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Aún nos falta vivir mucha tristeza: Bosch
El Señor K tiene una hija enferma pero no puede pagar su tratamiento. Va al ayuntamiento a pedir trabajo y les dice a las autoridades que por favor le den trabajo porque si no, no le va a quedar más remedio que ir con el narco. Vete con el narco , le responden los oficiales.

El Señor K tiene una hija enferma pero no puede pagar su tratamiento. Va al ayuntamiento a pedir trabajo y les dice a las autoridades que por favor le den trabajo porque si no, no le va a quedar más remedio que ir con el narco. Vete con el narco , le responden los oficiales. Entonces ofrece sus servicios como halcón (mirón), porque no quiere matar.
Lo reciben. Seis meses después, le dicen: Métete dos gramos de coca, ve a la tienda de la esquina y tráete las cabezas de los seis que están ahí metidos o, si no, matamos a tu niña . Le dieron un machete y llorando se metió las líneas, se envalentonó y entró a la tiendita a machetear a las personas. Nunca antes había matado.
Este y otros testimonios son historias de todos los días en nuestro país y un grupo de escritores, periodistas y activistas se han dado a la tarea de consignarlos como una manera de no rendirse. La promotora de este trabajo es la escritora catalana (mexicana por convicción) Lolita Bosch, que ha publicado recientemente el libro Nuestra aparente rendición (Mondadori), el cual toma su nombre del sitio en Internet homónimo donde los escritores han aportado voluntariamente su trabajo.
De estas historias está lleno el país, de levantamientos forzosos, gente secuestrada que tiene que trabajar para el narco. Esto no es cosa de Estados Unidos. Nosotros no podemos tener la mentalidad de Bush y pensar que ésta es una guerra entre buenos y malos. No es una guerra entre buenos y malos, es una guerra entre mexicanos , dice la escritora. Estas historias pueden mirarse como una cartografía del infierno, en estas condiciones, ¿cómo podemos imaginar todavía la posibilidad de un futuro?
Yo creo que tendremos que vivir mucha tristeza, desgraciadamente. Nosotros, por ejemplo, hemos ido mucho a hablar fuera de este proyecto con las madres de la Plaza de Mayo en Argentina, en Uruguay, en Chile, incluso en Alemania, en Francia.
El futuro yo creo que pasa por trabajar, por escuchar y por perdonar. O sea, tenemos que escuchar a los asesinos. Este país está jodido y yo creo que tenemos que dejar de hacernos güeyes. Entiendo el miedo, entiendo la apatía, entiendo todas las reacciones, pero necesitamos ser decentes. Vivimos por ahora muy protegidos en el DF, dentro de lo que cabe, porque, por ejemplo, hay muchos levantamientos de niños, sabemos que hay que salir de la UNAM de noche en grupo, que hay que dejar a las chavas en el camión, sabemos estas cosas, pero tenemos que organizarnos y escuchar a nuestra gente , opina Lolita.
No hemos sabido ni podido evitar cosas como las de Boca del Río, Veracruz, o los 26 muertos que sembraron en Guadalajara, los 16 de Sinaloa.
No hemos podido evitar eso. Pero no quiere decir que no podamos hacer nada. Hay que arreglar este país, que es nuestro, no es de Peña Nieto, no es de Salinas, aunque a nosotros que somos hijos del PRI nos cuesta mucho entenderlo.
El futuro pasa por trabajar mucho, donar horas a México y a los 50 millones de mexicanos que no tienen acceso a lo más básico que es salud, alimentación y educación. Nos debemos a esa gente que es la que se está muriendo .