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Año bisiesto, un golpe seco al espectador nacional
Es una película valiente, que intenta rozar la sustancia de lo humano contando una historia común pero no por eso menos valiosa. Michael Rowe ganó por esta película la Cámara de oro (premio a la mejor ópera prima) en el paso Festival de Cine de Cannes.
Año bisiesto es una película cruda, como la carne en los supermercados, que privilegia el registro realista y se propone una relectura de la sexualidad, de la relación esclava-domador en una sociedad machista en donde la "casa chica" es una institución y es también una película seria que retoma el tono del típico cine de arte: lento, con obsesivo acento en los detalles, y que incrementa su intensidad y complejidad con el paso de los fotogramas.
La anécodta se centra en contar la vida íntima de Laura López (Mónica del Carmen), desde cada rincón de su departamento de asalariado común en el Distrito Federal, en el que desfilan amantes ocasionales en una cama que vigila la fotografía enmarcada de un hombre desconocido para el espectador pero fundamental en la vida de Laura.
Un día conoce a Arturo (Sánchez Parra) y comienza con él una relación de encuentros masoquistas y violentos, en la que el amor, el sacrificio, el dolor y el martirio se unen para nulificar sus contornos, y llegan a su punto más alto cuando un día antes del 29 de febrero, entonces ese año es bisiesto, Laura le pide algo más radical a su pareja: ¡a poco no te gustaría matarme mientras me cojes! Justo el día en que cumple años de muerto su padre.
El desenlace no se lo revelamos pero es meritorio decir que la cinta de Michael Rowe, nos guste o no, es una película valiente, que va al fondo con una mirada objetiva y crítica más no panfletaria y que intenta rozar la sustancia de lo humano contando una historia común pero no por eso menos valiosa. No por nada Rowe ganó con esta película la Cámara de oro (premio a la mejor ópera prima) en el paso Festival de Cine de Cannes.