Presos gobiernan en 77 penales estatales

El caso del Centro de Readaptación Social número 2, de Durango, parece no ser aislado. De hecho, la alerta está encendida en 77 de los 251 penales repartidos en los 31 estados y el DF, porque son controlados por los internos, es decir, existe un autogobierno en 30% de las cárceles estatales.

Lo constató la Comisión Nacional de Derechos Humanos, pero los gobernadores no se dan por enterados.

De acuerdo con el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2009 , realizado por la CNDH, en casi la mitad de los estados del país existen centros de readaptación social (Ceresos), centros femenil de readaptación social y reclusorios en lo que los reos realizan actividades de seguridad exclusivas de la autoridad, como son el acceso al manejo de las llaves, la organización dentro de los penales y la vigilancia de celdas y dormitorios.

En el estudio de la CNDH puede verse que constató que hay autogobiernos en 77 penales; además de que en 56 hay sobrepoblación que llega, en algunos casos, a más de 200%, como en el Centro Preventivo y de Readaptación Social de Chalco, en el Estado de México, que tiene un hacinamiento de 224.23% o el Centro de Ejecución de las Consecuencias Jurídicas del Delito de Navolato, en Sinaloa, que registra 230% de sobrepoblación.

Si se revisa por estado, Jalisco va a la cabeza en cuanto al mayor número de penales controlados por los reos. Tiene 11 Ceresos estatales y todos están bajo el control de sus internos; le sigue el Estado de México, de 22 penales, la CNDH pudo corroborar que en 11 dominan hay autogobiernos; el tercero es Sinaloa, con 10 de sus 18 cárceles controladas por sus reos; Veracruz, con ocho de 19, y el DF con seis cárceles de las 10 que tiene.

Otro caso es el de Campeche, tiene sólo dos Ceresos y ninguno registra sobrepoblación, pero ambos están bajo el mando de los internos. Asimismo, en Chiapas, Chihuahua, Coahuila, Guerrero, Hidalgo, Morelos, Nayarit, Oaxaca, y Quintana Roo tienen por lo menos un penal que se rige bajo estas condiciones.

Violencia carcelaria

El informe también revela que algunos internos ejercen algún tipo de violencia sobre el resto de la población penitenciaria y en ocasiones la utilizan para su servicio personal o cobran para dejar introducir comida, droga o armas.

También existe una proporción alta de explotación sexual entre los reclusos.

La CNDH también alerta de las otras deficiencias en los penales. Por ejemplo, en el Centro de Readaptación Social de la Paz, Baja California, no se cuenta con un instructivo de cómo actuar ante algún tipo de contingencia.

Respecto del Centro de Readaptación Social Ciudad Acuña en Coahuila se revela que los presos deben pagar para tener visitas o algún tipo de privilegios. Otra deficiencia que se refleja es que menos de 1% de los custodios recibieron capacitación durante el 2009. Asimismo, el diagnóstico indica que no hay manuales para manejar situaciones peligrosas.

Otro Centro Preventivo y de Rea­daptación Social con problemas es el de Santiaguito, el cual tiene una sobrepoblación de 54.25 por ciento. Además, no tiene las instalaciones adecuadas de alojamiento, no cuenta con canchas deportivas ni proporciona atención médica especializada.

Aunque en el 2009 los penales obtuvieron la mejor calificación a nivel nacional (6.48), con respecto a años anteriores, varios tuvieron calificación reprobatoria como el Cereso número 2 de Gómez Palacio, Durango, en donde el fin de semana pasado quedó descubierto que los presos salían del penal, presuntamente con la complicidad de las autoridades carcelarias, para asesinar por encargo a integarntes de bandas rivales. Hasta ahora, estos hechos han sido relacionados con tres masacres de la Comarca Lagunera.

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