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Minneapolis-Saint Paul, un paraíso de arte y naturaleza
Las deslumbrantes ciudades gemelas que florecieron a la vera del río Misisipi.
Minneapolis lleva en el nombre su origen ligado al río Misisipi. Mini, vocablo sioux que hace referencia al agua que la rodea y la baña, y la reminiscencia de la polis griega que lo completa recuerda que un día los nativos dakotas se rindieron a occidente a la llegada de los primeros colonos franceses en el siglo XVII.
Junto con Saint Paul, capital de Minnesota, es una de las que llaman ciudades gemelas. Una ciudad moderna, vibrante, pluricultural, con una infraestructura urbana envidiable, y muy limpia; su paisaje, rodeado de decenas de lagos, arroyos cascadas y el rio Misisipi, que nace al norte de Minnesota, hacen de ella un lugar memorable.
La otrora capital mundial de la molienda de harina, dedicada también a la producción de madera, es ahora una pujante ciudad de negocios, sede del gigante minorista Target, ideal para el shopping, ya que posee el centro comercial más grande de Estados Unidos; cuenta con una fascinante actividad cultural en la que destacan los conciertos de jazz y sus museos y una oferta gastronómica a la altura de las mejores del mundo. Pero lo mejor de Minneapolis-St. Paul es la exquisita hospitalidad de sus habitantes, que te harán sentir como en casa.
Minneapolis, que apenas rebasa los 400,000 habitantes, es una ciudad multiétnica: hay población de origen americano, chippewa, sueco, francés, afroamericano, latino y dakota. Es asiento de la comunidad somalí más grande del mundo, fuera de Somalia obviamente; pero la comunidad mexicana también tiene su impronta muy particular. En todo el estado ronda los 300,000 habitantes, y una buena parte procede del municipio de Xochiapan, Morelos; el porcentaje de mexicanos en Minneapolis es de 9% aproximadamente y la comunidad asiática representa casi el 5 por ciento. Ese crisol de culturas la hace muy alegre, abierta y hospitalaria. De acuerdo con el ranking de la Universidad Estatal de Connecticut, la población de Minneapolis es la más alfabetizada de Estados Unidos.
El clima en Minneapolis es extremoso; en verano se antoja pasar la tarde en alguno de los bares o restaurantes que están junto a la ribera del río, porque el aire es cálido y húmedo; la temperatura media va de los 15° a los 21° centígrados entre los meses de mayo y septiembre; pero en otoño la temperatura desciende a 9° centígrados y el invierno es muy frío, seco, y abundante en nieve.
En cualquier época del año, si el clima lo permite, recorrer sus ríos y lagos en sus típicas barcazas y caminar por el Downtown, que deslumbra por su hermosa arquitectura, clásica y contemporánea, sobre todo recorrer Marquette Avenue donde abundan cafés, restaurantes y boutiques, hasta llegar al Puente de Hannepin sobre el Misisipi, es una experiencia fascinante. De regreso, una cena en el Mercury Dining Room o en el Giulia, del hotel Emery, es imperdible.
“Me gustó ese bulevard, me encantó el ambiente moderno y alegre de la ciudad, muy limpia y con acceso a todo. Me impresionó la facilidad para moverse de un lado a otro, con un gran sistema de transporte”, dice Zonia, una visitante de Carolina del Norte.
Las ciudades gemelas, cosmopolitas y fascinantes
Minneapolis-St.Paul ofrece una variedad de sitios para la contemplación, el disfrute, el shopping y el entretenimiento, destacan la Catedral de Saint Paul, de refinado estilo Beaux Arts, obra del arquitecto Emmanuel Louis Masqueray, situada en una colina que ofrece una vista espectacular; los museos Paisley Park, que fuera residencia y estudios de grabación de Prince; el Minnesota History Center, con una vista espléndida hacia el Capitolio estatal; el Mill City Museum, construido dentro de las ruinas de lo que en el siglo XIX fue el molino harinero más grande del mundo; y el Minnesota Institute of Art (MIA), que merece una mención especial; el Centro de Atención a Visitantes de la ciudad, en el 505 de la calle Nicollet en el Downtown, con personal bilingüe, que ofrece información y toda la ayuda necesaria para que la estancia sea más productiva y placentera, y el Mall of America.
Minneapolis también es una ciudad formidable para los amantes del beisbol y el futbol americano. En temporada, los estadios Target Field, sede de los Twins de Minnesota, considerado uno de los mejores de las Grandes Ligas, y el US Bank Stadium, hogar de los Vikingos, lucen repletos de fans.
Mall of America, un universo de diversión
Con una superficie de 5.6 millones de metros cuadrados (560 hectáreas), Mall of America es el complejo comercial más grande del continente americano. Cabrían más o menos 8 estadios de futbol o 347 estatuas de la libertad. Bajo un domo de casi 3 hectáreas que provee de luz natural, alberga 530 tiendas, más de 50 restaurantes, la instalación de Lego más grande que hayas visto jamás y el parque de diversiones más grande bajo techo: Nickelodeon Universe, con más de 25 juegos mecánicos, incluida una montaña rusa.
Mall of America aporta 2 billones de dólares anuales a la economía de Minnesota y recibe al año 40 millones de visitantes, 4 de cada 10 son turistas, que también disfrutan de otras atracciones como Sea Life Aquarium, que alberga más de 100,000 ejemplares marinos de 100 diferentes especies y el FlyOver America, donde vivirás una experiencia de vuelo simulado en 4D sobre las ciudades y paisajes más hermosos y emblemáticos de Estados Unidos: El Gran Cañón, la isla de Manhattan, el Golden Gate, entre muchos otros. Sobrevolar el Empire State será una experiencia inolvidable.
