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33 FILAH: Evocan a Alfredo López Austin, el sabio, el maestro y el disidente

En el marco de la edición 33 de la Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia, uno de los más grandes sabios sobre el México prehispánico fue recordado por amigos y alumnos en el Museo Nacional de Antropología. “Alfredo era muy renuente a recibir homenajes”, señaló Eduardo Matos Moctezuma

33 Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia. Foto: Cortesía Twitter @cultura_mx

33 Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia. Foto: Cortesía Twitter @cultura_mx

Alfredo López Austin el memorioso, el accesible, el disidente dueño de un estupendo sentido del humor y una generosidad sin límites; el etnólogo por sus méritos, aquel que se tomó en serio la mitología y abrió la discusión a posibilidades que muchas veces desbordaron el rígido entendimiento de nuestro pasado.

Así se le recordó al historiador, académico, traductor y divulgador mexicano durante un homenaje rendido la tarde de este domingo, a prácticamente un año de su fallecimiento (15 de octubre), en el Auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional de Antropología, en el marco de la edición 33 de la Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia (FILAH).

Para estas evocaciones al historiador fueron invitados amigos y alumnos: el arqueólogo e investigador emérito del INAH, Eduardo Matos Moctezuma; la historiadora Norma Sánchez Merino, el antropólogo Leopoldo Trejo Barrientos, el etnólogo Andrés Medina Hernández y el poeta y activista nahua Mardonio Carballo, moderados por Patricia Ledesma Bouchan, directora del Museo del Templo Mayor.

“Alfredo era muy renuente a recibir homenajes”, declaró Matos Moctezuma para evocar aquel homenaje a Alfredo López Austin al que en 2013 logró convencer de ser objeto de un homenaje con un libro, una exposición y un coloquio.

Más adelante, señaló: “jugar con el tiempo solo le está dado a aquellos personajes que tienen el privilegio de trasponer el tiempo mismo y llegar a los tiempos que fueron sin dejar su propio tiempo, Alfredo es uno de ellos”.

Alfredo, en presente

Por su parte, en todo momento, el etnólogo Andrés Medina Hernández, quien sostuvo una amistad de 20 años con el homenajeado, habló de él en presente, como suele hablarse de aquellas personas cuyo legado intelectual está vivo y es tan fundamental que la ausencia parece disolverse.

“Alfredo es un provocador y lo es en el sentido en el que hace propuestas que suscitan respuestas constructivas, que abren el campo. Creo que la etnografía de México ha ampliado sus campos de contribución como una respuesta a los planteamientos de Alfredo. Digo que él es etnólogo porque va incorporando aspectos de la antropología, de la lingüística y la arqueología. Y eso es etnología, la conjunción que él hace brillantemente, aunque él siempre decía que era historiador”.

Abogó por los pueblos vivos

López Austin era un sembrador de dudas todo el tiempo, declaró el poeta y activista Mardonio Carballo durante su participación. “Pudo ser el hombre más sabio, pudo ser un gran maestro, pero, sobre todas las cosas, Alfredo era una buena persona. Eso siempre se tiene que festejar sobre todo en los ámbitos donde él se movía, en la academia, llena de desencuentros y enemistades que, por supuesto, se gestan con argumentos”.

Reconoció que “su voz congruente fue disidente cuando así lo tuvo que ser. Una de las grandezas de Alfredo justamente estaba ahí, en sus generosidades que podían volverse también la disidencia más absoluta”.

Los pupilos lloraron

Dos de los cientos de alumnos que Alfredo López Austin arropó en la UNAM también tomaron parte de este homenaje. Ninguno de los dos pudo evitar el llanto a la hora de ofrecer su testimonio sobre el célebre historiador.

La historiadora Norma Sánchez Merino, quien en los últimos años fue profesora asistente del homenajeado, expresó que “su principal enseñanza es que los pueblos mesoamericanos no son pasado; para comprenderlos, tenemos que acercarnos a nuestro contexto presente”.

El etnólogo Leopoldo Trejo Barrios evocó: “Alfredo consideraba que, más que individuos aislados, somos individuos sociales, nodos de una gran red productora de conocimiento cuya vitalidad descansa en el diálogo”.

Todo aquello que proponemos, que ha pasado por una coladera rígida, sabemos que nunca queda pulido como para que pueda ser considerado una verdad, o sea que la ciencia deja de ser productora de verdades y se convierte en productora de propuestas, pero cada una de las propuestas es simplemente provisional. O sea, no hay ninguna certeza científica, pudiéramos decir, ni en las ciencias formales”.

Alfredo López Austin (1936-2021) (tomado de un video homenaje)

Algunas obras fundamentales del homenajeado:

“Augurios y abusiones” (1969)

Alfredo López Austin (introducción, versión, notas y comentarios)

UNAM

“Hombre-Dios. Religión y política en el mundo náhuatl” (1973)

Alfredo López Austin

UNAM

“Cuerpo humano e ideología” (1980)

Alfredo López Austin

UNAM

“Los mitos del tlacuache. Caminos de la mitología mesoamericana” (1990)

Alfredo López Austin

UNAM

ricardo.quiroga@eleconomista.mx

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