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50 sombras de Grey, más risas que buen sexo

Las carcajadas en la sala de cine lo dicen todo: el erotismo de 50 sombras de Grey provoca más risas que excitación y divide opiniones.

viernes 13 de febrero de 2015 - 04:45

Las carcajadas en la sala de cine lo dicen todo: el erotismo de 50 sombras de Grey provoca más risas que excitación y divide opiniones.

¿Dónde está el secreto para que los libros de E.L. James lleven más de 100 millones de ejemplares comercializados y se vendieran cerca de 4 millones de boletos en el mundo para el preestreno de la película?

¿Es por la historia de la Cenicienta ponedora? ¿O la de la bella y la bestia? ¿Una bestia (Grey) a la que le gusta el bondage, los látigos y las esposas? o sencillamente el éxito se basa en el deseo secreto de una generación de mujeres por ser dominadas, humilladas y controladas por el hombre de sus sueños.

La historia dirigida por Sam Taylor-Johnson es de todos conocida: el millonario Christian Grey (Jamie Dornane) se liga a una inexperta y virgen jovencita de 22 años, Anastasia (Dakota Johnson), para convertirla en su esclava sexual y la introduce en el masoquismo; sin embargo, lo que se ve en pantalla es inocente y aburrido en una historia repleta de clichés y de un erotismo timorato.

Si algo se rescata de 50 sombras de Grey es la banda sonora y sí, un par de escenas, pero hasta ahí.

¿Violencia de género? o pura fantasía?

La mercadotecnia alrededor promete mucho más de lo que vemos en pantalla. No puedo hablar de las novelas; primero, porque nunca las leí y, dos, porque ya es una obviedad decir es mejor el libro que la película , aunque fans me dicen que el monstruo de míster Grey es más interesante en papel y sí, Anastasia más humillada.

Pero en la película no hay química entre los personajes, los esperados desnudos no son totales y aunque se intenta excitar al espectador, no se consigue; los juegos sexuales son demasiado inocentes, hace falta mucho más que un par de nalgadas y azotes para escandalizar o estimular al público, hoy en día que con un click puede ver cosas mucho más interesantes.

Los que buscan sexo duro y escenas fuertes no las van encontrar; no hay nada parecido al Imperio de los Sentidos o Ninfomanía; las 50 sombras de Grey es romance y soft porno que no consigue emocionar y mucho menos provocar.

Además, algunas mujeres podrían sentirse ofendidas, pues en la película son objetos y no deben de pensar por sí mismas; deben de obedecer al señor Grey.

Pero qué importa que la crítica alrededor del mundo se burle de 50 sombras de Grey, cuando millones de personas acudirán a ver la película para aplaudir el traje nuevo del emperador .

Pero sí creo que pone en peligro el papel de un mujer en la relación y con el éxito entre las lectoras (algunas adolescentes) aumenta el problema de violencia de género. Tal vez exagero.

vgutierrez@eleconomista.com.mx