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Christian Peña: “Poesía es resistencia, como el salmón contra la corriente”

El autor multipremiado, ganador del Premio Xavier Villaurrutia 2023 por “Quirón”, reflexiona sobre el quehacer poético y platica cómo se gestó la idea de su reciente libro, a partir de una imagen de la paternidad y el mito del centauro.

Foto: Cortesía Ismael Rosales

Foto: Cortesía Ismael Rosales

El poeta Christian Peña (Ciudad de México, 1985) es parsimonioso en el habla. El ritmo de sus palabras sugieren la voz de quien está acostumbrado a recitar y las sentencias que emite constantemente parecen versos bien digeridos.

“Siempre he dicho que escribir poesía tiene que ver con pagar una deuda con la lengua que hablas” o “se necesitan más preguntas que certezas para escribir un poema”. Son dos ejemplos de las palabras que Peña desliza en entrevista.

En mayo pasado, por su poemario “Quirón” (Vaso Roto) Peña fue anunciado como ganador del Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 2023, el máximo galardón en México para reconocer la mejor obra literaria publicada en cualquier género, el cual recibirá el martes 23 de julio en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

De esta manera, el bardo y publicista se suma a la exquisita pléyade de poetas que han sido reconocidos con este premio, como Homero Aridjis (1964), Eduardo Lizalde (1970), Coral Bracho (2003), David Huerta (2005), Elsa Cross (2007) o Alberto Blanco (2016).

“En el libro ‘El elemento irracional de la poesía’, Wallace Stevens menciona que la poesía ocurre esencialmente cuando hay un elemento de tensión y esa tensión ocurre cuando coinciden el tema de la poesía y la poesía del tema, es decir, el tema del que decidimos hablar y lo poético que encontramos en él”, menciona Peña, y complementa:

“Esa tensión está presente en cada poema que escribimos, pero también puede traducirse en resistencia, porque el poema precisa de ser un contrapunto. Nunca he pensado que el poeta sea un cronista de sus emociones. Creo que un poeta va en contra de los temas de coyuntura, aquellos que pueden ser eventualmente atractivos. En cambio, el trabajo poético precisa de un elemento de resistencia, como el salmón contra la corriente”.

El centauro y la paternidad

“Uno siempre va eligiendo los temas que le obsesionan. No porque escribas un libro sobre cierto tema quiere decir que ya se agotó. En eso también tiene que ver la resistencia. Hay temas que se nos presentan y luego se nos vuelven a presentar con los años. Hay temas en los que nunca se termina de ahondar, porque siempre habrá nuevas preguntas”, razona el poeta.

La imagen de la paternidad es un tema que habita la literatura de Peña. Lo abordó desde su primer libro, “Lengua paterna” (2009), y lo retoma en “Quirón”, ahora relacionado con el mito del centauro. “En lo que escribo me sirvo del mito más que de la máscara, en cómo uno crea su propio mito y expone sus propios fantasmas”, dice al respecto.

Detalla que “todo sucedió por una imagen muy cotidiana, que era llevar a mi hijo en hombros y observar nuestra sombra proyectada en la pared. De alguna manera, en esa imagen de ambos vi al animal híbrido (el centauro), como también sucedió con la figura de mi padre cuando me llevaba en brazos. Es como si fuera el animal que hemos heredado a nuestra descendencia”.

Y es que para Peña escribir un poemario es adentrarse en una aventura, asumir un rol distinto, una postura narrativa insólita. Por ejemplo, explica que cuando escribió el libro “Expediente X.V.”, donde el autor asume la posición de investigador obcecado con la investigación sobre la muerte de Xavier Villaurrutia, pensó en un expediente policiaco y desde esa forma, la de un reporte judicial, dio vida al poemario.

Lo mismo sucedió con “Me llamo Hokusai” (FCE, 2014), donde Peña rescata la figura del célebre pintor y grabador japonés Katsushika Hokusai y resolvió escribir aquellos párrafos como si se tratara de un curador encargado del catálogo de exposición sobre el máximo representante del arte ukiyo-e.

