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Arte e Ideas

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Ábrete, Marvel, llegó la reina

La maravilla que es la película de La Mujer Maravilla confirma que, al menos en la ficción, el presente es femenino.

No me gusta la frase famosa the future is female . Yo no quiero esperar al futuro para que nos toque a las mujeres, quiero que el presente sea nuestro, que lo arrebatemos.

Pero veo una foto en Facebook y entiendo: una niñita vestida de la Mujer Maravilla mira con sorpresa el póster de la película. Sí, quiero que el futuro sea para ella.

De eso se tratan las películas de superhéroes , escribe el amigo que publicó la foto. Y pienso en mi propia experiencia como nerd chiquita y asiento.

Yo crecí en el final de los 80 y principio de los 90, una era dorada para los coleccionistas de juguetes. Había colecciones increíbles de Star Wars, He-Man, GI Joe o Playmobil.

En casa, la división de los juguetes se hacía así: a mi hermano mayor le tocaban los buenos, a mi hermano de en medio, los malos, y a mí, las chicas heroínas. Sí, porque en aquel tiempo los fabricantes de juguetes se dieron cuenta de que el mercado de las niñas quería algo más que Barbies, así que empezaron a sacar figuras de acción para nosotras.

Tuve una Mujer Maravilla. Y les digo que no era mi juguete favorito pero me encantaba. Tenía un botón de acción que la ponía en posición de pelea. Tenía su lazo el Lazo de la Verdad , un escudo y su espada. Era genial.

Pero, en mi tiempo, la ficción no había cambiado con suficiente rapidez para incluirnos a nosotras. Siempre la misma narrativa: al final siempre Superman o el que fuera iba a rescatar a la Mujer Maravilla. Eso me obligaba a inventarme mis propias historias donde, sin pudor alguno, yo era la heroína que salvaba el día.

La importancia de la representación. ¿Se acuerdan de la niña de la foto? Ella no tendrá que inventarse historias (o bueno, lo hará, pero tendrá ejemplos en la realidad) porque hoy existen películas como Mujer Maravilla, de Patty Jenkins.

Seré directa: ah, qué buena película. Tiene todo: desarrollo de personajes, romance, escenas de acción y una protagonista que pelea bien machín (ustedes entienden). Es el reino del entretenimiento. Gal Gadot no es muy exigida actoralmente pero hace un buen trabajo, más bien físico, y lo hace muy bien. Diana de Temicira está viva. Para los no iniciados, ese es el nombre real de la Mujer Maravilla, una amazona legendaria de tiempos olímpicos.

Marvel había monopolizado el cine de cómics pero no ha logrado hasta ahora entregarnos un personaje femenino protagónico. Ábrete, Marvel, llegó la reina, la princesa escondida detrás de la identidad de Diana Prince, la diosa oculta, la aliada de Batman y Superman.

Maravilla se une a una cadena de heroínas que han invadido la ficción para niños y adolescentes tanto en novelas gráficas, novelas literarias y la pantalla. Lyra Belacqua (mi favorita) de la serie His dark materials de Philip Pullman, Katniss Everdeen de Los juegos del hambre, Tris de la trilogía Divergente, Hermione Granger en los libros y las películas de Harry Potter, las protagonistas de Frozen, Moana... La lista crece cada verano.

Hace un tiempo oí a un crítico de cine decir que la heroína ya se había vuelto el lugar común de los 2000. Puede ser pero bendito lugar común. Después de un siglo de hombres de acción y damiselas en apuros, un par de años de mujeres fuertes es liberador. No deberíamos estar satisfechas. Necesitamos niñas aventureras y aventadas. El mundo que les toca lo exige.

Más niña vestidas de la Mujer Maravilla con espada y escudo en mano, con un código de honor y un propósito noble.

Veré la película de nuevo, sí, sus dos horas y media de duración, porque me parece un fenómeno importante. La cultura pop es un reflejo de las cosas que van saliendo a la superficie de los entretejidos de la más profunda de las realidades. Si el mundo está listo para una Mujer Maravilla como ésta, venga. Me dirán que es un estereotipo: una mujer semidesnuda de cuerpo para la mirada masculina y con cara de modelo.

Puede ser, lo acepto, pero no es el único personajes femenino interesante de la cinta. Vean a la villana, la fabricante de armas químicas con la mitad de la cara corroída. Es fantástica, me hubiera gustado saber más de ella.

Venga, mundo. La ficción ya nos pertenece. El presente es femenino. Que el futuro también lo sea para las niñas que ven estas películas.

concepcion.moreno@eleconomista.mx

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