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Arte e Ideas

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Alejandra Robles, embajadora de la negritud en el Cervantino

La cantante oaxaqueña relata cómo no ha sido fácil para ella subirse a los escenarios para difundir la cultura afro en México, dice, una de las más olvidadas y marginadas en el país. Después de al menos seis intentos, podrá llevar su música al FIC.

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Alejandra Robles, cantante oaxaqueña afrodescendiente. Foto EE: Cortesía.

La cantante oaxaqueña afrodescendiente Alejandra Robles intentó al menos seis veces presentarse en el Festival Internacional Cervantino (FIC). Y no fue sino hasta la presente edición, la número 51, que la cantante nacida en Puerto Escondido en 1978 pudo encontrar una oportunidad sobre uno de los escenarios del festival.

Este sábado 21 de octubre, Robles, una notoria activista por la visibilidad de las culturas afro en nuestro país, finalmente podrá presentar al público asistente a la Ex-Hacienda San Gabriel, a las afueras de Guanajuato capital, varios de los temas más emblemáticos de la cultura afrolatina y, por supuesto, algunas composiciones personales.

“Estoy muy contenta. Me costó mucho trabajo ganarme el foro. Voy a presentar mucho de la costa, de donde yo soy. Voy a presentar piezas tradicionales de Guerrero, de Oaxaca, algunas de Veracruz y otras que yo he compuesto, que tienen relación con la negritud, con el color de piel, con el mover de caderas. Entre cada canción voy contando un poco de la negritud, de cómo la he vivido yo y sobre lo importante que ha sido en la construcción de este país”, comparte la cantante en entrevista con este diario.

“Yo había insistido muchísimo para tocar en el Cervantino. Toqué la puerta muchas veces, porque soy una persona muy terca. Si me dicen varias veces que no, yo sé que me van a decir que sí a la sexta o séptima vez. Y precisamente creo que sí, al menos unas seis veces había solicitado que me incluyeran en el Cervantino. Finalmente, se me da la oportunidad y no la voy a desaprovechar. Me llevo una banda grande, voy a estar acompañada por 12 músicos”, refiere y complementa: “no ha sido nada sencillo para mí, yo no vengo de una familia de dinero ni influyente, mi papá fue mi primer productor musical. Él fue el primero que me dijo que necesitaba un disco, que no podía ir a pedir trabajo a los festivales sin una producción. Y él me lo pagó”.

El pasado 15 de septiembre, Alejandra Robles se presentó en el escenario del Zócalo capitalino. Poco a poco, con esa obstinación, y contra la adversidad estructural, la cantante y activista se ha ido abriendo paso para promover su cultura, sus raíces.

“Haberme presentado recientemente en el Zócalo lo confirma, es el resultado de la constancia y de la fe. Yo le digo a la gente que me escucha que no pierda la fe en sus sueños, que siga creyendo y que siga haciendo, dentro de sus posibilidades, lo mejor que pueda, porque todos tenemos posibilidades de crear”.

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Algo está pasando en México

Lo confirma el Censo de Población y Vivienda 2020, del Inegi, que por primera vez incluyó dentro de sus detalles el conteo sobre personas que se adscriben como afromexicanas o afrodescendientes. Este censo arrojó que 2.57 millones de personas en el país se reconocen como parte de la comunidad afro, una cantidad que representa el 2% de la población nacional.

“Esto es y será sumamente significativo”, señala Robles, “esto tiene que tener algunos efectos, como que se acaben grandes rezagos que hay en la cultura, en la salud y la educación. Los afrodescendientes somos de los más olvidados en el país, aún más que los indígenas. Por todo esto es que lo que está sucediendo ahorita lo hace histórico (…) los afrodescendientes no solamente estamos en las comunidades. En la Ciudad de México está la población más grande de afrodescendientes en el país, pero poco se les visibiliza o se les reconoce como tal. Por eso es que fue tan importante para mí presentarme en el Zócalo”.

Un adelanto de la presentación

Todas las piezas que Alejandra Robles presentará en el escenario Cervantino tienen una relación con la negritud. La cantante nos detalla:

“Presentaré ‘La sanmarqueña, un género tradicional que comparten Oaxaca y Guerrero. Es una de las chilenas más representativas de Guerrero, donde la afrodescendencia se reconoce y se festeja. También voy a tocar ‘La malagueña curreña’, una pieza de don Ismael Añorve con un título que no es tradicional, sin embargo, entre Oaxaca y Guerrero es llamada ‘la reina de la chilena’. No hay canción más bella que ésta. Incluso, durante la Guelaguetza, aquí en Oaxaca, cuando abre la costa, empieza con esta joya de canción”.

También va a cantar la pieza colombiana “Paloma morena”, “que habla de la mujer morena, es festiva y es alegre; es un currulao, un ritmo afro colombiano. Yo la he adoptado y la he adaptado a ritmo de chilena”.

Tampoco puede faltar "La llorona", señala, cuya letra de inicio hace referencia a la negritud. “Llamó mi atención el poderoso verso con el que inicia: ‘todos me dicen el negro, llorona / Negro pero cariñoso, yo soy como el chile verde, llorona / picante pero sabroso’. Empieza haciendo alusión al color de la piel y eso me parece sumamente precioso y poderoso para lo que vengo haciendo”.

Asimismo, la cantante llevará al escenario del Cervantino una pieza de su propia composición de nombre “El señor de las jícaras” inspirada en don Luis, un maestro artesano que se dedica a tallar jícaras en Pinotepa Nacional. “Me contó su historia de vida, de cómo salió de su comunidad sin hablar español y se fue a estudiar Bellas Artes en Guadalajara, y de los tremendamente difícil que fue por la discriminación que vivió, pero nunca se dejó vencer, salió adelante, y ahora es uno de los artistas más importante que tenemos en Oaxaca”.

ricardo.quiroga@eleconomista.mx

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