Particularmente, para “Quirón”, Peña explica: “yo que soy poco hábil con las manos, pensé qué ocurriría si hago una vasija griega sobre mi relación con mi padre y mi hijo, qué imágenes pondría en ella. Así, el libro está dividido en dos partes, Mitad hombre y Mitad caballo. El centauro mitológico que es herido en la rodilla con una flecha, pero, como es inmortal, se dedica a sanar el dolor de los demás pero no puede sanar el propio”.

Asimismo, esas dos mitades del poemario están divididas por una parte central, “donde se funde la bestia con el hombre”, bajo el título ‘Asteroide y/o cometa’.

Esta parte media apela al cuerpo celeste que circunda el Sistema Solar, también llamado Quirón, que forma parte de la categoría de los cuerpos clasificados como centauros, para identificar a aquellos cuerpos estelares imposibles de clasificar, como es el caso de Quirón, que en un principio fue catalogado como asteroide, pero más tarde se resolvió que tenía en comportamiento típico de un cometa, aunque sin cumplir a cabalidad con esta categoría. Actualmente también es reconocido como planetoide.

“Así como pasa con estos cuerpos celestes, que no son asteroides ni tampoco cometas, porque están en una zona de imprecisión, creo que cuando se ejerce el oficio de la paternidad y además de ser hijo, también hay ese punto de indeterminación”, compara el poeta.

Un vínculo con Villaurrutia

Xavier Villaurrutia, comenta Peña, “es un autor fundamental, no sólo para la poesía específicamente sino para la literatura en México. Es el autor al que siempre regreso, es quien más me ha interesado de los Contemporáneos. Lo que quiero decir con esto es que para mí es doble la felicidad, por un lado, por recibir el premio, y por otro, porque lleva el nombre de un autor que ha sido tan importante para mi escritura. En Villaurrutia está presente el silencio, la muerte, la sombra. Es un poeta con un fondo filosófico, con un cuestionamiento del tiempo y del ser”.

Curiosamente, así como Xavier Villaurrutia incurrió con éxito en el oficio de la publicidad –lo mismo que autores como Salvador Novo, Fernando del Paso, Gabriel García Márquez y Juan Rulfo–, Christian Peña, a la par de su oficio poético, trabaja como creativo en ese mismo terreno. “Pero, independientemente del trabajo que desempeñe, la poesía siempre se impone frente al otro oficio”, remata.

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(DATOS DE VAP)

  • “Quirón”
  • Christian Peña
  • Editorial: Vaso roto
  • Año: 2003
  • Páginas: 72
  • Precio impreso: 300 pesos

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“La poesía no tiene esa presencia en las librerías ni el tamaño de tiraje que tiene la novela; no es inmediata, no atiende a multitudes, quizás porque su espacio de lectura es más interior y precisa de otra velocidad, pero resiste bien al tiempo”.

Christian Peña, poeta

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  • Palmarés de Christian Peña
  • Premio Nacional de Poetas Jóvenes Jaime Reyes 2008, por “De todos lados las voces”
  • Premio Nacional de Poesía Amado Nervo 2009, por “El síndrome de Tourette”
  • Premio Nacional Clemencia Isaura 2011, por “Libro de pesadillas”
  • Premio Ramón López Velarde 2011, por “Heracles, 12 trabajos”
  • Premio Efraín Huerta 2013, por “Veladora”
  • Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes 2014, por “Me llamo Hokusai”
  • Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen 2015, por “Expediente X.V.”
  • Premio Nacional de Poesía Ignacio Manuel Altamirano 2017, por “¿O es sólo el pasado?”
  • Premio Iberoamericano Bellas Artes de Poesía Carlos Pellicer 2019, por “Expediente X.V.”
  • Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines 2022, por “Quirón”
  • Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 2023, por “Quirón”

ricardo.quiroga@eleconomista.mx

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