menos una vez por 0.97% de la población mexicana, mientras que Pix lo ha usado 47% de la población brasileña. ¿Cómo se explica esto? 

¿Qué es CoDi?

Lanzada en septiembre de 2019, CoDi es una plataforma para “ facilitar las transacciones de pago y cobro a través de transferencias electrónicas, de forma rápida, segura y eficiente, a través de teléfonos móviles”, según información del Banxico. CoDi permite que las personas hagan pagos a través del escaneo de códigos QR y con tecnología NFC (pagos sin contacto) y que los comercios autorizados por el Banco de México reciban cobros a través de estos medios. La plataforma funciona las 24 horas del día y su uso es gratuito.  

¿Qué es Pix?

El Banco Central de Brasil define a Pix como una “solución de pago instantáneo”, que permite la realización de transferencias y pagos electrónicos. Las personas pueden “hacer un Pix”, esto es hacer un pago o transferencia, a otras personas (p2p), a una tienda comercial, a una institución financiera y al gobierno brasileño. La solución permite realizar los pagos y las transferencias mediante el escaneo de un código QR, pero también a través de una llave (chave), que puede ser el número de identificación de personas físicas o jurídicas (CPF/CNPJ), un correo electrónico o número de teléfono celular. Las instituciones también pueden generar llaves Pix aleatorias para sus usuarios.  

Aunque no son sistemas de pago exactamente iguales, tanto CoDi como Pix han sido esfuerzos de bancos centrales para fomentar la inclusión financiera y la adopción de pagos digitales en América Latina, una región donde este tipo de transacciones aún son muy reducidas. Sin embargo, la plataforma brasileña ha sido mucho más exitosa. El origen de esta diferencia en los resultados de cada una ─además de las campañas de difusión que tuvieron ambas aplicaciones─ recae sobre todo en la versatilidad de Pix, pero también en la composición del ecosistema financiero de cada país y de las instituciones que participan en las plataformas. Un factor clave es que los usuarios de Pix pueden hacer transacciones entre personas (p2p), con instituciones financieras y comerciales, y con el gobierno brasileño.

Uso de efectivo

El uso de los pagos en efectivo sigue siendo mayoritario tanto en México como en Brasil. Sin embargo, en México, el 86% de las transacciones que se realizan siguen siendo en efectivo, mientras que en Brasil esta cifra llega a 74 por ciento, según datos del Reporte de Pagos Global 2020 de McKinsey. En buena medida esto se debe tanto al nivel de bancarización de los mexicanos como a su nivel de inclusión financiera real. 

Si bien la bancarización ─es decir, el número de personas con una cuenta bancaria─ en México creció de 37%, en 2017, a 45%, en 2021, según un reporte de Americas Market Intelligence; en Brasil, pasó de 60 a 88% en el mismo periodo.    

A esto se suma el hecho de que muchas de las personas bancarizadas en México sólo lo están de manera técnica, lo que quiere decir que siguen utilizando el efectivo para realizar la mayoría de sus transacciones.

“Hay gente que está bancarizada técnicamente, es decir que a lo mejor tiene un producto bancario, como una cuenta corriente, pero lo primero que hace al llegar la quincena es retirar sus pesos del cajero y se olvida del banco. El problema no sólo es la bancarización sino que las personas que están bancarizadas están insatisfechas financieramente”, dijo Oriol Ros, director de Desarrollo Corporativo de Latinia, una desarrolladora de software para alertas financieras e inversionista en startups de aplicaciones financieras.

Para Juan Huezo, director senior de Desarrollo Corporativo y Asociaciones de la API de pagos globales Rapyd, el efectivo es intuitivo, además de que no requiere de telecomunicaciones. Si los bancos y los comerciantes quieren competir contra el efectivo como medio de pago, según Huezo, no es suficiente con que los pagos digitales sean fáciles y confiables, sino que necesitan incentivar a los usuarios de efectivo para que den el salto a lo digital. “Aquí es donde la participación de intermediarios financieros y fintechs puede ayudar a cerrar la brecha, como lo está haciendo Pix de Brasil”, dijo.

En el país sudamericano, según Emilio González, director general Nu México, la filial local del neobanco brasileño Nubank, se han ofrecido además  importantes incentivos para la formalización, así como algunos programas de asistencia que han impulsado la bancarización de una parte de la población que anteriormente no estaba dentro del sistema financiero, a la par de que han ocurrido reducciones en costos de nuevas tecnologías que vuelven más accesibles los servicios financieros para más personas.

