Viaje al fondo de una Tienda Oscura (Dark Store)

Dentro de la zona industrial de Vallejo, muy cerca de una de las principales vías de entrada a la Ciudad de México, la Calzada Vallejo, surge un modelo de negocio que, para crecer y desarrollarse, pone a prueba las infraestructuras logísticas y tecnológicas de la capital mexicana. Las dark stores, o tiendas oscuras, se han vuelto muy populares en las principales urbes del país y la colombiana Merqueo apuesta a este modelo en una zona que no solía ser atendida por la innovación hasta hace muy pocos años.

Merqueo llegó a México a finales del 2019, atraída por lo que ya estaban haciendo otras startups como Rappi o Jüsto, esta última fundada apenas unos meses antes que la colombiana. Y, al igual que a toda la industria del comercio electrónico, la pandemia de Covid-19 le significó una primera prueba de un modelo de negocio basado en la precisión y la velocidad.

Con más de 1,200 metros cuadrados de extensión, la principal tienda oscura de Merqueo está en la colonia Coltongo, en la alcaldía Azcapotzalco, muy cerca de las plantas industriales de otras compañías como Bimbo y FEMSA, y del proyecto de innovación industrial de la administración de Claudia Sheinbaum, Vallejo-i. La compañía también ha abierto tiendas oscuras (dark stores) más pequeñas en la colonia Roma, Santa Fé y en San Simón.

Una tienda oscura

Aunque el concepto no es tan nuevo como puede parecer ─fue utilizado por primera vez en Reino Unido, en 2009─, las tiendas oscuras son un fenómeno pandémico. Basta ver el crecimiento que tuvo Merqueo en 2021, cuando incrementó sus ventas totales en 10 veces respecto del 2020, según sus propios datos. Algo que no parece que vaya a detenerse, pues la startup planea triplicar su capacidad de almacenaje desde 200,000 hasta 600,000 productos solo en su tienda de Vallejo.

El modelo es más o menos sencillo: un almacén que sirve como una tienda exclusivamente dedicada a quien opte por comprar en línea. Y aunque puede haber tiendas oscuras de zapatos, tecnología o cualquier otro producto, la apuesta de Merqueo es por el comercio minorista de frutas, verduras y, en general, buena parte de los productos que uno puede encontrar en un supermercado.

Un consumidor solo tiene que descargar su aplicación para acceder a distintas opciones de tiempo de entrega y horario de 2,000 productos distintos. Desde la entrega del supermercado al día siguiente, en franjas de dos horas, entre las 5 de la mañana y las 8 de la noche, hasta las entregas programadas en hora y media, una hora y cuarenta y cinco minutos; sin olvidar, por supuesto, el servicio estrella de la compañía.

Tres minutos

Cuando un consumidor pide uno o varios productos en el esquema Ultra, uno de los 100 trabajadores de su tienda oscura tiene entre tres y cinco minutos para recabar y empacar todos los productos ordenados por el cliente. Por eso, la mayoría de las salsas, conservas y papel de baño están ordenados de acuerdo con el análisis de los pedidos de los consumidores. De esta manera, resulta más lógico que la salsa Valentina esté junto a las bolsas de frituras y no junto a otras salsas.

El repartidor tendrá entonces la misión de entregar el pedido en entre 20 y 25 minutos, pues dentro del esquema Ultra, el pedido será gratis si no llega a su destino en menos de 30 minutos. Este servicio está habilitado dentro de la aplicación según la disponibilidad y alcance de las tiendas oscuras de Merqueo. Su instalación en la calle de Guaymas le permite atender a las colonias Condesa, Escandón y varias más en el centro de la ciudad.

Una de las razones por las que Merqueo tiene la capacidad de eficientar el proceso de compra y entrega de productos y entregar en menos de 30 minutos es que no debe recurrir a otras tiendas tradicionales para atender la demanda, sino que recurre directamente a los proveedores que van satisfaciendo el inventario de la startup según sus sistemas.

Rentabilidad

Cuando digo que el modelo de Merqueo se está poniendo a prueba ─no sólo para ella sino para todas las startups que lo aplican─ es porque este aun no es completamente rentable. Así lo confirma Jairo Medina, para quien solo algunas de las instalaciones de la compañía en Colombia han conseguido la rentabilidad, algo que en México se espera que ocurra en los próximos dos años.

“Es muy difícil rentabilizar un modelo cuando acabas de arrancar una operación en un país. En Colombia, por ejemplo, ya tenemos bodegas y ciudades rentables. En México todavía no hemos llegado a ese punto, pero deberíamos llegar en un par de años”, dijo Medina.

rodrigo.riquelme@eleconomista.mx