Asombra la atmósfera verde que encuentras en ese centro comercial, con más 30,000 plantas. El mall tiene además dos hoteles de gran categoría, el JW Marriott y el Radisson Blu, que suman más de 800 habitaciones en conjunto. A la hora del almuerzo hay infinitas posibilidades, dependiendo del antojo, pero si vas al Fire Lake Grill House no te vas a arrepentir.
Paisley Park, la estética del rock
La que fuera residencia y estudios de grabación del cantante Prince, está en la vecina ciudad de Chanhassen, a unos 30 minutos de Minneapolis. Si eres amante de la música tienes que conocer este lugar. En el 7801 de Audubon Road se alza el complejo construido por la estrella incluida en el Salón de la Fama del Rock & Roll que falleció en su mansión en el 2016, famoso también por sus películas Graffiti Bridge y Purple Rain, con la que ganó un Oscar por la banda sonora de su autoría, además de siete premios Grammy y un Globo de Oro por otras creaciones musicales, que podrás ver en Paisley Park.
En la mansión, ahora convertida en museo, podrás recorrer sus cuatro estudios de grabación sofisticadamente equipados, que muestran sus guitarras, un piano de cola morado, maquetas de sus discos y otros instrumentos musicales. El recorrido incluye también una vista a la pequeña cocina donde recibía a sus invitados, sus vestidores con sus características prendas estrafalarias, el salón multiusos donde realizaba conciertos privados o ensayos y servía también de set para sus películas, donde se exhiben tres de sus coches favoritos, un BMW blanco de 1996, un Plymouth morado del 99, y un Bentley azul del 2006, además de sus motocicletas y la utilería de sus filmes.
Mención especial merece la habitación de Purple Rain, que muestra la estatuilla dorada ansiada por Hollywood, la escaleta, el guion, la motocicleta emblemática del filme y su vestuario. Paisley Park es un lugar fascinante para vivir y apreciar la estética del rock.
El Instituto de Artes de Minneapolis, el esplendor de la belleza
El Instituto de Artes de Minneapolis, mejor conocido como MIA por su sigla en inglés, es un lugar que no puedes dejar de visitar. Es un museo de arte antiguo y contemporáneo que está a la altura de los mejores del mundo. Contemplar Los Olivos, de Van Gogh; Lucretia, de Rembrandt; La purificación del templo, de El Greco; Mujer en un sofá, de Picasso o El burlador, de Tamayo, no tiene precio; sin embargo, el acceso al museo es gratuito.
El MIA es un museo enciclopédico que resguarda más de 89,000 piezas de arte que provienen desde las antiguas civilizaciones que florecieron en China, Grecia, Roma y el mundo islámico, pasando por el esplendor del Renacimiento y las artes que surgieron en las Américas antes y después de la colonización europea.
Sus colecciones están repartidas en siete áreas curatoriales que incluyen pintura, escultura, fotografía, textiles, artes decorativas, arquitectura, dibujos y grabados procedentes de todos los confines del mundo y de todas las épocas, que condensan 20,000 años de arte y creatividad humana, asegura el propio museo.
No dejes de recorrer las salas de hacen referencia al budismo, al judaísmo y al islam. Te sorprenderán las piezas monumentales que allí encontrarás.
Las habitaciones dedicadas a las pinturas renacentista, barroca, clasicista, impresionista, postimpresionista, surrealista, expresionista, cubista y contemporánea ofrecen obras de sus mejores exponentes: El Greco, Fra Angelico, Albrecht Dürer, Rembrandt, Van Dyck, Rubens, Goya, Manet, Monet, Van Gogh, Mattisse, Degas, Cézanne, Chagall, Gauguin, Seurat, Dalí, Picasso, Kandinsky, Schiele, Magritte, Carrington, Pollock, entre muchos más.
También el arte contemporáneo tiene lugar en el MIA, representado en obras de Andy Warhol, Roy Lichtenstein, Yayoi Kusama, Zhang Huan, Yoshitomo Nara y Ai Weiwei, los más destacados.
El mejor de los finales
Ahora ya estás listo para visitar este maravilloso rincón del planeta. Tal vez no sepas que diariamente 700 personas viajan desde Minneapolis-St. Paul a México. Por eso desde el mes de junio del 2019 Delta Airlines en alianza con Aeroméxico abrió un vuelo directo desde la Ciudad de México a las Ciudades Gemelas a bordo de un Airbus A319. Un vuelo con un horario muy cómodo y confortable, que sale a las 2 de la tarde y llega alrededor de las 6, justo a tiempo para instalarte y buscar un sitio donde cenar.
El Hotel Ivy, en el 201 de la calle 11, en Downtown Minneapolis, es una buena opción; está en una zona magnífica para caminar y trasnochar, se come delicioso en cualquiera de sus restaurantes, y todo su personal hace gala de anfitrionía. El regreso a Ciudad de México es mañanero, tendrás que madrugar para ir al aeropuerto y abordar antes de las 9 de la mañana, y llegarás a la 1 de la tarde a la capital mexica, pero te aseguro que habrá valido la pena y, lo mejor, siempre querrás volver.