“En Brasil, hay muchos trabajadores informales que pagan altas comisiones bancarias. Con Pix, estos trabajadores gastan mucho menos, además de brindar un medio de pago conveniente para sus clientes. No es de extrañar que veamos la alta adopción de Pix en la economía informal. Es importante tener en cuenta que el mercado bancario brasileño está muy concentrado y Pix llegó a competir con producto ágil, económico y accesible”, dijo.

Marketing y versatilidad

En Latinia, Oriol Ros ha tenido la posibilidad de ver cómo los gobiernos y bancos centrales de distintos países han intentado hacer que las instituciones financieras y, en especial, los bancos, se pongan de acuerdo para utilizar aplicaciones como CoDi y Pix. En el caso de México, al especialista le sorprendió la velocidad con la que los bancos estaban adhiriéndose a los esfuerzos que Banxico estaba realizando a través de CoDi, algo que no había visto ni siquiera en Europa. El problema, según el directivo, es que estos esfuerzos no fueron suficientes, pues hizo falta ejecutar una mayor campaña de difusión acerca de la plataforma. Basta decir que mientras que, en México, CoDi ha sido habilitado por 86 instituciones, sobre todo del sector financiero, en Brasil, Pix ha sido incluido por 760 instituciones.    

“¿Qué pasó luego?, que hicieron la primera parte y luego se desfondaron. Porque las cosas no solo funcionan porque hagan falta, hace falta explicarlas, promocionarlas, venderlas. Creo que faltó mucho marketing aquí, porque son sistemas que están hechos para facilitarle la vida a los usuarios y sobre todo que en México están digitalizados”.

Pero más allá de las campañas de difusión realizadas por los bancos centrales y de la digitalización de la poblaciń de cada país ─Brasil tiene una mucho mayor penetración tanto del uso de internet como de teléfonos inteligentes que México─, quizá la mayor cualidad de Pix frente a CoDi es su versatilidad, que hace que el medio de pago brasileño hable por sí mismo.  

Samuel Llaven, director de Ventas para México, Centroamérica y el Caribe en Backbase, una plataforma bancaria omnicanal, cree que Pix debe su éxito a tres razones principales: más instituciones participantes, más medios de pago y al lanzamiento de la aplicación en medio de la pandemia de Covid-19.      

Mientras que CoDi permite la participación exclusiva de instituciones financieras miembros del SPEI y que terceros desarrollen aplicaciones que generen solicitudes de pago; Pix admite tres tipos de instituciones: 

  1. Proveedores de pagos iniciales: son terceros autorizados que inician el proceso de pago a solicitud de un cliente, pero no participan en la liquidación financiera de la transacción, 
  2. Proveedores de cuentas transaccionales, instituciones financieras y proveedores de servicios de pago que ofrecen cuentas a los usuarios finales y pueden participar directa o indirectamente del proceso de liquidación, 
  3. Intermediarios especiales: participantes directos que no ofrecen cuentas transaccionales a los usuarios, pero prestan servicio a los stakeholders (partes interesadas) indirectos de Pix, conectándolos a la infraestructura de liquidación del Banco Central. 

De acuerdo con Llaven, otra razón es que mientras que CoDi solo está disponible para pagos entre comercios y sus clientes, Pix también permite pagos entre personas (p2p) y con entes gubernamentales; además de que el gobierno brasileño ha anunciado que planea agregar funciones offline antes del cierre de este año, lo que permitirá a los usuarios enviar y recibir dinero sin una conexión a internet. 

Covid-19 

La pandemia de Covid-19 también jugó un papel importante tanto en la poca adopción de CoDi en México como en la explosión que vivió Pix en Brasil. De acuerdo con Emilio González, de Nu México, el lanzamiento de CoDi se dio casi a finales de 2019 y, de cierta manera, también coincidió con el inicio de la pandemia. No obstante, a diferencia de lo visto en Brasil, ésta impactó de distinta forma al sistema CoDi, pues supuso que muchas instituciones financieras no tuvieran oportunidad de registrar sus negocios.  

En esto coincide Samuel Llaven, para quien el lanzamiento de CoDi, justo antes del inicio de la pandemia de Covid-19, afectó significativamente su adopción. Por otra parte, debido a que Pix se lanzó durante la pandemia, el Banco Central de Brasil aprovechó la creciente necesidad de transacciones sin efectivo.

Quizá la diferencia entre los resultados de Pix y CoDi parezcan desorbitantes; imposibles, incluso. Pero no lo son tanto si se toma en cuenta que el consumo privado, aquel que está integrado por los gastos que realizan las personas en bienes y servicios, supera el 60% tanto en el caso de México como en el de Brasil y pese al optimismo del Banco de México respecto de su aplicación, son los brasileños los que han tenido más oportunidad de realizar sus compras y transacciones a través de Pix.  

rodrigo.riquelme@eleconomista.mx

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