Buscar
Arte e Ideas

Lectura 10:00 min

Ante el más grande de los retos

Probablemente, el tema que más se tocó entre los ponentes invitados a la Ciudad de las Ideas fue el de la educación.

Probablemente, el tema que más se tocó entre los ponentes invitados a la Ciudad de las Ideas fue el de la educación.

Hablaron de ella evolucionistas, psicólogos, cineastas y periodistas, pero quienes dieron un panorama más completo tanto de los problemas como de sus soluciones fueron sin duda los matemáticos. El diagnóstico generalizado fue: lo estamos haciendo mal, estamos maleducando a nuestros niños, no los estamos enseñando a pensar. Pero también es general el convencimiento de que podemos hacerlo mejor.

Una mente al cuadrado

Desde el principio, el psicólogo Gary Marcus fue claro: nuestra mente, como producto de una evolución ciega, podrá ser muy eficaz pero está llena de problemas y defectos.

Sin embargo, algunas mentes funcionan mejor que otras e incluso los invitados a este encuentro, que lleva el subtítulo de Festival de mentes brillantes, se vieron deslumbrados por aquello de lo que es capaz la mente del matemago Arthur Benjamin, quien es capaz, y los demostró, de sacar el cuadrado de números de hasta tres dígitos más rápidamente que cualquier persona con calculadora en mano; con los de cuatro es un poco más lento, pero puede hacerlo con números de cinco dígitos cuyo resultado ya no cabe en la pantalla de las calculadoras normales.

Además de causar sorpresa con su acto de circo, Benjamin es un activista de la enseñanza de las matemáticas:

Aprender a usar las matemáticas es tan importante como aprender a leer -dice-. La gente que domina las matemáticas es gente que ha aprendido a resolver problemas, problemas sencillos que pueden ser reducidos a términos matemáticos, pero problemas .

Y esa capacidad se valora tanto personal como socialmente, como se puede ver en el hecho de que los matemáticos son las personas que más fácilmente encuentran trabajo en otras profesiones. Y sin embargo, cuando sus hijos no aprenden matemáticas o tienen dificultades, los padres a veces se resignan. Es como si se resignaran a que sus hijos no aprendieran a leer y escribir, así de grave .

Benjamin tiene trucos para su acto (como transformar algunos números grandes en palabras para retenerlos mejor en la memoria mientras hace otras operaciones) y los revela en libros y en sus presentaciones, más que sabiendo que muy pocos podrán imitarlo, esperando que todos tratemos de hacerlo, pero, como maestro que es (valora especialmente las clases que da a niños de hasta 12 años), para sus alumnos tiene algo mejor.

¿Qué les enseñas, tus trucos o nomás las operaciones matemáticas?

Les enseño todo lo que puedo, pero sobre todo trato de invitarlos a ser creativos con las matemáticas, a resolver las cosas a su modo. La creatividad no es algo que se pueda enseñar pero siempre les pido que resuelvan un mismo problema en al menos dos formas .

La edad no es impedimento; los maestros y papás, sí

Fue un año muy especial 1995. Se publicó la demostración más esperada de las matemáticas, la del teorema que planteara Pierre Fermat en 1637 aunque muy probablemente estaba ahí desde Pitágoras (siglo IV a.C.).

Por otro lado, en 1995, motivado por esa solución y con la idea de contar su fascinante historia, el matemático Amir Aczel dejó los números para dedicarse a las letras... Aunque sigue siendo maestro y en realidad espera que las letras que ha plasmado en sus libros lleven a la gente hacia los números.

En la Ciudad de las Ideas, Aczel dio un adelanto de su próximo libro, una historia de las matemáticas y los matemáticos, como Galois, que cambiaron el curso de la disciplina antes de morir en un duelo a los 25 años.

La gente con talento para las matemáticas parece empezar muy joven, ¿hay esperanza para los más grandes, para los que no tenemos talento innato?

Desde luego. Es cierto que muchos matemáticos empezaron desde jóvenes y que muy probablemente no llegues a desarrollar una habilidad como la de nuestro amigo Arthur Benjamin, pero es más una cuestión de gusto y entrenamiento.

Mira, en mi salón de clases tengo a un muchacho chino que igual que Benjamin no escribe cómo resuelve los problemas, solo apunta las soluciones. El otro día puse un examen para resolver en una hora y él me lo entregó en cinco minutos. En esa misma clase hay una muchacha de Nigeria, que llegó sin saber muchas cosas de álgebra y de cálculo. Se puso a aprenderlas 10 días antes del examen. Es cierto que se tardó una hora y media en resolverlo, ya todos los demás se habían ido, pero sacó 97 de 100.

No creo que la edad, la raza ni ninguna otra cosa sean impedimento para aprender matemáticas .

Sin embargo, Aczel sabe que hay impedimentos y confiesa: Yo alejé a mi hija de las matemáticas.

Me preguntó algo y, después de explicarle un poco -y supongo que mal porque aún no entendía-, le dije: ‘Cómo es posible que no lo veas, si la solución está ahí’. De inmediato me di cuenta del rechazo. Desde entonces no me ha dejado explicarle nada .

