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América Latina y el Caribe deberán invertir 1.3% del PIB para garantizar acceso al agua: Cepal
La inversión generaría además 3.6 millones de empleos verdes con lo cual mejorarían los ingresos anuales de las familias en la región.
Generar una gestión ordenada y sostenible de los recursos hídricos aumenta la resiliencia ante el cambio climático y revierte la contaminación ambiental”.
Rayén Quiroga, jefa de la unidad de agua y energía de la Cepal.
Para garantizar el acceso al agua y un saneamiento seguro en América Latina y el Caribe será necesario gastar el 1.3% del Producto Interno Bruto (PIB) regional durante cada año por lo menos en una década, fue lo que se escuchó en los “Diálogos Regionales del Agua en América Latina y el Caribe 2023: Hacia la Conferencia del Agua de Naciones Unidas 2023”, organizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Dicho de otra manera, se requieren aproximadamente 51,000 millones de dólares anuales durante 10 años para brindar el acceso universal al agua y proporcionar un saneamiento seguro.
Además, con la inversión se generarían 3.6 millones de empleos verdes con lo cual mejorarían los ingresos anuales familiares y generaría un elemento equiparador de la sociedad pues mejoraría la salud, incrementaría el bienestar e impulsaría la igualdad de género, dijo Rayén Quiroga, jefa de la Unidad de Agua y Energía de la Cepal en el panel “Contexto global y regional del agua como vector de desarrollo”.
“Y también recuperaría la economía que está en una nueva década perdida en la región. Mientras que generar un gestión ordenada y sostenible de los recursos hídricos aumenta la resiliencia ante el cambio climático y revierte la contaminación ambiental”, dijo la jefa de unidad.
En la inauguración, José Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la Cepal, también instó a los países a fomentar las inversiones en servicios hídricos para mejorar el bienestar y calidad de vida de la población y reactivar la economía de la región.
Salazar-Xirinachs advirtió en su ponencia que si bien el agua es reconocida como un derecho humano desde 2010, en América Latina y el Caribe una gran parte de la población aún carece de servicios de agua y saneamiento manejados de forma segura. En este sentido, Rayén Quiroga explicó que a este año la región cuenta con 161 millones de personas sin acceso a agua potable manejada de forma segura y son 431 millones, el 66% de la población de América Latina y el Caribe, que carece de acceso a saneamiento del agua gestionado de forma segura.
Quiroga también explicó que el acceso al agua potable y saneamiento del líquido también son desiguales. Datos mostrados por la Cepal detallan que el quintil 1, el de más alta vulnerabilidad, tiene un 25% menos de acceso al agua gestionada de manera segura que el quintil más rico.
La funcionaria de Cepal también comentó que las personas del quintil 1 tienen que pagar hasta dos veces más que el quintil más rico como consecuencia de la falta de acceso y tienen que comprar agua en pipas o cisternas. “Lo cual muestra esta reproducción de la inequidad”.
Crisis y pobreza repercuten
La Cepal reconoció que las crisis “en cascada”, es decir lo que ha ocasionado la pandemia, la guerra en Ucrania, la disrupción de las cadenas de suministros y la inflación en alimentos, están incrementando la pobreza en la región con lo cual se recrudecerá el acceso al agua potable. Sumado a lo anterior está la imposición de restricciones fiscales con lo cual dificultará la inversión pública.
“Esto afecta aún más el acceso de la población más vulnerable a servicios de agua y saneamiento y dificulta así mismo que el Estado pueda realizar las inversiones que requiere por lo que es imprescindible un pacto público-privado-comunitario para llevar adelante las inversiones”, exhortó Quiroga.
Al cierre del 2022, la pobreza afectó a 201 millones de personas latinoamericanas, 32% del total, y la pobreza extrema aumentó a 82 millones, 13% de los habitantes de la región.
Desafíos en gobernanza
La región también tiene que enfrentar un desafío en la gobernanza sobre el agua pues las autoridades nacionales no cuentan con una jerarquía al más alto nivel del gobierno.
“Hay una dispersión de la gestión del agua en múltiples instituciones y con muchos roles que se sobreponen como los extractores, productores, distribuidores, reguladores o usuarios”, detalló Quiroga.
De acuerdo con la Cepal, en América Latina y el Caribe una persona cuenta con una disponibilidad de agua cuatro veces mayor al promedio mundial, sin embargo la región sufre de alto estrés hídrico sobre todo en las grandes ciudades y zonas de mayor actividad económica.
Asimismo, se informó que como consecuencia del cambio climático, la superficie de agua dulce de América Latina y el Caribe se ha reducido en casi 7,000 metros cuadrados, lo anterior es equivalente a cuatro veces el tamaño de San Pablo, Brasil.
El quintil 1, el de más alta vulnerabilidad, tiene 25% menos acceso al agua gestionada de manera segura que el quintil más rico, y paga dos veces más por el líquido