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Arte e Ideas

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Caniem irá a la caza de piratería de libros en Mercado Libre

Las cifras revelan que casi 50% del mercado editorial en el país está tomada por el comercio o intercambio de libros apócrifos, es decir que la mitad del trabajo de editores, diseñadores, libreros y autores es hurtada por la delincuencia organizada, lamenta Juan Luis Arzoz, presidente de la Cámara.

Lejos de ceder, en México persiste el incremento del consumo de libros piratas en cualquier formato. Y no se trata de un mal menor. De acuerdo con la Encuesta para la medición de la piratería en México, efectuada por la Coalición por el Acceso Legal a la Cultura (CALC), poco más del 44% de consumidores de libros en México admite que tiene acceso a ejemplares impresos piratas, mientras que el 48% de los consumidores de ejemplares digitales reconoce el consumo de copias editoriales ilegítimas.

Por si lo anterior fuera poco, según la Encuesta nacional de hábitos de consumo de piratería 2020, efectuada por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), 52.8 % de la población encuestada durante el primer año de la pandemia reconoció la adquisición ocasional de libros piratas, mientras que 18.2% admitió que el acceso a ejemplares apócrifos siempre es su primera opción.

Dicha puesta en evidencia por parte de la cadena productiva del libro y, a partir de ella, la pugna por una atención inmediata contra la piratería editorial no han sido endeble. A través de este medio, voces diversas, como la de Roberto Banchik, director general regional de Penguin Random House, o de Quetzalli de la Concha, vicepresidenta ejecutiva del Centro Mexicano de Protección y Fomento de los Derechos de Autor (CeMPro), han señalado desatención por parte de las autoridades sobre una problemática tan presente que está por engullir la mitad del mercado editorial mexicano.

Compartirán información

No obstante, la afrenta para la industria ha sido un tema prioritario. Durante la primera mitad del 2020, la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem) y la Asociación de Librerías de México (ALMAC) emprendieron la campaña antipiratería #PongamosPuntoFinal para generar conciencia sobre el daño que provoca a autores, editores y libreros la piratería de libros digitales y en papel.

Este miércoles se dio un paso más en esta batalla de múltiples frentes. La Caniem y el CeMPro se reunieron en la sede de la Cámara en Coyoacán con representantes de una de las plataformas líderes de comercio electrónico en América Latina, Mercado Libre, para firmar un convenio de colaboración con los eslabones afiliados a la Cámara para la detección y anulación oportuna de puntos de venta de libros piratas en esta plataforma de comercio.

“El problema de la piratería de libros en México sigue en aumento. Las cifras reflejan de manera muy clara que casi la mitad del trabajo de los editores, diseñadores, libreros y autores mexicanos se lo está robando la delincuencia organizada”, aseveró Juan Luis Arzoz Arbide, presidente de la Caniem. “Al adquirir o propiciar la compra o venta de un libro pirata o la fotocopia de libros se atropella a millones de familias que dependen de la industria editorial”.

Por su parte, Quetzalli de la Concha reconoció en Mercado Libre a “la primera y única plataforma que está llevando a cabo un esfuerzo de este tamaño para velar por la protección y el esfuerzo de los derechos de autor en el mercado digital (…) la idea es poder ayudar a Mercado Libre a tener un monitoreo y una baja de contenido ilícitos más eficiente”.

¿Cómo detectar actividad ilegal en la plataforma?

En representación de Mercado Libre, se hicieron presentes Carlos Hassey Artigas y Alehira Orozco, director jurídico y directora de Relaciones Instituciones de la firma, quienes presentaron ante el gremio el Brand protection program, un mecanismo que se nutre de inteligencia artificial para ayudar a los titulares de la propiedad intelectual a defender los derechos sobre sus obras, ya sea a través de la detección automática de actividades ilícitas en la plataforma o bien a través de denuncias individuales y colectivas.

Al respecto, Hassey Artigas explicó: “tenemos cero tolerancia a actividades de esta naturaleza y creemos que este tipo de herramientas puede resultar favorable. Contamos con una  inteligencia artificial y machine learning que nos ayuda a moderar muchas publicaciones ilícitas, pero si eso lo enriquecemos con un convenio de colaboración, un canal a través del cual podamos trabajar en conjunto, esto puede llegar a obtener resultados magníficos”, explicó.

ricardo.quiroga@eleconomista.mx

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