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Bordados: líneas ?que crean imágenes
Entre pespuntes y telas, el artista Carlos Arias cuenta historias de exilio, patria y cuerpo.
Todos tenemos una historia relacionada con un bordado: puede ser el regalo que dimos del 10 de mayo, un pañuelo de nuestra abuela o algún familiar, alguna prenda que nosotros mismos hicimos o una artesanía, todas ellas artísticas, porque las formas y figuras que logran las puntadas dan como resultado algo bello.
El artista chileno Carlos Arias radica en Puebla desde el 2000 ha dedicado más de 20 años de su carrera profesional al bordado, a través del cual ha abordado no sólo la belleza y el arte, sino la sexualidad, género, discriminación, religión, movimientos culturales, sociales y hasta políticos.
Desde que descubrió que el bordado era más que una actividad simple y terapéutica, dejó a un lado la pintura para explorar las técnicas y, así, crear obras de arte. Ha logrado con los hilos y las telas piezas coloridas, de introspección, de crítica, denuncia o de decoración.
Desde joven supe que quería dedicarme al arte (...), pero llegó un momento en el que me aburrí de la pintura y decidí tomar un descanso. Quería sólo bordar un cojín: un acto meramente terapéutico, y después me di cuenta que me llegaban muchas ideas que quería expresar , cuenta Carlos Arias durante un recorrido por su exposición El hilo de la vida. Bordados 1994-2015, que se exhibe en el Museo Universitario del Chopo. Y fue así que comenzó su gusto y fascinación por el bordado.
Debido a que el bordado está tradicionalmente ligado al quehacer femenino, Arias ignoró este paradigma y lo convirtió en su práctica diaria, incluso como de ritual. Ejercí en mí un retorno a la mecánica del oficio que se vuelve un ritual, así como un espacio de dilucidación intelectual. Sin limitar sus posibilidades, también ejercí ciertas reducciones usando un mínimo de puntadas haciendo que estas expresaran al máximo su valor de materia, textura y color , se lee en su presentación.
Entre puntadas?e hilos de colores
Mientras el espectador recorre los pasillos que contienen las 75 piezas creadas durante 20 años, puede observar las distintas facetas, la evolución y madurez del artista. Cada una de estas obras son piezas únicas.
A pesar de que no ha tomado cursos especializados de bordado, ni tampoco ha trabajado en colaboración con las bordadoras tradicionales, Carlos Arias hace que sus obras incluso parezcan fotografías o pinturas sobre óleo. Con líneas puedes crear imágenes , dice.
Con la experiencia se dio cuenta de que un mismo hilo puede tomar distintas tonalidades dependiendo de la posición con la que se esté bordando; lograr que un hilo se haga duro como el cartón para formar una escultura o delicado que pueda flotar. Para crear una obra no importa el tiempo que te lleve realizarlo o el dinero que inviertas , comenta el artista.
La exposición, que se presenta hasta el 30 abril en la Galería Helen Escobedo y Galería Rampas del Chopo, se divide en ocho ejes temáticos: Pintura de Aguja; Intervención Mestiza; Cuando el Hilo Toma Cuerpo; Sexualidad: Pliegues y Discursos; El Yo pespuntado; Retrato de Familia; El Hilo de la Vida y Bordado.
Arias llegó a México exiliado por la dictadura militar de Pinochet, por lo que sus primeros bordado están ligados con la raza, la tautología, la migración. Hace una indagación de sus orígenes y sus tradiciones. Poco a poco comienza a jugar con bordar tela sobre tela, hacer muestras de color; intervenciones de pañuelos, artesanías, ropa a escala, textos, autorretratos, hasta tejidos textiles de más de 5 metros o piezas escultóricas.
Asegura que el pespunte es una puntada similar a los trazos de un dibujo o la pintura, por lo que es la que más utiliza; de hecho, confiesa que no hace bordados con puntadas que desconoce. El tiempo que se lleva terminar una obra varía mucho, hay algunas que parecen muy laboriosas, pero que en una semana están listas; sin embargo, hay otras que pueden llevarse meses, incluso años. Particularmente, la pieza Jornadas es un lienzo de 22 metros de largo que lleva el mismo número de años en proceso, que contiene los sucesos clave de su vida, y que se exhibe por primera vez.
Entre las obras exhibidas están Rojo y Negro (1994), en la que hace referencia al movimiento zapatista; 200 pintores , con los nombres de artistas que lo han marcado; Oficios (1995), explicando qué es bordar o cocer; Fibonacci , la sucesión numérica a la que le agregó un código de colores; Hombre caminando ; Muro de hilo ; Cunnilingus y Máscara de acerina .
Museo Universitario ?del Chopo?
Doctor Enrique González Martínez 10,
Santa María?la Ribera?
Hasta el 30 abril 2016
?Entrada libre.