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Anestesia espinal epidural combinada, opción recomendable en caso de una cesárea

"La anestesia espinal es una herramienta valiosa para el bienestar de las mujeres durante el parto por cesárea. Su uso, junto con técnica adecuada y agujas espinales de última generación, permite reducir el dolor y mejorar la experiencia del parto para la madre y el bebé, además de que reduce hasta en 13% el riesgo de cefalea postpunción dural; puede usarse en combinación con la anestesia epidural”,  dice el doctor Rodrigo Fernández Soto, médico intensivista y anestesiólogo.

Rodrigo Fernández Soto, médico intensivista y anestesiólogo. Foto EE: Rosario Servin

Rodrigo Fernández Soto, médico intensivista y anestesiólogo. Foto EE: Rosario Servin

En 2023 se registraron 2.1 millones de nacimientos en el país; de cada 100, 46 fueron por cesárea y 54 por parto vaginal. Aunque hoy se sabe que existen muchos beneficios de tener un parto vaginal, pues la recuperación es más fácil y rápida, el riesgo de padecer endometritis o hemorragia es menor, el bebé recibe una mejor oxigenación cerebral y general , además de que estimula la producción de leche materna, entre otros beneficios, lo cierto es que pueden haber razones médicas o emergencias donde un parto por cesárea es necesario. 

En este sentido, el doctor Rodrigo Fernández Soto, médico intensivista y anestesiólogo, asegura que se debe elegir muy bien a las pacientes candidatas a cesárea. Explica que al llegar el momento del parto una parte muy importante de este proceso es el dolor y que la paciente pueda tener a su hijo sin ninguna molestia. “Ahí es en donde entramos los anestesiólogos. En este punto la paciente ya tiene contracciones”. Algunos estudios indican que el dolor de parto es descrito por las mujeres como insoportable en el 20% de los casos, severo en el 30%, moderado en el 35% y mínimo en el 15%. 

La anestesia obstétrica es muy compleja, asegura Fernández Soto, porque estamos ante un escenario donde la paciente está deseando tener a su hijo entre sus brazos pero también está pasando por un proceso de mucho dolor por las contracciones. En este sentido “Tenemos que ser muy empáticos con la paciente y tratar de solucionar el problema de la mejor manera”.

Afortunadamente la evidencia médica y los avances científicos permiten mejores opciones. En los partos vaginales la técnica por excelencia es la anestesia epidural. En el caso de las cesáreas también se puede usar con una analgesia de larga duración la anestesia espinal epidural combinada, la cual, proporciona un alivio rápido y potente del dolor.

El especialista explica que la aplicación de anestesia epidural durante el parto es altamente recomendada, pues su función principal es evitar el dolor. En contraste, representa un riesgo sumamente bajo para la madre y no afecta al bebé.

Aunque hace hincapié en que en todo procedimiento existe un riesgo, en este caso son mínimos. “Esta anestesia pocas veces tiene efectos sistémicos por lo que la paciente lo va a eliminar de una manera rápida y no afecta al bebé. Muy probablemente después de dos horas va a estar caminando, va a estar sin molestias y puede dar lactancia a su hijo y no va a haber ningún problema”, detalló.

Mitos de la anestesia epidural

Frente a los mitos que existen en torno a que la aplicación de anestesia epidural durante un parto puede provocar dolor permanente en la zona lumbar, el anestesiólogo señaló que la probabilidad es muy baja, porque incluso al momento de inyectar ya se pueden utilizar agujas puntas de lápiz que disminuyen considerablemente los riesgos.

Dijo que las futuras madres además pueden estar conscientes durante el alumbramiento para vivir la experiencia del nacimiento de su bebé.

Sobre el procedimiento, detalla que esta técnica desarrollada con tecnología de Becton Dickinson (fabricante de las jeringas y agujas Plastipak), combina los beneficios de la anestesia raquídea, que proporciona un alivio rápido y potente del dolor; con la flexibilidad de la anestesia epidural, que permite ajustar la dosis de medicamento según las necesidades de la paciente a lo largo del parto.

Consta de dos punciones. La primera, para la anestesia espinal, se coloca en el espacio subaracnoideo; la segunda, para la epidural, se aplica en un espacio cerca de la médula espinal y permite la administración continua de medicamentos analgésicos a través de un catéter especial.

Es claro, los efectos secundarios de esta técnica combinada son generalmente leves, poco frecuentes y tratables e incluyen disminución de la presión arterial, náuseas y vómitos, dificultad para orinar y fiebre. Agrega que no se recomienda en casos de obesidad, cardiopatías, alergia a los anestésicos y/o problemas de coagulación.

En pocos casos puede presentarse cefalea postpunción dural (CPPD), un dolor de cabeza que empeora al estar de pie y mejora al acostarse. “Se debe a la punción accidental de la duramadre (la membrana que rodea la médula espinal) y puede requerir el regreso de la paciente al hospital para administración de fluidos intravenosos, analgesia controlada y, en algunos casos, la colocación de un parche hemático”, agrega el doctor Fernández. 

¿En qué casos optar por una cesárea?

La cesárea electiva se realiza por la presencia de alguna patología materna o fetal como placenta previa, presentación del producto con nalgas por delante, transversa u oblicua, macrosomía fetal, infecciones activas del canal del parto, dos cesáreas anteriores, y algunos casos de alteración en el crecimiento y gestaciones múltiples.

La cesárea urgente, también es aquella en la que corre peligro la vida de la madre y el feto como consecuencia de una patología aguda grave. Tales como alteraciones en la monitorización fetal durante el parto, desprendimiento de placenta, prolapso de cordón.

Concluye que el riesgo de cefalea postpunción dural (CPPD) puede reducirse significativamente mediante una buena técnica de punción y el uso de agujas BD Whitacre (agujas punta de lápiz) que reducen cinco veces el riesgo de CPPD, en comparación con las agujas de mayor calibre (22G) . “Se usan para la punción raquídea y han demostrado en estudios independientes una disminución de 13% del riesgo de cefalea post punción dural. Además, su uso es sencillo y facilita la rápida detección del líquido cefaloraquídeo (LCR), el cual fluye cuando se punciona accidentalmente la duramadre”.

nelly.toche@eleconomista.mx

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Periodista de ciencia en la sección Arte, Ideas y Gente de El Economista. Cuenta con maestría en periodismo sobre Políticas Públicas por el CIDE y es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la UVM.

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