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COP 28: México llegará con retroceso y pérdida de liderazgo a la cumbre climática
La cumbre del cambio climático se celebrará del 30 de noviembre al 12 de diciembre, en Dubái. México se prepara para aportar al diálogo a través de organizaciones no gubernamentales, pero como Estado Parte tendrá que explicar por qué ha frenado la transición energética, impulsando la quema de combustibles fósiles y debilitando a las instituciones encargadas del medio ambiente
Estamos a unos días de arrancar la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático 2023, conocida como COP 28, que se celebrará del 30 de noviembre al 12 de diciembre, en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, lo cual supone un momento muy importante en la agenda climática, pues se trata de un llamado urgente a acelerar la acción porque claramente no hemos cumplido con los objetivos fijados en el Acuerdo de París (2016), como mantener la temperatura de la Tierra por debajo de 1.5°C, incluso es muy posible que ya lo hayamos superado con consecuencias devastadoras, sobre todo para los países con mayor vulnerabilidad, como el nuestro.
México ha avanzado en algunas acciones, como la Ley General de Cambio Climático, sin embargo su rol en los últimos años ha cambiado sustancialmente, pues se ha eliminado el tema como una prioridad en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. ¿Cómo llega nuestro país a esta reunión? La Coalición México Resiliente, un grupo de más de 30 organizaciones que busca ser la lupa sobre las acciones de cambio climático en el país, hizo un ejercicio previo al encuentro.
Rogelio Barrios, miembro de la Coalición y representante de la organización Reacciona, compartió que en términos generales sí podríamos decir que en este sexenio ha habido un retroceso en la política climática. Aunque hubo un aumento de las contribuciones determinadas a nivel nacional el año pasado, donde se fijó una meta de reducir las emisiones en un 35% de manera no condicionada para 2030, esto ha sido acompañado a la par por cambios en la política energética y climática, en la que se le ha dado una mayor apertura a los combustibles fósiles y se han debilitado instituciones encargadas de vigilar la acción climática a través de la mejor ciencia disponible. También se han perdido fondos importantes como el Fondo de Cambio Climático.
Barrios destaca que este fenómeno también ha movido a los gobiernos locales, que al ver el cambio en el liderazgo desde el gobierno federal, decidieron tomar con mayor compromiso la agenda climática. “En este sexenio ha habido un avance en las políticas de los estados como adaptación al cambio climático, estrategias de descarbonización, esquemas de financiamiento, pero en general lo que ha faltado en todos estos procesos, ha sido mayor participación de la sociedad civil y mayores esquemas de transparencia y rendición de cuentas”.
Está frenada la transición energética
Por su parte, Nora Cabrera, de la asociación Nuestro Futuro, dijo que también hay datos que permiten apuntar que en México tenemos una política climática que no está alineada con la construcción de un derecho al futuro, “con una política regresiva donde prácticamente la transición energética está detenida”. Explica que a inicios del sexenio vimos muchos esfuerzos focalizados en el sector eléctrico de manera muy específica, era importante abrir esa ventana, pero básicamente los esfuerzos se enfocaron en volver a prender las plantas de quema de combustóleo, “en estos términos se ha movido el sexenio”.
Agrega que México, por lógica, no está transitando a renovables con base en la capacidad instalada que podríamos tener. “La urgencia está en descarbonizar al sistema eléctrico y la economía, pero respetando los estándares de justicia climática”. De manera particular, aseguró que Pemex tiene que entrar a este proceso de transición energética, “solo con mencionar que hoy tenemos una nueva refinería, podemos tener una idea de qué tan regresiva fue la transición en el sector petroleo”.
Avances poco significativos en los suelos vivos
Francisco Ayala, de Huerto Roma Verde, hizo una reflexión sobre la política adoptada por el gobierno actual. “Para el país ha sido incluso un estorbo el tema medioambiental, porque las megaobras (refinería Dos Bocas, corredor interoceánico, Tren Maya) son proyectos que han generado y van a generar un impacto ambiental de graves consecuencias en todo el país y en la región. Estamos viendo cómo se atenta contra las últimas reservas de agua prístina en el país, junto con temas de biodiversidad”.
Explica que en el tema de suelos vivos ha habido un pequeño esfuerzo en tratar de ir hacia la producción agroecológica, con incentivos, pero muy reducidos. “Cabe mencionar que el presupuesto para este tipo de proyectos se ha reducido más del 70% en este sexenio y con la guerra en Ucrania y la escasez de fertilizantes químicos se planteó nuevamente la posibilidad de volver a métodos mucho más benéficos para el medio ambiente. Aquí ha habido un esfuerzo pero también nos hemos encontrado con los grandes intereses agroindustriales y el ministerio de Estados Unidos que están impidiendo a toda costa que esto se logre”.
Agrega que hoy los tratados internacionales son “letra muerta”, como el Acuerdo de Escazú, donde México signó, pero seguimos siendo uno de los tres países donde más ambientalistas mueren. “Están siendo perseguidos y cooptados por los grandes intereses trasnacionales del crimen organizado, coludidos con el gobierno federal y estatales para imponer una agenda de supuesto progreso”.
Una propuesta rumbo a la COP 28
Tras cerca de 18 meses de trabajo diversas organizaciones de la sociedad civil unidas en la Coalición México Resiliente, han integrado un propuesta de Plan de Descarbonización y Resiliencia Climática para México. “El país se prepara para unas importantes elecciones presidenciales en 2024 y nuestro llamado es a que la agenda climática esté al centro de las propuestas”, comparten.
La Coalición México Resiliente asegura que lo que se requiere es transversalizar con otras organizaciones, del Sector Salud, laboral, económico para que de una buena vez la agenda climática entre en la agenda pública. Además se busca que sea a largo plazo y que supere gobiernos con metas claras. Un ejemplo claro de porqué pensar en diversos actores es el reciente huracán Otis. “Se perdieron vidas, por la crisis climática, se perdieron negocios, se percibe una crisis de salud, se perdió el bienestar de la ciudadanía, esto sin duda es un claro ejemplo de lo que vendrá si no hacemos algo”, dijo Iyari Balderas de Reacciona.
Detalla que en este Plan proponen ocho líneas de acción (economía circular regenerativa, transición energética justa, suelos vivos, defensa del territorio, agua, ciudades sostenibles, salud y finanzas sostenibles) y cuatro ejes de carácter transversal (equidad de género, derechos humanos, participación, y transparencia), que exigen una coordinación sectorial, institucional, de políticas y de regulación para su diseño e implementación.
Esta propuesta parte de diversas visiones sobre el México Resiliente y Regenerativo que necesitamos construir, para contribuir a limitar el aumento de la temperatura a más de 1. 5º C a nivel global —momento en que muchas especies ya no podrían adaptarse— y que de acuerdo con la ciencia requiere de los esfuerzos colectivos para la reducción del 50% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) hacia 2030 (IPCC, 2022).
“México, como país con altas emisiones globales de GEI y altamente vulnerable a los efectos adversos del cambio climático, no sólo debe contribuir a esta misión, sino también liderar e implementar de manera acelerada acciones de mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero significativas. Estas propuestas son resultado de un esfuerzo colaborativo, coordinado por más de 30 organizaciones de la sociedad civil, con la participación de especialistas y personas preocupadas y ocupadas en la atención del cambio climático”