(Para tranquilidad de los lectores cabe consignar que el rechazo de la muchacha no es generalizado ni a su padre ni a las matemáticas, ya que estudia física y las considera una herramienta necesaria , y apenas unos minutos después de la confesión de Aczel ella, con una gran sonrisa se unió a la charla para contar su versión de la historia).

Larga distancia personalizada

Pero probablemente nadie -ni en el encuentro que se llevó a cabo en Puebla del 10 al 12 de noviembre ni en el mundo- sea un maestro con más éxito, como tal, mejor que el matemático Salman Khan, quien partió de darle clases por correo electrónico a una prima y llegó a crear la que ya es la escuela más grande de la historia.

Desconcertado porque su prima de 13 años Nadia, un familiar que comparte mi ADN , no entendiera matemáticas, pero convencido de que ella y cualquier otra persona podía aprender, Khan comenzó a grabarse dando clases para poder mandárselas a su prima por e-mail, ya que vivía en otra ciudad.

Khan resultó ser un magnífico maestro y muy pronto otros familiares y amigos de los mismos pidieron también los videos, hasta que uno de ellos le dijo: ¿Por qué no lo subes a YouTube? .

Y tuvo muchísimo éxito, no sólo me escribieron muchos agradecimientos por ayudar a la gente a pasar algún examen o alguien con dislexia que me dijo que por fin entendía las matemáticas, sino que mis conocidos me dijeron que me preferían ver en YouTube que en persona... , dice Khan, quien además sabe ganarse al público.

Pero Khan podía hacer mucho más que videos, así que fundó una organización sin fines de lucro para poder recibir donaciones para un sitio de Internet, la Khan Academy, donde hubiera además ejercicios y maestros en línea.

Bastante gente dio dinero, pero Ann Doerr dio 10,000 dólares. Era por mucho el donante más importante y Khan le pidió que se conocieran. Me preguntó de qué vivía y le dije que todavía de mi trabajo de 8 a 5, así que a los pocos días ella donó 100,000 dólares; pude dejar mi trabajo y un tiempo después me habló para decirme que Bill Gates estaba hablando de mi academia en el Aspen Ideas Festival. Al poco tiempo recibí una llamada, me preguntaron si podía reunirme con Bill Gates. ‘Permítame’ dije, vi mi calendario completamente vacío y dije ‘creo que el próximo martes a eso de las 2:45 tengo un espacio’ , comenta.

La Fundación Bill y Melinda Gates y después Google se encargaron de solucionar los problemas financieros de la Khan Academy que actualmente tiene más maestros y da clases gratuitas de una multitud de materias desde los niveles más básicos hasta los universitarios, y que a la fecha ha dado 100 millones de lecciones a sumar a los ejercicios realizados. Pero la gratuidad no es la única ventaja de la Khan Academy.

Por un lado está el hecho de que los alumnos pueden tomar clase cuando lo deseen y cuando estén dispuestos a poner atención, no cuando les toca y en realidad quieren irse a jugar .

Pero sobre todo la Khan Academy ofrece una base sólida porque tenemos diagramas de estudio y tú no puedes pasar de un nivel a otro si no dominas completamente todo los módulos de ese nivel.

En las clases tradicionales te sacas 75 y ¡perfecto! Es una C, vamos a lo que sigue; pero es como si al construir una casa los cimientos te quedaran más o menos bien y te siguieras al primer piso, que te queda un poco peor, y luego al segundo, y luego te sorprendes porque se cae. Hemos logrado tener una educación que, aunque sea a distancia es personalizada, tenemos tutores que pueden ver cuando los alumnos se atoran en los ejercicios y entonces se comunican con ellos por msn y los ayudan. Cada tutor podrá tener 50 o 100 alumnos pero puede dedicarse en exclusiva a los que lo piden o lo necesitan .

¿La creatividad se puede enseñar?

Oliver Stone contó su historia. Desde que tenía cuatro o cinco años su padre le pagaba 25 centavos por cada pequeña historia que escribiera. Me interesaba el dinero porque con él podía comprar estampas de futbol americano , cuenta.

Pero llegó un día en que sólo coleccionar no fue divertido, aburrido, mientras papá y mamá se ganaban la vida lejos de casa inventé un juego con las estampas y un dado, los números indicaban si un pase era completo o no, si era interceptado...

Pero mi padre ya había hecho caer en la trampa de las historias, así que a los 12 o 13 años dejé el futbol de fantasía y seguí escribiendo una novela épica , después descubrió que podía filmar sus historias.

Hace poco, confesó, estaba preocupado porque veía a su hija de 16 años que sólo iba a fiestas, hablaba por teléfono y se la pasaba en el Facebook. Decidí ser el ogro y no darle permiso para socializar en ocasiones, darle la oportunidad de estar a solas, aburrida. Al principio me odió, pero un día llegué a la casa y ella estaba pintando un gran y bellísimo mural. Misión cumplida, me dije .

mlino@eleconomista.com.mx

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí

Noticias Recomendadas

Suscríbete