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Azul que te quiero azul
De un tapiz azul y la obra de una exiliada judía que se enamoró del arte mazahua.
No debe ser un azul fácil de lograr. Nada más entrar a Arte-objeto Mazahua, exposición en el Museo Franz Mayer, atrapa el ojo: es un tapiz que si no por su tamaño, sí por su técnica, merece el adjetivo de monumental.
Pensé en aquel verso del famoso poeta capitalino Cristian ?Castro: azul como el mar, azul. El barco sobre la mar, el caballo en la montaña , le contesta Federico García Lorca. Así como ese azul poético es este tejido de manos mazahuas. Es también un fractal: pequeños polígonos se contienen dentro de polígonos más grandes de tejido.
Quisiera saber más de técnicas de bordado para describir esta feliz figura que dibuja aves concatenadas en un árbol sonámbulo que se imagina en el tejido blanco crema que la soporta.
Arte-objeto Mazahua, nos explica el texto de sala, expone el trabajo textil que durante dos décadas la artista Isabel Quijano ha realizado en colaboración con la comunidad mazahua de San Felipe Santiago, Estado de México.
Hemos dado por sentados a los mazahuas, nosotros los chilangos. Uno de los pueblos originarios que más migran a la Ciudad de México y que conocen aquí el destino de la discriminación y la vida marginal. El fotógrafo Federico Gama ha contado su vida urbana en su ensayo fotográfico y crónica Mazahuacholoskatopunk (Imjuve).
Aquí, en el Mayer, vemos otro rostro de la etnia: el de su trabajo creativo. El recorrido lo conforma una colección de unos 40 tapices bordados con esa misma técnica rigurosa del azul que tanto me impresionó y al que volví una y otra vez.
Pero la razón de que la exposición se gane su placa de arte-objeto es gracias a las piezas de la colección Ruth D. Lechuga, que con esculturas, objetos de uso diario, obras preciosas, completan y acompañan el trabajo textil de Isabel Quijano y los artistas mazahuas.
La exposición se acaba el próximo 25 de junio. Hay muy buenas exposiciones en estos días en la ciudad, esta es una de ellas. No se pierdan el arte multicolor de la gente mazahua.
Se enamoró de México
Esto no es lo único que hay para contar. ¿Quién es Ruth D. Lechuga?, salí preguntándome de la exposición. No es la primera vez que veo su nombre en una curaduría del Mayer.
Y con razón. Una rápida investigación me dio una fascinante historia. Ruth Lechuga nació como Ruth Deutsch Reiss en Austria, 1920.
Con su familia logró escapar del Holocausto y refugiarse en México. Tras muchos esfuerzos, consiguió Ruth graduarse como médico en la UNAM. Muy trabajadora fue porque llegó a tener su propio laboratorio.
Todo muy bien, ¿qué tiene que ver con el arte mexicano? Desde que llegó a México, Ruth y su padre se enamoraron de la antropología nativa. Ruth, ya doctora, dedicó mucho de su tiempo a viajar por el país y admirar las obras de los pueblos originarios. Se dedicó a coleccionar miles de piezas, una forma de respeto, gesto de cariño. De, sí, enamoramiento con este país.
A su muerte, la doctora Lechuga donó sus piezas al Museo Franz Mayer. Cada tanto se exhiben, como es en el caso de Arte-objeto Mazahua.
- Museo Franz Mayer.
- Av. Hidalgo 45, Centro Histórico.
- Martes a domingo, 10 am a 6 pm.
- Entrada: $60.