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Arte e Ideas

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Ante la negativa, el greenwashing como respuesta

Ante la falta de acuerdos sustanciales, la cumbre climática aprueba fondos ‘insuficientes’ para desastres climáticos y para enfermedades tropicales y adopta el primer inventario global de emisiones para medir la eficacia de las naciones frente al calentamiento global.

La cumbre climática de Dubái concluirá sin llegar a un acuerdo primordial para el que había sido convocada, referido a la eliminación gradual de los combustibles fósiles hacia 2050; en cambio, se impuso la visión de los países que defienden el uso del petróleo, gas y carbón, incluido el anfitrión de la Conferencia, Emiratos Árabes Unidos, quienes optaron por cambiar el término “eliminación” por “reducción” y centrar los esfuerzo en la disminución de las emisiones GEI.

Pocas fueron las decisiones alentadoras adoptadas por los países asistentes a la cumbre del clima, entre ellas, un par de fondos económicos para enfrentar desastres naturales y enfermedades tropicales asociados al cambio climático, que algunos organismos han calificado como medidas de greenwashing, y el reconocimiento del primer inventario global de las acciones internacionales contra el calentamiento global.

Como elemento clave para la evaluación de los avances del Acuerdo de París, la COP 28 adoptó la puesta en marcha del primer Inventario Global de Emisiones (Global Stocktake o GST), un instrumento de evaluación que se aplicará cada cinco años a los Estados Parte de la Conferencia para medir la respuesta global a la crisis climática en tres áreas temáticas que son mitigación, adaptación, medidas de aplicación y apoyo, como los montos de financiación aplicados, cómo y dónde están fluyendo y dónde hacen falta mayores esfuerzos para resarcir pérdidas y daños. Su objetivo es responder a tres preguntas vitales: ¿Dónde estamos? ¿Hacia dónde queremos ir? Y, lo que es más importante, ¿cómo llegar hasta allí?

El documento evalúa aspectos como las ambiciones de los países sobre la temperatura global y determina qué recortes adicionales de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI) son necesarios para cumplir el objetivo de mantener la temperatura en un rango menor a los 1.5 grados centígrados.

En respuesta a la crisis climática la COP28 anunció un fondo de 777 millones de dólares para combatir enfermedades tropicales, enfocándose en las amenazas para la salud asociadas al aumento de las temperaturas.

Emiratos Árabes Unidos y la Fundación Bill y Melinda Gates, ofrecieron cada uno 100 millones de dólares, mientras que otros países como Bélgica, Alemania y Estados Unidos unieron su contribución al fondo.

Por otra parte, desde el primer día de la Conferencia, Emiratos Árabes Unidos, Alemania, Reino Unido, Estados Unidos y Japón anunciaron un fondo contra desastres naturales vinculados al cambio climático que ronda los 400 millones de dólares, destinados principalmente a los países con menos recursos que sufren los impactos del calentamiento global.

Sin embargo, organizaciones no gubernamentales señalaron que esa cantidad es totalmente insuficiente para cubrir los costos de los estragos causados en todo el mundo por el cambio climático, que algunas fuentes cifran en 400,000 millones de dólares.

(Con información de agencias)

francisco.deanda@eleconomista.mx

Editor de Arte, Ideas y Gente en El Economista. Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Maestro en Filosofía Social, por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO). Especialista en temas de arqueología, antropología, patrimonio cultural, religiones y responsabilidad social. Colaboró anteriormente en Público-Milenio, Radio Universidad de Guadalajara y Radio Metrópoli, en Guadalajara.

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